[Mini serie] Al final del arcoiris

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Parte 1: En dirección opuesta

STEVE ROGERS X LECTORA AU
PROMEDIO DE PALABRAS: 1500+
ADVERTENCIAS: Algo de tristeza. ¡Leanlo hasta el final!
ESCRITO POR: PomeloVillano
N/A: *Al final del capítulo*


#PomeloAmaASteve

#TeamCapipaleta

#SteveRogersPapeeeh

~•~

T/n observó en silencio a la pareja frente a ella; A pesar de haber deseado que el sueño de una nueva familia se hiciera realidad, luego de haber llegado a acostumbrarse a su entorno, comenzaba a dudar si un nuevo hogar era lo que realmente quería.
La mujer sonrió levemente, se inclinó frente a la pequeña y sacó una fotografía de su bolso.
-Él es Anthony; Lo conocimos de la misma forma que a ti.- Aseguró en tono amable.
T/n observó la fotografía y luego a María, la mujer frente a ella.
-¿Él también vivió aquí en Santa Catalina?- Cuestionó la pequeña.
María sonrió levemente antes de negar con la cabeza.
-No exactamente, pero las circunstancias fueron similares.- La voz de Howard captó la atención de la pequeña. -Quizá pienses que somos sólo dos extraños y que no serás feliz en nuestra familia, pero es nuestra inquebrantable promesa el intentar todo lo que esté a nuestro alcance para que lo seas.- Aseguró.

T/n frunció levemente los labios. Observó una vez más la fotografía y suspiró.
-¿Qué significa "inquebrantable"?- Cuestionó ella haciendo que el castaño sonriera.

~

-¿Todo listo?- Cuestionó la hermana María.
T/n suspiró lentamente antes de observarla.
-¿Por qué no puedo despedirme de mis amigos?- Cuestionó la pequeña.
María se sentó junto a t/n y suspiró.
-Quizá no sea lo mejor hacer éste proceso más largo; Sé que en tu tiempo con nosotros has hecho muchos amigos, pero ellos estarán muy tristes y existe la enorme posibilidad de que no quieran dejarte partir.- Aseguró ella.
T/n frunció levemente los labios.
-¿Puedo pedirle un favor?- Cuestionó con algo de timidez.
María asintió enérgicamente.
-Lo que sea, cariño.- Dijo en tono amable.
T/n jugó un momento con sus pulgares mientras ordenaba las palabras justas.

-Cuide mucho a Steve... Él es muy bueno pero los otros niños no lo comprenden.- Dijo ella. -Si está triste, por favor, hágale galletas de chocolate. Son sus favoritas.- Agregó.
Los ojos de la pequeña destellaban con lágrimas.
María asintió levemente.
-Prometo cuidar de él y hacerle galletas de chocolate.- Aseguró.

~

T/n tomó la mano de María, su nueva madre, y caminó a paso lento hasta un elegante auto; Un hombre de pálida tez se encontraba parado junto a éste. Sin dudarlo, abrió la puerta para que subieran.
-Buenos días, señorita.- Dijo en tono calmado. -Mi nombre es Edwin Jarvis, ¿Cuál es el suyo?- Cuestionó él mientras extendía su mano en dirección a la pequeña.
T/n tomó la mano del hombre frente a ella y le dio una leve sacudida.
-Me llamo t/n.- Dijo con algo de timidez.
-Es un gusto que forme parte de ésta bella familia, señorita t/n.- Aseguró él.

Tras subir al lujoso auto y sentarse entre sus nuevos padres, t/n observó por la ventanilla el edificio alejarse poco a poco.
-Te va a gustar mucho tu nuevo hogar; Tenemos un jardín inmenso para correr, piscina...- La voz de María sonaba cargada de entusiasmo mientras las palabras se perdían poco a poco en los oídos de la pequeña.
La mente de t/n se encontraba perdida en la mera idea de que había olvidado algo, pero sin recordar qué.

~•~

Las delgadas piernas de Steve se movían a toda prisa por el interminable y frío pasillo; Sus pulmones protestaban desde que puso un pie en el primer escalón de las escalera, pero prefirió ignorarlo hasta llegar a su destino.
Al entrar en la habitación compartida, no se detuvo hasta estar frente a la -ahora vacía- cama de su mejor amiga. Las sábanas eran otras y la manta que solía abrigarla estaba doblada al pie.
-Lo siento, Steve.- La voz de la hermana María captó su atención.
-¿Dónde está?- Cuestionó él. Sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas lentamente.
Un lento suspiro se escapó de María.
-Hace varios meses una familia inició el proceso de adopción y, finalmente, les otorgarán la custodia definitiva.- Dijo ella en tono calmado. Posó una mano sobre el hombro del pequeño y le dio un leve apretón. -Ella se fue a su nuevo hogar.- Agregó.
El rubio negó con la cabeza.
-Ella dijo... ella dijo que nunca se iría de aquí... ¡Ella lo prometió!- Dijo Steve entre sollozos. -Ella lo prometió...- Murmuró.
María se inclinó frente a Steve y sonrió levemente; Secó con cuidado las lágrimas que recorrían las mejillas del pequeño.
-Ella quería cumplir con su promesa pero encontrar un hogar y una familia es el objetivo de todos, también el tuyo.- Dijo ella en tono calmado. -Incluso luego de encontrar un hogar, quienes dejan este lugar nunca olvidan a los amigos que hicieron aquí.- Aseguró ella.

Steve suspiró lentamente ante aquellas palabras.
-¿Segura que ella no me olvidará?- Cuestionó él.
María sonrió ampliamente y asintió.
-Segura... así como estoy segura de que tu no la olvidarás a ella.- Dijo ella en tono animado. -¿Qué tal si me ayudas a hacer galletas?- Cuestionó en un intento por animar al pequeño.
Steve asintió levemente.
-¿De chocolate?- Cuestionó él.
Una amplia sonrisa se formó en el rostro de Maria. Extendió su mano para que Steve la tomara.
-De doble chocolate.- Aseguró.

~

Steve observó una vez más la cama vacía a su izquierda y suspiró lentamente; Era la primera vez desde que había llegado que no lograba dormir. La idea de que la única persona que él sentía que lo comprendía ya no estaba a su lado, le causaba una tristeza enorme. Una que aún no comprendía.
Su llegada a ese lugar, al igual que t/n, se dio por el infortunio de perderlo todo; Dos de los muchos huérfanos que el mundo arrojaba a las manos de extraños que debían velar por sus existencias hasta que el sistema les encontrara una familia que los eligiera para protegerlos el resto de su vida.
Para ambos el mundo sin sus familias era nuevo y aterrador, pero lograron encontrar refugio el uno en el otro forjando una maravillosa amistad; Fueron las manos que sostenían las ajenas para contención, la sonrisa que aliviaba el dolor del otro, los abrazos que llenaban de calidez su ser. Las risas cómplices en la oscuridad, la alegría en un mundo gris y sin sentido.

Un lento suspiro se escapó de él ante la idea de no volver a ver a la única persona que llenaba de color sus días.
Entonces recordó las palabras que t/n solía decir.

Con cautela pero a toda prisa, Steve salió de su cama y buscó bajo el colchón la linterna que escondía. Tras tomarla, caminó hasta la puerta y abrió ésta con sumo cuidado de no alertar a nadie. Al ver el pasillo despejado, caminó hasta las escaleras y bajó con toda la rapidez que su cuerpo le permitía.
Steve sabía que la puerta principal era imposible de abrir sin alertar a todos, por lo que su mejor opción era la puerta de la cocina. A paso seguro, entró en la cocina y caminó hasta la puerta, sin dudarlo la abrió y salió. Tras encender la linterna, caminó con cautela hasta la capilla donde las monjas solían dar clases. Sin perder un segundo, se acercó hasta el lateral derecho y apoyó su mano en la pared; Con lentitud recorrió la estructura hasta el final, donde el muro terminaba al igual que el alegre dibujo en éste.

Un prado con animales, cielo azul con algunas nubes y un arcoiris.

El final de aquella representación del espectro de luz era el escondite que t/n había elegido hace ya tanto tiempo. Steve se arrodilló frente al muro y palpo con su mano hasta toparse con el final de éste; Al iluminar con la linterna, observó la pila de rocas que ella había acomodado meticulosamente. Tras hacer la linterna a un lado, quitó con calma las rocas y sacó la caja musical que t/n había escondido allí.
Steve limpio la tapa con la manga de su pijama antes de abrirla; Una bailarina se erigió y comenzó a bailar al momento en que la canción empezó a sonar. Sin dudarlo, abrió el compartimiento junto a la bailarina. Una leve sonrisa se formó en el rostro de él al ver la foto de una mujer que sostenía en sus brazos a t/n. La sonrisa en el rostro de ambas hizo que Steve tragara con fuerza.
Quizá su mejor amiga ya no estaba con él en ese lugar, pero siempre estaría en sus recuerdos.
El rubio tomó la fotografía e iluminando con la linterna leyó, con dificultad, las palabras inscritas en la parte posterior.

"Te esperaré donde los colores son más brillantes y la alegría es infinita.
Te encontraré cuando las nubes grises ya no cubran el cielo.
Te veré, una vez más, al final del arcoiris
."

Steve presionó la foto contra su pecho y la sostuvo un momento.
-Te veré, una vez más, al final del arcoiris.- Murmuró.

Al iluminar una vez más la caja de música se topó con otro objeto en el compartimiento; La luz de la linterna formaba un espectro de luz que lucía como un arcoíris.
Steve sonrió al ver el prisma con el que t/n solía jugar.

"A través de él todo es colorido incluso en los días grises."

Las palabras de ella sacaron una amplia sonrisa de él.

~~*~~

N/A: Mini serie navideña!!! El año pasado escribí sobre Bucky, este año le toca a Steve. 

Por delante tenemos 4 capítulos mas, cargados de un sin fin de emociones! 

☆ STEVE ROGERS & BUCKY BARNES ☆ ONE SHOTS ☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora