27

1.1K 170 12
                                    

Yeonjun se dijo a sí mismo que se dio cuenta en el momento que se habían ido

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Yeonjun se dijo a sí mismo que se dio cuenta en el momento que se habían ido.

Porque la semana había transcurrido con una tensión insoportable. Soobin se comportó de un modo frío y distante, sin preocuparse de ocultar su enfado con Yeonjun, así que, todos suspiraron aliviados cuando se marchó a Manchester por un par de días.

Pero no se trataba sólo de eso. Era Semana Santa y los niños estaban de vacaciones, así que pasaban todo el día en casa. Su excitación ante el inminente cambio de casa no ayudaba a que Yeonjun estuviera tranquilo. Muchas veces se entrometían en su trabajo y el no tenía la paciencia suficiente. Acabó por darles algunos regaños que no merecían.

Estaba cansado de guardar cosas en cajas cuando oyó el teléfono. Profirió un juramento y se dirigió a contestarlo, pero dejó de sonar.
Volvió a su tarea sin dejar de maldecir.

Todavía estaba jurando entre dientes, cuando los mellizos entraron en la habitación.

— Era papá —dijo ShinDae con el semblante muy serio.

No había olvidado la bronca que le echó Yeonjun por tirar su zumo de naranja sobre el suelo de la cocina. Para Shin había sido una injusticia, porque lo había tirado cuando lo tomó para Soohan de modo que su intención había sido ayudar a su papi, pero Yeonjun vio el pequeño accidente y perdió los nervios.

—Ha dicho que te diga que está volviendo de Manchester —dijo el pequeño con frialdad— Y que primero irá a la oficina, así que llegará tarde.

«Al cuerno con él», pensó Yeonjun. Que se quedara en su oficina mientras el se encargaba de la mudanza. «¿Haciendo el papel de mártir, Yeonjun?», oyó que le decía la voz de Soobin en el interior de su cabeza.

—Le dije que viniera a jugar con nosotros —intervino Suni.

—Y supongo que él colgó enseguida, muerto de miedo —dijo Yeonjun con sarcasmo.

Los mellizos no fueron ajenos a la crudeza de aquella expresión. Suni se puso roja de ira.

—¡No, no dijo eso! —exclamó— ¡Dijo que prefería jugar con nosotros a trabajar! ¡Y tú no eres un buen papá!

Yeonjun vio que a Suni se le llenaban los ojos de lágrimas antes de salir corriendo de la habitación y bajar las escaleras como un rayo seguida de Shin.

Suspirando, apoyó una mano sobre su vientre hinchado y la otra en la frente. Reconociendo que, probablemente, merecía las palabras de Suni, se dirigió al piso de abajo. Los mellizos lo ignoraron, fingiendo estar concentrados en la televisión.
Levantó a Soohan del suelo, donde había estado jugando alegremente con su juego de construcción y miró a Suni y a Shin, con la esperanza de que le devolvieran la mirada para poder decirles que lo sentía. Pero pensó que, tal vez, aquello aumentaría su irritación y salió del salón con el pequeño.

 Un Marito Infedele • SoojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora