Mi cuerpo descansa sobre la gran cama de Joon, espero a que este salga de la ducha para poder hablar sobre lo que sucedió ayer.
La lluvia empieza a caer y el cielo se oscurece de pronto, son las 10 de la mañana pero debido a esta tormenta parecen ser las 6 de la tarde. Mi cerebro ignora los rayos que caen del cielo con una intensidad deslumbrante y solo puedo pensar en todo lo que pude leer durante el capítulo extra de la historia que fue publicado anoche.
Porque sí, incluso tenemos un extra. Me da escalofríos pensar en cómo aquel capítulo relata a la perfección la situación por la que pasamos Eung y yo actualmente. Lo admito, lo único que difiere con la realidad es el final, pues en la historia todo termina de una manera maravillosa y mientras tanto aquí ninguno de los dos es capaz de mirarse a la cara nuevamente.
Pienso en todos los sentimientos que Eung instala dentro de mi cuerpo, lo mucho que me ha ayudado, lo feliz que me hace con tan solo sonreír o hacer una de sus bromas. El cómo él arriesga sus propios miedos con tal de no soltar mi mano. Una lágrima se desliza por mi mejilla y mi corazón se siente vacío.
No lo necesito porque no dependo él. Pero cada vez que pienso en algo que me gusta, me entretiene o que deseo hacer, no puedo evitar pensar cómo sería si él estuviese a mi lado. Eung hace de mis emociones algo inigualable. Desde la primera vez en el casillero o incluso desde que me ha estado cuidando.
Si lo pienso bien, yo soy el que debería estar agradecido por haber obtenido su amor y en lugar de eso me estuve portando como todo un malcriado. He estado clavando un puñal constantemente sobre su pecho y si no lo saco ahora puede que cuando trate de hacerlo, ya no haya nada que salvar.
Me pongo de pie con brusquedad.
—Tengo que ir a verlo.
Comienzo a buscar mis zapatos y una camiseta, no pienso en abrigarme a pesar del horrible clima que hace. Solo quiero ir por él.
La puerta del baño es abierta y mi mejor amigo me observa, preocupado.
—¿A dónde vas? —lo ignoro, observa la ventana—. ¿No pretenderás salir así, cierto?
Vuelvo a ignorarlo mientras termino de atar mis zapatos. Corro fuera de la habitación.
—¡Lee Seok! ¡Vas a morir haya afuera! —grita desde la puerta de la habitación.
—¡Debo ir a buscar a Eung! —es lo único que logra escuchar de mí antes de que desaparezca por la puerta principal.
Cuando estoy fuera de casa, descubro que la tormenta es mucho peor de lo que pensaba. Aún así tomo una tonta decisión para llegar a la casa de Eung:
Correr bajo la lluvia.
♡♡♡
No sé cuánto tiempo ha pasado pero estoy seguro de que en cualquier momento van a colapsar mis pulmones. Estoy más a menos a dos cuadras de la casa de Eung pero siento que mi débil cuerpo no puede más. Apenas estoy sintiendo el impacto de la carrera que hecho hasta acá, contando toda el agua que cae sobre mí.
Durante mi queja, no me fijo bien en que mis zapatos se han desatado y tropiezo con ellos, cayendo al suelo. Me abrazo a mi adolorida rodilla mientras el agua me invade. El dolor es insoportable pero cuando una sombra se posa por encima de mi cabeza y el agua deja de caer sobre mí, todo dolor desaparece.
Una mano se posa sobre mi rodilla y las mariposas dentro de mi estómago vuelven a revivir. Mi rostro se eleva poco a poco y no puedo evitar llorar al ver quien está frente a mí.
—¿Estás bien? —pregunta sin obtener respuesta pues estoy anonadado con el regalo de volver a tener su rostro tan cerca del mío—. Joon me dijo que saliste de casa corriendo. ¿Qué te sucede? ¿Quieres morir? ¿Cómo sales de casa con este clima y vistiendo esa ropa? —no digo nada—. ¿Acaso no vas a resp-
No lo dejo terminar, coloco mi mano sobre su camiseta y lo atraigo hacia mí juntando nuestros labios. El mundo parece detenerse ante el nuevo encuentro que fue pospuesto por tanto tiempo. Me separo de él y observo su anonadado rostro.
—Te amo. —confieso y lo paralizo aún más—. Posiblemente lo hice desde el primer día en que mis ojos se cruzaron con los tuyos o cuando mi cuerpo respondió al tacto con tu piel. No lo sé, pero lo único que sé es que te amo y que todo aquello que dije fue una basura. Hacer el amor contigo es la muestra de afecto más grande que alguna vez he tenido en la vida. Amo que me beses, tomar contigo y que seas el único que sostenga mi mano. —sollozo—. Lamento ser un idiota y no ser lo suficientemente valiente como para poder luchar a tu lado. Pero cuando me ignoras y finges que no pasó nada entre nosotros, no sabes cómo rompes mi corazón.
Sigo llorando fuertemente, todo aquello fueron palabras que albergué por mucho tiempo en mi interior y que raspaban las esquinas de mi alma.
—Seo... —susurra y solo logra hacerme llorar más.
—Y-yo...
Su mano se coloca en mi nuca y acerca mi rostro al suyo besándome con desesperación. El beso es profundo, necesitado, urgente. Mi mano se enreda en la parte trasera de su cabeza y cuando Eung acerca su segunda mano a mí, el paraguas que nos protege cae mojando nuestro beso con las fuertes gotas de lluvia que no logran ni por un instante que perdamos la noción del sentimiento que nos envuelve ahora mismo.
Es aquí, ahora, cuando decidimos borrar aquel final que se nos fue dado y escribir nuestra propia historia.
Nos separamos por falta de aire, mi frente descansa sobre la suya.
—Te extrañé. —confieso.
—Te amo. —confiesa, dilatando mis pupilas—. Desde que era un niño, te amo. Te amo siendo un adolescente, te amaré cuando seamos adultos y nos casemos. Aún envejecidos, voy a amarte igual, Seo.
Suelto una carcajada y me lanzo sobre sus brazos que se envuelven sobre mi cuerpo como si nunca quisieran dejarlo ir.
—Eung. —susurro en su oído.
—¿Uhm? —responde.
Mi rostro sale del hueco de su cuello, mirándolo fijamente.
—El título de la historia está mal. —comento.
—¿Lo está?
—Sí. —respondo, volviendo a su oreja—. Todos deberían ser amados por alguien tan valiente, hermoso y libre... como tú.
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Un amor como TÚ [BL] #1 ✔
RomanceQue alguien dentro de tu escuela haya escrito un libro sobre ti mientras declara su amor y lo publica en internet, no es tan malo. En el caso de Seo, el problema es que esa persona es un chico y él... no es gay. Cuando recibe la ayuda de Eung, ambos...