05. una conversación de más de diez palabras

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capitulo cinco
UNA CONVERSACIÓN DE MÁS DE DIEZ PALABRAS
1989

—No puedo evitar notar que tu piel está particularmente reseca hoy. ¿Agua?

Habían dos opciones:

a) Charlie Weasley en realidad sí era un masoquista y le gustaba que le gritasen.

b) Charlie Weasley en realidad era un poco estúpido y sin sentido común.

Yo me decantaba por la segunda, aunque la primera nunca estaba fuera de la mesa. (Uno nunca sabe.)

El caso es que, luego de haberle gritado (consejos amorosos, pero gritado al fin), Charlie se apareció al día siguiente en clase de Herbología como si el día anterior nunca hubiese sucedido. En vez de eso, me mostró su mejor sonrisa (tuve que poner el doble de esfuerzo para permanecer inmóvil y no sucumbir a mis ganas de besarlo— esos colmillos pronunciados me provocaban sentimientos encontrados) y me tendió un vaso lleno de agua.

¿Qué carajos?

—No puedo evitar notar que tu piel está particularmente reseca hoy —dijo de forma amable—. ¿Agua?

Yo resoplé.

—¿Me estás insultando? ¿Es eso?

—¿Ah? Eh, no. Yo, uh... también noté que no estuviste en el desayuno hoy —dijo, hurgando apresuradamente en su bolsillo—. ¿Galleta?

Mona, que diluía la vaselina para terminar de preparar el ajenjo terminó golpeando el cuenco, y derramando el contenido. Una mancha aceitosa y transparente se extendió por parte de la mesa. Cuando le dirigí una mirada que, con toda seguridad, le hizo recalcular todo su presente, pasado y futuro, Mona me devolvió una mueca extraña con los ojos muy abiertos.

—¡Oh, que torpe! —exclamó, dándose un golpecito en la frente— ¡Creo que debería ir por más vaselina! ¿Saki?

Sakeenah tenía en el rostro una sonrisa que no dejaba ni un solo diente a cubierto.

—Oh, sí. Definitivamente necesitarás mi ayuda —contestó ella, levantándose de su asiento.

Se dirigieron de forma casi ensayada hacia el escritorio de Sprout antes de que yo pudiese comentar (de forma bastante mordaz) que no necesitaban dos pares de manos para cargar con un frasco de 200ml. Las vi acercarse a Sprout y gesticular de forma sugestiva. Entonces las tres me dirigieron la mirada y Sprout frunció el ceño, negando con cierta decepción. Justo cuando me pregunté qué clase de patrañas habían soltado mis disque amigas, Charlie volvió a hablar.

—Entonces... ¿quieres? —volvió a ofrecer, empujando la galleta hacia mi.

—No creo que una galleta con agua sea de lo más apetecible, Weasley —contesté, aunque honestamente hubiese comido tierra si él me lo ofrecía.

—¿Prefieres leche?

—Sólo un psicópata bebe leche sola.

Charlie soltó un bufido, echando la cabeza para atrás. Entonces volvió a mirarme. Se mordía los labios y negaba repetidamente, como si estuviese terriblemente exasperado por el comentario, lo cual era ilógico, puesto que era él el que se había expuesto al mantener una conversación conmigo.

—Es imposible complacerte, ¿no, Aberdeen?

Quería disolverme en el aire en ese instante. ¿Charlie Weasley estaba tratando de complacerme?

—Bueno, me complacería que te vayas a tu puto asiento —Porque de lo contrario voy a terminar besándote o algo.

Charlie se acomodó en la butaca al lado, haciendo caso omiso a mi pedido.

suck it and see || charlie weasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora