El Doctor Coqueto [Bakugou Katsuki x Male Oc]

VIII

— Claro que me gusto Katsuki, es solo que estaba muy sorprendido. — respondió con una sonrisa.

Un chico de pelo carmín interrumpió el momento entrando exageradamente por la puerta del consultorio.

— ¡¿Katsuki está bien?! — preguntó con notable preocupación.

Hikaru creía que era increíble que Kirishima se preocupara tanto por sus amigos, pero en esos momentos hubiera deseado que no llegara a interrumpir de tal forma.

— Tks, ya te he dicho miles de veces que no soy tan débil. — bufó.

— Pero yo sé que lo eres. — respondió.

El mayor decidió intervenir antes de que su consultorio fuera explotado.

— No creo que sea así, pero de todas maneras yo lo cuidaré para que no te preocupes demasiado. — dijo Nakamura dedicándole una sonrisa al cenizo, el cual evitó su mirada con un leve rubor.

— No necesito que nadie me cuide. — respondió con los brazos cruzados.

— Pero estás rojito, eso significa que te gustó que el doctor Hikaru diga eso. — lo señaló el de ojos rojos.

El de cabello negro soltó una risa, era increíble como el de dientes de tiburón conocía a la perfección a Bakugou y era capaz de molestarlo.

— ¡Tú, maldito! — gritó con furia.

De no ser porque no se podía levantar, Eijiro estaría probablemente con graves heridas.

— Bueno, como se que estas bien me retiraré a mi cuarto. Por cierto Nakamura, Todoroki se lastimó el hombro mientras luchabamos, dijo que vendría en un momento. — explicó para finalmente retirarse de la habitación.

— ¿Quieres irte ahora o luego de que cure a Todoroki? — preguntó el de mayor edad.

— Luego. — respondió sin mirarlo.

Con una sonrisa, el de mayor altura esperó al chico de cabello bicolor.
Se oyó un golpe en la puerta y como respuesta dió un "pase".

— Te estaba esperando, Todoroki. — dijo con una sonrisa.

— Mmn. — respondió el chico tan frío como el hielo.

— Sientate por favor, revisaré tu hombro. Espero que no te moleste que te quites la camisa. — dijo mientras buscaba sus herramientas de trabajo.

Mientras tanto, cierto rubio no aprobaba para nada aquella escena, aunque agradecía lo frío y seco que era Todoroki.

Al momento de que el mayor wstaba curando al chico de ojos heterocromáticos, el ojirubí observó la escena con los brazos cruzados y con una expresión bastante seria.

— Listo, eso fue todo. En aproximadamente una semana ya estarás bien, no es una herida tan profunda, pero si te duele toma este medicamento. — dijo entregándole un pequeño frasco.

— Gracias. — susurró para luego irse.

Los ojos color café se dirigieron a los ajenos. Con una sonrisa en su rostro, el de mayor estatura se acercó al joven héroe.

— ¿Quieres ir a la habitación? — preguntó.

— No. — respondió en seco. — Quiero habla sobre algo en específico.

— ¿Sucede algo malo? — preguntó con algo de preocupación.

— No me gusta que estés con otros chicos, es molesto. — soltó sin mirarlo a los ojos. — Quiero que dejes de atenderlos.

— Katsuki, soy literalmente un doctor, no puedes decirme que deje de hacer lo que me apasiona y, además, ayuda a tus amigos. — contestó con seriedad.

— Quiero que solo me veas a mí. — confesó.

Les recuerdo que estaré actualizando esta historia los días martes y jueves. Espero que les este gustando y que le den su apoyo tanto a esta como a mis demás historias.

Sin más que decir, hasta la próxima actualización.