El Doctor Coqueto [Bakugou Katsuki x Male Oc]

XII

Rápidamente el cenizo levantó su cabeza del hombro del mayor y observó al chico de cabellos rojos.

— ¿Sucedió algo malo, Kirishima? — preguntó el pelinegro.

— No, no es algo malo o al menos no lo considero así.

— Ya di que mierda es.

— Bien, pero no te enojes Bakugou. Nakamura Hikaru, tendrás es honor de ser parte del equipo de los héroes.

— ¿Qué? — preguntaron incrédulos.

— Lo que oyeron. Todos nos hemos puesto de acuerdo y creemos que Nakamura es alguien fuerte y con un poder útil.

El mayor observó al contrario, quien se encontraba igual de sorprendido que él.

— ¡Claro que quiero! — contestó con alegría.

— ¡Iré a avisarle al resto! — dijo para irse corriendo con alegría el de cabellos rojizos.

Mientras tanto, ambos jóvenes adultos se observaban, repentinamente todo había cambiado.

— Ahora podré cuidarte de cerca. — comentó Nakamura con una sonrisa.

— Tks, ahora tendré que aguantarte. — dijo rodando los ojos.

— Adoras eso, yo lo sé.

— Claro que no. — negó ruborizado.

— Tus mejillas y orejas no dicen lo mismo, bebé.

Aquellos apodos cariñosos del más alto lograban que el cenizo se sintiera muy avergonzado y tímido. Sin dudas aquel hombre sacaba un lado que jamás creyó tener.

— Me hace realmente feliz poder trabajar a tu lado. — comentó rodeando la cintura ajena.

Katsuki posó sus brazos sobre los hombros del pelinegro.

— Puedo notarlo.

— También puedo notar lo satisfecho que te sientes de poder tenerme jodiendote todo el día. — acercó su rostro al del ojirubí.

— ¿A sí? — preguntó desafiante.

— Por supuesto, cariño. Se que adoras tenerme a tus pies.

— Eres bueno analizando personas. — respondió con una sonrisa de lado.

El de ojos color café se acercó al oído del menor y le susurró:

— No es en lo único que soy bueno y lo sabes.

Se besaron lentamente, disfrutando el tacto que le otorgaba el contrario. Decidieron no ir más allá de besos debido a que el rubio aún estaba lastimado y la noche anterior ya había sido lo suficientemente intensa para los dos.

— No puedo creer que hayas tenido un súper poder tan fantástico y que hayas querido ser un simple doctor.

— Ya te explique mis razones, Kacchan, debes comprender.

— Si, lo sé, puedes salvar vidas y toda esa porquería siendo doctor. Pero cuando eres héroe, previenes accidentes y salvas vidas también.

— Lo comprendo. Ahora puedo salvar vidas de ambas formas.

~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~

Sus vidas cambiaron drásticamente desde que se conocieron. En momentos fue para buen y en otros no fue de la mejor manera, pero al fin y al cabo, ambos comprendieron lo mismo; se amaban. Se amaban con una pasión y ternura, con calidez y tranquilidad.
Sus corazones necesitan la compañía del otro, aunque nunca se hayan dado cuenta.
Sus sueños los llevaron a unirse de cierto modo, naciendo más y más de ellos.
El destino los quiso juntos desde el comienzo, aunque, su recorrido como pareja apenas comienza.
Y, sobre todo, Hikaru se dedicó a en cada ocasión, curar las heridas de su amado rubio cenizo, quien, sin darse cuenta, cayó perdidamente enamorado de aquel tan coqueto doctor.

Llegamos al final de esta historia y tengo una sola cosa que decir: está historia la sentí muy forzada. Sentí que no era yo misma cuando escribía esto y me di cuenta de que solo estaba complaciendo a l@s lector@s al escribirlo. Pero aún así decidí terminar este proyecto porque se que lo estaban apoyando mucho.
Lamento si este no es el final que esperaban o si la historia les pareció corta o mal elaborada, es que, sinceramente, solo la escribir porque ustedes me la pidieron.
Nuevamente lamento si es que están decepcionados, hice lo que pude.

Sin más que decir, gracias por leer.