capitulo cuatro
POLOS OPUESTOS
1989Yo no pretendía ser abrasiva. Solamente... lo era. Me salía natural, como si estuviese programado en mi cerebro. Mi teoría es que, como mis papás eran hippies que coleccionaban cristales y bailaban en prados abiertos en honor a la diosa de la luna, el universo tenía que balancear las cosas de alguna forma, así que me envió a mi.
Una antipática de proporciones cósmicas.
¿Cómo carajos se supone que fuese yo a cuidar la forma en la que todos reaccionaban a lo que digo? Ese no era mi maldito problema. No podía controlarlo todo. «Deberías ser más empática, Abby-dee», me decían mis padres. «Las malas energías que transmiten las palabras pueden ser muy perjudiciales». Jodidos hippies y su cosmovisión sobre las relaciones interpersonales. Ese enfoque me hacía ver a mi como la mala. Y yo no era mala.
Era la gente estúpida la que probaba mis límites de forma continua.
—Quizá el hechizo funcionaría si tú enseñases bien —oí decir a lo lejos a una de las Ravenclaw de cuarto año que seguían en el salón.
Mi sexto sentido para idiotas pareció encenderse en un tris. En ese entonces oficiaba como voluntaria en el club de tutoría de hechizos y encantamientos que, años atrás, una cierta Gryffindor prodigio (héroe de guerra y todo) había instaurado con el objetivo de ayudar a alumnos inferiores en sus penurias académicas.
El trabajo era un asco. No había nada ni siquiera remotamente estimulante en tutorar a niños ineptos de dos a cuatro de la tarde los jueves, pero se veía particularmente bien en mi currículum y al menos me libraba de meterme en otra actividad ridícula como la banda escolar. O peor: el quidditch.
—L-Lo siento, en realidad creo que tú ejecutaste mal el movimiento de... varita —La voz trémula de Angelina Summers apenas si se oía.
Rodé los ojos. ¿Se suponía que esa era la presidenta del club? Honestamente, patética.
Desearía no haberme metido. Desearía haberlo ignorado y hecho felices a mis padres con mi apacible temperamento y mi enorme autocontrol, pero como no podía mantenerme fuera de cualquier pelea en un radio de cinco metros a la redonda (por más pequeña que fuese), bajé la pila de pergaminos que andaba revolviendo para encontrar uno de los múltiples hechizos que estudiaríamos la siguiente clase y me acerqué a ellas a paso decidido.
Las chicas de Ravenclaw seguían aporreando a Summers con sus comentarios como si fuesen sus jodidas jefas. Y adivinen quien no se estaba defendiendo.
—¿Algún problema? —inquirí, en mi usual tono salado.
Me planté al lado de Angel que se encogía como un cachorrito mojado y les dediqué a las Ravenclaw una mirada que tenía partes iguales de frialdad y agudeza. Ellas retrocedieron instintivamente.
—La incompetente de tu compañera... —empezó la más pequeña y rubia, en tono acusador.
—Incompetente serás tú —corté.
La rubia me clavó sus enormes y abiertos ojos. Su cara se había encendido de distintos tonos de rosa para entonces.
—¡N-no puedes...! ¡No puedes hablarme así! —alcanzó a barbotar. Parecía uno de esos chihuahuas que tiemblan de los nervios.
—Puedo y lo haré —afirmé con dureza—. Váyanse. Son una pérdida de tiempo incluso para la mejor alumna de sexto.
La otra Ravenclaw, una morena de cabello lacio que estaba aferrada al brazo de su compañera dio un paso hacia delante y apuntó a Angelina.
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suck it and see || charlie weasley
Fanfiction"no lo puedo creer. ¿a la amargada de aberdeen sallinger le gusta alguien?" CHARLIE WEASLEY aidxneus, est. 2021