—¿Qué ha ocurrido?
—Lavrogue. Parece ser que se lo administraron antes de que la trajeras aquí.
—Se ha tirado inconsciente casi una semana, ¡¿me puedes explicar por qué cojones no habías descubierto que lo tenía?!
—Su organismo estaba completamente muerto, no ha sido hasta que ha despertado que ha podido desplazarse por su cuerpo. Por eso no lo habíamos identificado, ni siquiera en los análisis salía que lo tenía. Es como si se hubiera camuflado esperando el momento de atacar.
En un inútil intento por sentirme viva, aprieto los párpados contra los ojos para convencerme a mí misma de que al menos, una parte de mi cuerpo sigue reaccionando a las órdenes que da mi cerebro.
—Voy a cambiarte el nombre por "La bella durmiente". — Ya conocía perfectamente la voz del que me habla. —Te pasas más tiempo en la cama que levantada. — Sé que intenta ser indiferente a la situación, lo noto en el tono de su voz, y ese horrible intento por ser irónico cuando momentos antes estaba dando voces histérico con las personas del exterior. —Veneno, de eso nos has oído hablar.
Rahul empezaba a entenderme más de lo que yo misma me entendía, pues había imaginado a la perfección cuál iba a ser mi primera pregunta. —¿Cómo dices?
Tras haber conseguido abrir los ojos, lo siguiente que probé fue a tragar saliva. Era un gran alivio notar cómo caía por mi garganta, después de la horrible sensación de haberla notado arrinconada. Ya me siento algo mejor, pero no lo suficiente.
—Te envenenaron.
—¿Quién?
—Dehol's.— Comenta como si tuviera la menor idea de qué era eso. Al pensar en lo que me está diciendo los pinchazos vuelven a ser más fuertes.
—Me he perdido.
—Ya estabas perdida la primera vez que abriste los ojos.— Le hubiera dado un puñetazo si no fuera porque los brazos aún no me responden. —Sombras, Lunna.
—¿Sombras?— Me estoy imaginando que esas cositas negras que se forman cuando nos da el sol me han envenenado y la representación es simplemente nauseabunda. —¿Me estás vacilando?— Sé que ahora el que quiere pegarme es él. Y veo el enorme esfuerzo que tiene que hacer por no decir unas cuantas palabras malsonantes.
—No esa clase de Sombras, Sleepy. — Vaya, se ha tomado la broma de cambiarme el nombre al pie de la letra, y no me apetece tener que responder a ese nombre a partir de ahora. Por eso me aseguro de que note mi cara de asco, aunque él se asegura de ignorarme. —Son seres sin vida, del subsuelo.
—¿Y qué tienen que ver las cosas de las cloacas conmigo?— Un rayo de dolor nubla mi vista, rescato de mis recuerdos a unos seres que en nada se parecen a las sombras negras que creía que estaba describiendo Rahul.
—Te quieren con ellos.— Hace una pausa, me examina, parece que se está planteando si debe continuar o no. Supongo que mi cansancio es notable. —Hay muchas cosas que tienes que ir recordando, pero tienes que tener paciencia, no vendrá todo de golpe.
—A ver si me he enterado bien...— Rahul ni siquiera me mira, es como si supiera que no le iba a gustar lo que le estaba a punto de decir. —Unos seres, digo Sombras, ósea ese nombre tan raro que has pronunciado antes. . .
—Dehol's.
—Sí, eso. — Chasqueo la lengua cuando responde. — ¿Si me quieren con ellos por qué me han envenenado?, ¿pretendían matarme? — No me encaja la idea de que me quieran viva con el acto de envenenarme, a no ser que no fuera así cómo yo me lo había imaginado.
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Crónicas del Pensamiento | Libro I. Andara.
Teen FictionLunna, una joven que despierta en un lugar desconocido, aturdida, desorientada y sin memoria, cree plenamente que la locura gobierna dentro de ella, y lucha constantemente por encontrar una muy ansiada realidad. Un mundo donde la verdad está permiti...