El Doctor Coqueto [Bakugou Katsuki x Male Oc]

IV

— Olvidamos presentarnos. Yo soy Midoriya Izuku. — dijo el chico de cabellos verdes.

— Todoroki Shoto. — dijo el chico de cabello bicolor.

— Kaminari Denki, un placer conocerte. — dijo coquetamente el rubio.

Nakamura pudo oír como cierto cenizo soltaba un leve tks y sonrió ante aquello.

— Un placer conocerlos a todos. — dijo con alegría.

Mientras tanto, cierto ojirubí se encontraba pensando en por qué le molestaba que Nakamura estuviera tan cerca de otros chicos.

¿Acaso lo odiaba y por eso no quería que se acerque a nadie? No, eso era imposible.

Sacudió su cabeza y decidió comenzar a prepararse para partir al lugar en el que se realizaría la nombrada misión.

Una vez que todo el equipo estuvo listo, partieron.

— ¿Entonces todos ustedes tienen la misma edad? — preguntó el de ojos color café.

— Si. — asintió el de ojos verdes.

— ¡Ya llegamos! — avisó el conductor del vehículo.

Todos bajaron, incluyendo a Nakamura, quien se reunió con los demás enfermeros, quienes lo ayudarían en su labor.

Una vez dada por iniciada la misión, todos respetaron sus puestos. Hikaru no podía hacer nada más que observar y esperar a ver qué sucedía.

Las explosiones y ruidos de lucha comenzaron a oírse por todos lados. No era novedad que cierto chico de cabello oscuro estaba preocupado por lo que sucedía, esperaba que todo saliera bien.

Repentinamente pudo ver cómo Kirishima llevaba cargando a Kaminari, quien estaba desmayado.

— ¡Ayudenlo, yo iré a ayudar a los demás! — gritó para luego irse.

El mayor había tomado al chico rubio en sus brazos y lo estaba llevando a dónde estaba la camilla.

— Traigan vendas, revisen si tiene algún hueso roto, yo limpiare sus heridas y lo vendare, ¡Rápido! — ordenó con seriedad.

Todos hicieron lo dicho por el doctor y el mismo comenzó a limpiar y vendar las heridas del dicho eléctrico.

Pudo oír como la misión era un éxito y rápidamente vió llegar a los jóvenes héroes para ver cómo se encontraba su amigo rubio.

— ¿Kaminari se encuentra bien? — preguntó el chico de pecas.

— Si, aún está inconsciente, pero seguramente despertará dentro de unos pocos minutos. — respondió mientras terminaba con su labor.

— Sabes, nosotros también tenemos algunas heridas, ¿Puedes curarnos? — preguntó Kirishima.

— Claro, ya terminé con Kaminari, así que los curaré uno por uno. — dijo.

Y así, comenzó a tratar las heridas y a revisar a los héroes.

Al final, todos se fueron, dejando al último chico a solas con Hiraku.

— ¿En dónde te lastimaron? — preguntó el de cabello negro.

— En la pierna derecha. — respondió el cenizo.

— Mmm, ya veo, es algo profunda. — comentó observando la herida.

Desinfectó la misma y la vendo con sumo cuidado.

— A-ah duele. — se quejó.

— Cariño, no me provoques. — dijo mirando los orbes ajenos.

¿Provocar? Pero si él no estaba haciendo nada, se dijo a si mismo el cenizo.

— ¿Provocar? — preguntó.

El mayor se levantó y puso un poco de agua oxigenada en un hisopo, posó el mismo en una herida que tenía el ojirubí en su mejilla.

— Tienes unos lindos ojos. — dijo sin quitar la vista de los mismos.