-¡Qué camioneta más bonita! -exclamó Young Soo lleno de admiración.
Young Saeng intentó ocultar su expresión de sorpresa, pero se dio cuenta de que Kim Hyun Joong no hizo nada por ocultar la suya, e incluso levantó una ceja. El gesto le dio a la cara un toque sarcástico que no lo hizo menos atractivo, pero sí más intrigante, como si escondiera grandes misterios que suplicaran ser descubiertos.
«¿Descubiertos?», se regañó a sí mismo. Siwon siempre había detestado su gusto por las novelas de amor y allí estaba él, cara a cara con un vaquero de verdad, duro, independiente, inmensamente fuerte y bastante impaciente.
No era un hombre al que se le pudiera confiar el entusiasmo de un niño, se recordó a sí mismo. Young Soo era su prioridad, una prioridad que impedía la exploración de cualquier misterio masculino.
La camioneta era la típica de un vaquero: grande, vieja y desvencijada. Pensó que debajo de todo el polvo y el barro debía de ser azul oscura.
Young Saeng esperaba que Hyun Joong no le hiciera mucho daño a Young Soo ignorándolo de aquella manera. Aunque, pensándolo bien, quizá eso fuera lo mejor para que se olvidara de esa idea de un papá.
-Hace lo que tiene que hacer -le dijo él con un gruñido a Young Soo, con total indiferencia, aunque el niño no se percatara.
Después, comenzó a arrojar el equipaje a la parte de atrás con tan poco cuidado que Young Saeng no pudo contenerse.
-¡Esos son mis adornos de Navidad! -se quejó, e inmediatamente pensó que debía haber sido más contundente.
Siwon habría dicho: «¡Eh! ¡Deja de tirar así mis cosas o te quedas sin propina!».
¿Propina? Le echó un vistazo al vaquero. ¿Cuando los dejara en su destino, debía darle una propina?
Desde luego que no, si le rompía los adornos de Navidad.
-Si no se los han roto ya en el aeropuerto, difícilmente los voy a romper yo -dijo él, pero Young Saeng se dio cuenta de que con la siguiente caja tuvo más cuidado.
Young Soo estaba ocupado limpiando el barro de la puerta con la manga para descubrir un letrero.
-¿Qué dice aquí papito?
Young Saeng se fijó en las letras desgastadas.
-Dice: «Rancho Rocky mountain».
-¿Es un rancho de verdad? -preguntó el niño.
-Sí -Hyun Joong abrió la puerta del asiento del copiloto. Aunque tenía una expresión impasible, estaba claro que no le gustaba que lo trataran como a un criado.
Eso significaba que no aceptaría una propina.
Young Soo se metió dentro como un torbellino y se sentó en el medio. Young Saeng subió detrás de él, después de un momento de indecisión. Era su última oportunidad para cancelarlo todo, para recobrar el sentido. Hyun Joong esperó con paciencia. Después, cerró la puerta y se dirigió a su asiento.
Sin mirar a ninguno de los dos, arrancó la camioneta.
Por el rabillo del ojo, mientras Hyun Joong cambiaba de marcha, Young Saeng se fijó en la fuerza de su muñeca y de su mano.
-¿Hay caballos en el rancho? -preguntó Young Soo, dándole la oportunidad a Young Saeng de pensar en otra cosa que no fuera la mano del hombre.
-Sí.
Una respuesta más larga habría sido más agradable, ya que Young Saeng necesitaba distracción. Por Dios, ¿que le estaba ocurriendo con éste hombre? Miró por la ventana, lejos de su mano sobre la palanca de cambios. Pero en lugar de concentrarse en el paisaje, pensó que dentro de la camioneta olía muy bien. A pino y piel, junto a otro olor a limpio que no podía definir muy bien. Aunque quizá sí podía: olor a hombre sexy.
-¿Y ganado? -insistió Young Soo.
-Sí.
La voz de Hyun Joong, aunque parecía que a él no le gustaba utilizarla, era tan perturbadora como el trozo de brazo que asomaba por la manga de la camisa. Profunda. Fuerte. Segura.
«Estoy demasiado cansado», se dijo Young Saeng a sí mismo para explicarse lo que le estaba sucediendo.Estaban rodeando la isla. La noche estaba cayendo. En la distancia se veían las siluetas oscuras de las montañas altas que contrastaban con el colorido del cielo y el mar. La carretera circulaba por grandes extensiones de tierra, sin ningún árbol. Y sin nieve.
Estaban volviendo a entrar al campo y Young Saeng se fijó en las casas nuevas, pequeñas y acogedoras. Eran el tipo de casa que a él le gustaría para Young Soo en el futuro.
-¿Está la cabaña cerca de los caballos y las vacas?
-No.
-¡Oh! -la falta de entusiasmo no lo detuvo-. Es la primera vez que me monto en una camioneta.
-No tiene que ser muy diferente de un coche.
Eso era algo más que un monosílabo, pero, desde luego, nada mejor. ¿Tan difícil sería ser amable con un niño pequeño? Aunque, pensándolo mejor, si era amable todo sería más difícil para él y sobre todo para su pequeño.
Young Saeng puso un brazo protector sobre los hombros de su hijo.
-Mira -le dijo con entusiasmo para distraerlo y que no intentara hablar con el vaquero gruñón-, un McDonald's.
Young Soo lo miró con el ceño fruncido.
-Eso lo tenemos en casa.
Hyun Joong lo miró.
-¿Tiene hambre?
El tono que utilizó le dejó claro que si la tenía era mejor no decirlo.
-No -soltó Young Saeng-. Pero tendré que comprar algo de comida para la cabaña.
-Mi madre compró algunas cosas -dijo Hyun Joong con un tono que indicaba que era el fin de la conversación.
«Sexy idiota». Pensó Young Saeng.
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Deseo de Navidad.
FanfictionQuerido Santa Claus: esta Navidad solo deseo un papá. Título: Deseo de Navidad. Pareja: HyunSaeng Autora: HyunSaeng_forever Advertencia: Yaoi Nota: Todos los derechos reservados. No copiar, no adaptar sin autorización. ¡Disfruta la lectura!