Lo bueno de los años es que curan heridas, lo malo de los besos es que crean adicción.
-Joaquín Sabina.
-¿A dónde quieres ir?- Preguntó Noeh.
Ya habíamos salido de la habitación habíamos terminado de arreglar todo, sin embargo no cargaba la mochila conmigo, Noeh había insistido en que la dejara en la habitación y que el domingo me la traería.
-¿Guardaste el papel en mi libreta verdad?- Respondí con otra pregunta muy distinta al tema.
-¿Qué papel?- preguntó.
-El que me hiciste- respondí.
-Sí, eso creo- Respondió dudoso.
-Mas te vale, porque si no te mato- Sentencié.
-Pero que violenta, además es un papel nada más.
-Es mi papel, mi regalo y ya sabes, no lo quiero perder, me gusta guardar en físico lo más posible de recuerdos. Y referente al otro tema vamos a biblioteca.
-¿Cómo es eso de recuerdos físicos? ¿En serio? ¿Biblioteca?, Se nota que te gusta mucho estar allí.
Me paré a mitad del pasillo a dónde íbamos, para explicarle sobre los recuerdos en físico. Lo miré fijamente mientras empezaba a hacerlo.
-Los recuerdos son aquellos fragmento de situaciones que están en nuestra mente a partir de algo vivido y experimentado, es algo que uno pueda compartirlo o simplemente no hacerlo. Sin embargo soy amante de los recuerdos físicos, de los objeto, fotos o lo que sea, que den propiedad a que ese momento fue real, existió, y cada vez que lo miras o lo tocas, ese recuerdo vuelve de ti de tal manera, que recuerdas con exactitud cómo te sentiste, todo y exactamente cada aspecto y lo más bonito es que lo guardas aún.
Se quedó un buen rato solo observándome, casi adorablemente por lo que había dicho, su mirada viajó hacia mis labios, sentí como ellos se resecaban inmediatamente, aparté mi mirada. Mientras volvía a caminar, Noeh había empezado a seguirme el ritmo de nuevo.
-Muy bonita tu manera de pensar acerca los recuerdos, pero lo que me tiene todavía sorprendido es que quieras guardar en físico un recuerdo sobre mí.
Tragué forzadamente por lo que había dicho, no sabía que responder a ello. Solo lo miré de manera bonita, y le sonreí tímidamente. Dicen que las miradas valen más que mil palabras, espero este haiga sido el caso.
-Vamos a tomar el ascensor, que fastidio subir escaleras- Dije.
-Eres muy floja sabes, vamos a ir por las escaleras.
-¡No!- Grité mientras lo empujaba a los ascensores del hotel.
-Te voy a cargar y subirte por las escaleras- Soltó con una voz amenazadoramente divertida.
Abrí mis ojos con asombro.
-Pueda que me deje cargar, pero pensándolo muy bien, mejor no, pueda que seas muy débil, y nos caigamos escaleras abajo, así que piensa bien tus amenazas feo- Dije con burla mientras me dirigía al ascensor.
El hotel estaba muy desierto a esa hora de la madrugaba, habían solo algunos empleados del hotel, entre ellos los vigilantes. Pero éramos muy invisibles para ellos así que no nos causaban problemas a Noeh y a mí.
-Mala respuesta, muy mala respuesta- Dijo mientras me cargaba.
Sofoqué un grito de sorpresa, lo había hecho, y se dirigía conmigo cargada a las escaleras, intenté bajarme mientras le decía una y otra vez que me bajara, por lo visto, no lo iba hacer.
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A distancia
RomanceSinopsis Una de sus metas estaban por cumplirse, Katherine por fin podría ir al G.I.D.L (Grupo Internacional De Literatura), olvidarse por completo de los problemas que la agobiaban, de esas personas que habían oscurecido un poco su vida, y aunque s...