El Doctor Coqueto [Bakugou Katsuki x Male Oc]

V

Su mirada se hizo hacia un lado.
¿Qué mierda? Nakamura acababa de decir que sus ojos eran lindos, ¿Cómo debería reaccionar?

— Tks. — respondió evitando la mirada ajena.

Hikaru sonrió, sabía que le estaba causando mucha confusión al menor y eso, le encantaba.

— Lo hiciste muy bien hoy, Katsuki. — halagó mientras guardaba sus cosas.

— No fue muy difícil, después de todo es a lo que nos dedicamos. — respondió con su tono de siempre.

— Ya veo, estás acostumbrado al peligro, me gusta. — dijo acorralando al menor entre sus brazos, cabe recalcar que el cenizo estaba sentado sobre la camilla.

— ¿Qué carajos haces? — preguntó con enojo.

— Simplemente hago algo peligroso, ¿No dijiste que es a lo que te dedicas? — preguntó con una sonrisa de lado. — Tenemos bastante en común Katsuki. — dijo a centímetros de sus labios.

El de ojos café fue empujado bruscamente por el de cabellos rubios, quien soltó un vete a la mierda y se fue.

— Oh, ni siquiera pude darle el beso de buenas noches. — comentó para si mismo con una sonrisa.

El más alto se dirigió a dónde estaban las habitaciones y se preguntó con quién le tocaría compartir.
Abrió la puerta con la llave que le habían dado y se encontró con el mismísimo Midoriya y Bakugou.

— Vine buscando cobre y encontré oro. — dijo sonriendo.

Mientras que Katsuki maldecía interna y externamente, ¿Por qué mierda le había tocado compartir habitación con esos dos estúpidos?

— Dr. Nakamura. — dijo Izuku al verlo.

— No es necesario que me digas doctor todo el tiempo, dime Nakamura o Hikaru, es más cómodo para ambos. — comentó.

— C-claro. — respondió.

Muy tímido, pensó el de cabellos oscuros, Izuku no era su tipo, a él le gustaban los difíciles, ósea, Katsuki.

— El destino parece querer que estemos juntos, Katsu. — le habló al nombrado con una sonrisa.

— Tks. — respondió mientras se acostaba en su cama.

Los dos restantes copiaron la acción del ojirubí y se acostaron.

Al día siguiente todos se levantaron a desayunar y a prepararse para todo lo que harían.

— Buenos días. — saludó Nakamura mientras se sentaba con su taza de café junto al resto. 

— Buen día. — respondió más de uno.

— ¿Cómo te sientes hoy, Kaminari? — preguntó el mayor de todos al chico rubio.

— Mucho mejor, gracias a ti Nakamura. — respondió dedicándole una sonrisa.

Katsuki rodo los ojos, ¿Acaso joderían así todo el tiempo? Comenzaba a cansarlo aquellos coqueteos de ambos.

— ¿Tú estas bien Katsu? — preguntó apoyando su cara en su mano derecha, observando directamente los orbes carmesí del explosivo.

— No soy tan débil. — respondió sin mirarlo.

— Me alegra que sea así. — contestó feliz.

Todos se fueron dejando a Kirishima con el chico pelinegro.

— ¿Tienes algo que decirme Kiri? — preguntó.

— ¿Te gusta Katsuki? — fue directo.

— Mmm, quizás, ¿Por qué? — se acercó al rostro opuesto. — ¿Te gusto? — preguntó con una sonrisa de lado.

— No, pero note que Katsuki está interesado en ti. — le susurró.