Capítulo 4🎄

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—Cartas de amor desde el cielo –murmuró Young Saeng, mientras con una sonrisa observaba la reacción de Young Soo, que se había puesto a dar vueltas con los brazos extendidos mirando hacia el Cielo.
   
—Primero, los aliens intentan secuestrarte, y ahora, recibes cartas del Cielo. Tienes mucha imaginación.
   
—Lo de los aliens fue cosa de Young Soo —dijo para defenderse y vio que en los labios de Hyun Joong volvía a dibujarse aquella inquietante sonrisa.
   
—¿Entonces, sí crees en lo de las cartas del Cielo?
   
—Por supuesto —dijo Young Saeng y sacó la lengua para saborear un copo—. Esa era de Elvis.
   
Hyun Joong soltó una carcajada.
   
Kyu Jong lo habría dejado ahí, pero él dudó. ¿A él qué le importaba si Hyun Joong pensaba que estaba chiflado? Pero, en realidad, sí le importaba.
   
—Young Soo quería ver la nieve en Navidad como prueba de que su padre estaba cuidando de él desde el Cielo. Eso es lo que todo el mundo le dice siempre.
   
¿Por qué se lo había contado? Era algo tan personal… ¿Por qué tenía aquella sensación de que podía confiar en él?
   
Hyun Joong lo miró intensamente.
   
—¿De verdad lo crees? ¿Que él lo está cuidando?
   
A Young Saeng le hubiera gustado hacer un comentario divertido, ocultar lo que sentía, pero le resultó imposible.
   
—Es lo que quiero creer.
   
Hyun Joong esperó un instante antes de contestar.
   
—Eso es muy bonito, Young Saeng. Espero que sea verdad —se quedó en silencio y después miró al cielo.

Young Saeng no pudo evitar ver el gesto de preocupación.
   
—Parece que tú no ves cartas del Cielo.
   
—Me imagino que no.
   
—¿Qué ves entonces?
   
—Tal vez problemas. Han anunciado en las noticias una tormenta. Parece ser que va a caer mucha nieve hasta Navidad.
   
—¿En serio? —preguntó Young Saeng con un suspiro.
   
«Oh, Siwon, Kyu Jong, parece que sí saben mandar cartas desde el Cielo».
   
—Parece que no lo has entendido —dijo en voz baja, para que Young Soo no pudiera oírlo—. Si nieva mucho puedes quedar aislado. Le he puesto a la camioneta la pala quitanieves; pero, aun así, podría tardar días en despejar el camino. ¿Qué pasaría si perdieras el avión?
   
Young Saeng se quedó pensativo.
   
—¿Qué sugieres que hagamos? —preguntó, molesto con él por las malas noticias.
   
—Hay un hostal muy agradable en el centro, seguro que podrían alojarlos en caso de emergencia.
   
—Anoche te burlaste de mí por tener miedo.
   
—Me burle de tí por tener miedo de cosas tan irreales como osos y ladrones. Pero la nieve es muy real.
   
—Las predicciones del tiempo suelen equivocarse —dijo Young Saeng con necedad.
   
Hyun Joong suspiró hondo y miró para otro lado. Young Saeng se dio cuenta de que estaba haciendo un gran esfuerzo por mantener el control, que iba a intentar convencerlo de que entrara en razón.
   
—Voy a preparar el desayuno. Seguro que la cabaña ya se ha ventilado. ¿Quieres huevos con beicon, Young Soo?
   
—Sí. Hyun Joong, quédate con nosotros.
   
—Seguro que está ocupado —dijo Young Saeng, deseando deshacerse de él, que parecía querer aguarles las vacaciones.
   
Hyun Joong quería marcharse, no le cabía la menor duda. Pero antes, tenía que convencerlo de que abandonara la cabaña.
   
—Creo que puedo quedarme a desayunar —dijo, como si estuviera accediendo a comer clavos.
   
Young Saeng miró hacia el cielo y entró en la cabaña después de darle a Young Soo instrucciones para que no se alejara. Dentro, el humo había desaparecido, aunque el olor aún permanecía. Sintió un fuerte escalofrío y se puso a cerrar las ventanas.
   
Hyun Joong entró detrás de él y se ocupó del fuego.
   
A Young Saeng le pareció una bonita estampa y deseó que fuera de verdad. Deseó que Hyun Joong se volviera hacia él y lo mirara con una sonrisa y con ternura en lugar de con irritación e impaciencia.
   
Miró por la ventana y vio que Young Soo seguía persiguiendo copos de nieve. Su cara era la viva imagen de la felicidad.
   
Suspiró contento y se dispuso a encender la cocina. Abrió el gas, encendió una cerillo y…

Deseo de Navidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora