12. y vivieron felices para siempre

1.5K 193 35
                                    

capítulo doce
Y VIVIERON FELICES PARA SIEMPRE
1989

No dijimos mucho luego del beso. En parte porque Charlie no podía decir más de dos palabras sin sonrojarse violentamente o empezar a tartamudear y en parte porque yo no estaba segura de poder volver a hablar nunca en la vida. En vez de eso, nos quedamos sentados en el frío piso del pasillo contemplando la existencia en el más completo e incómodo silencio.

—Ha-hay una fiesta —dijo finalmente—. Hoy. En Hufflepuff. Por Tonks y Angel. Y por la victoria de Gryffindor.

—Genial... —contesté, sin saber que rábanos decir. Honestamente esperaba otro beso.

—¿Quieres ir conmigo?

—¿Tú y yo? ¿Juntos? —chillé, más por la sorpresa que por otra cosa.

Charlie tragó saliva.

—Puedes... uh... puedes llevar a Mona y Saki si es que...

—Está bien —corté—. Iré.

—Genial. ¿Nos... uh... nos vemos luego? —dijo, esbozando una sonrisa apretada.

Asentí, y entonces Charlie se levantó, me ayudó a levantarme y trató de envolverme en una especie de abrazo que salió un poco mal (estaba demás decir que yo no soy exactamente una experta en abrazar, así que... sí). Charlie rio. 

—Trabajaremos en eso —dijo antes de irse.

Yo aún tenía el ramo de peonias en la mano cuando entré a la habitación. Mona y Saki (que estaban bastante ocupadas debatiendo sobre los perjuicios de la cirugía plástica realizada con magia) detuvieron su charla en ese instante para mirarme desde sus camas.

—¿De dónde sacaste eso?

Yo hice mi mayor esfuerzo para no sonreír al enseñarles el ramo.

—Me lo dio Charlie.

Katherine Brighton (premio anual junto con Bill) tuvo que aparecerse en nuestra habitación luego de eso, pensando que hubo un homicidio en nuestra habitación o algo parecido. 

Dijo que nunca escuchó a unas chicas gritar tan alto.




• • •




—Esa ropa es demasiado reveladora —reprochó Saki.

—Oh, cállate abuela —dijo Mona, dando vueltas en su pequeño vestido—. Estoy como para morirse.

—De frío —agregué yo—. ¿No piensas llevar aunque sea un abrigo?

Mona me apuntó con los dedos índice de ambas manos y guiñó el ojo.

—De eso se encargará Bill.

—¿Estás saliendo con Bill? —inquirí. Si la respuesta era sí, hoy había sido un día productivo.

—No —contestó Mona—, todavía.

Saki dejó escapar un suspiro cansado.

Weasleys.

Se habían sobre esforzado en que yo me viese formal y elegante, según ellas porque «iba a ser mi primera cita real con Charlie». Estaba demás decir que no les dejé ponerme ni un dedo encima. Llevaba un vestido negro bastante largo, un abrigo que me iba dos tallas grandes y mis zapatos favoritos, que mi mamá insistía en que era peligroso para las hormigas por el tamaño de las plataformas. Bueno, las hormigas podían irse a cagar. Esas plataformas eran grandiosas.

suck it and see || charlie weasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora