03. los rumores

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capitulo tres
LOS RUMORES
1989

—Toc, toc. ¿Cómo está mi deficiente de azúcar favorita?

Desperté con la visión de una luz cegadora: era el sol, que se filtraba desde los ventanales de la enfermería y amenazaba con quemarme las retinas. Me incorporé lentamente, sintiendo de cuatro a cinco punzadas de dolor en todo el cuerpo y enfoqué la vista. Sakeenah estaba parada frente al sillón ubicado al costado de mi cama, justo al lado mío. Cargaba una bandeja llena de pastelillos de chocolate (mi segundo favorito después de las galletas rellenas) y tazas humeantes.

Al pie de la cama, Mona sonreía de forma exagerada con dos pulgares arriba.

—Esa fue una caída terrible —apuntó. Una horrible frase para decir cuando alguien se veía tan animado como ella.

Sakeenah se sentó.

—La gente dice que es karma por la vez que empujaste a ese niño por las escaleras. ¿Cómo se llamaba? ¿Lockart? ¿Lockhart?

—Sabes —Mona retomó la palabra—, eres la primera persona que se desmaya en el campo de quidditch sin estar en el juego. Eso debe ser algún tipo de record. ¿No crees, Abbs? —dijo, sin bajar la sonrisa.

Yo gruñí y me agarré la sien. Fue entonces que recordé en dónde estaba. ¿Cómo carajos se me pudo haber olvidado? Tan pronto ella dijo "quidditch", las imágenes volvieron a mi mente como un balde de agua fría. Las banderas rojas. La multitud rugiendo. Charlie montando su escoba en lo alto del cielo... ¡CHARLIE MONTANDO SU ESCOBA EN LO ALTO DEL CIELO!

—¡CHARLIE! —grité, aferrándome al brazo de Sakeenah que acababa de bajar la bandeja sobre la mesita auxiliar— ¿QUÉ PASÓ CON CHARLIE?

Sakeenah hizo una mueca que no disimulaba el asco y se zarandeó mi mano del brazo, pero antes de que pudiese soltar algún comentario, Mona se aupó a la cama, sentándose un poco sobre mi en el proceso. La empujé con la rodilla, haciendo que casi cayese, pero los años de amistad que llevábamos encima la habían entrenado lo suficientemente bien como para que se volviese inmune a esos ataques. Ella simplemente se reacomodó y suspiró como si fuese a contar la historia más épica de la última década.

—¡Deberías haberlo visto! —exclamó— ¡Realmente se veía como un caballero ahí!

—Está exagerando —afirmó Sakeenah, pasándome un pastelillo.

Lo tomé y empecé a masticarlo como un animal hambriento. Mona hizo una cara. Sus raíces aristocráticas súper bien disimuladas todavía se notaban algunas veces.

—No estoy exagerando, Abbs. Te lo juro, salió volando de su escoba cuando vio que estabas cayendo. No llegó, obviamente. Estaba demasiado lejos. Por suerte la profesora McGonagall logró lanzar el hechizo ralentizador justo antes de que tocases el suelo. Fue un gran alivio. Te lo juro que todo el estadio contuvo el aire. Oh, volviendo a Charlie, él insistió en posponer el partido para ver que estés bien y así... tampoco se lo permitieron, pero fue dulce de su parte. ¿No crees?

Asentí, aunque estaba segura de que mi respuesta estaba nublada por mi enamoramiento. Charlie Weasley podría literalmente darme una patada y seguiría pensando que era lo más dulce que alguien había hecho jamás.

—Seh... él estuvo aquí con su hermano y con Summers, ¿sabes? Llegaron justo cuando Madame Pomfrey dijo que te habías desmayado por un bajón de glucosa. Weasley mayor estaba apenado. ¿Pero Charlie? Charlie estaba furioso. Incluso regañó a Bill por no haber controlado la situación siendo premio anual, lo cual era un poco ilógico siendo que Bill también estaba en el campo de juego... Como sea, él dejó unas galletas antes de irse. Sabían horribles...

suck it and see || charlie weasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora