07. las tres escobas

1K 146 54
                                    

capitulo siete
LAS TRES ESCOBAS
1989

—No puedo creer que me hagan hacer esto.

Tuvimos que volver a nuestras habitaciones a cambiarnos luego del desayuno. Yo todavía vestía mi pijama naranjas de mangas largas con una tipografía exageradamente setentera estampada. «Stay groovy», en letras blancas. (Cortesía de mis padres). Hubiese ido vestida así mismo si no fuese porque afuera hacía un frío que pelaba y me hubiese congelado los pezones de haber salido demostrando mi orgullo hippie por doquier.

Me puse un suéter azul (bajo varias capas de mangas largas) y unos pantalones vaqueros con el único par de botas que no tenían adornos coloridos (realmente debería dejar de aceptar regalos de mis padres). Cuando bajé a la sala común Saki ya estaba ahí, vestida de forma similar a la mía, excepto por el enorme gorro de lana roja que cubría parte de sus rizos. Nos sentamos frente a la chimenea a esperar a que Mona bajase. Cuando lo hizo, casi nos caímos de espaldas.

—Deberías ponerte un suéter —le dijo Saki.

Mona frunció la cara y resopló una risa.

—Jamás —declaró—. Eso arruinaría completamente mi outfit.

El "outfit" del que Mona hablaba era irrisorio. Vestía una ridículamente delgada mangalarga blanca bajo un vestido lila pastel con florecitas. Al menos tenía medias finas bajo sus sandalias. Sí, sandalias. En invierno. Esa chica necesitaba atención psicológica y unas botas de piel, en ese orden.

—¿Van a salir, chicas? —preguntó Bill Weasley, mientras pasaba casualmente. Como premio anual, era su deber acompañar a los alumnos a Hogsmeade—. Recuerden ponerse un suéter. Hace mucho frío afuera —dijo, antes de salir.

—Debería ponerme un suéter —coincidió Mona, antes de volver a desaparecer escaleras arriba.

Sakeenah rodó los ojos.

—Weasleys.

Encontramos a Charlie, McLaggen y Patel esperando fuera del colegio. Los tres debatían sobre cuál era la mejor forma de desviar a una bludger loca. Charlie seguía comentando de forma muy enérgica sobre como los giros triple eran la mejor forma de zafarse cuando se percató de nuestra presencia.

—¿No creen que mejor deberíamos ir a Las Tres Escobas? —sugirió.

Yo negué, pero todo el mundo pareció estar de acuerdo. Por regla general me ignoraban (yo prefería no ir a ninguna parte de ser posible) pero Charlie se volvió hacia mí.

—¿No te parece la idea? ¿Quieres ir a otro lugar?

Antes de que yo pudiese responder que iría hasta a Azkaban con él, Sakeenah dio un paso hacia el frente, colocándose en medio de nosotros.

—Sólo está bromeando. Estaría encantada de ir. ¿No lo ves en su rostro? Está que se muere de la emoción.

Charlie me miró. La sonrisa que intenté darle debió haberlo asustado, porque él frunció el ceño y abrió los ojos, preocupado. Miró a Sakeenah y ella volvió a asentir. Entonces se encogió de hombros.

—Okay... A Las Tres Escobas será.

Sabía que era una mala idea tan pronto echamos a andar, pero no iba a acobardarme ahora ni a abandonar la única oportunidad que tendría de ver a Charlie sin su loco séquito de admiradoras revoloteando alrededor. Era una oportunidad de oro que solo un tarado iba a perderse. Y yo no era una tarada.

suck it and see || charlie weasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora