𝟎𝟓│Daniyyel (II) (𝑟𝑒𝑒𝑠𝑐𝑟𝑖𝑏𝑖𝑒𝑛𝑑𝑜)

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—¡Más rápido!— Aunque lo intento, es difícil seguir sus movimientos, la gravedad había dejado de importar en cuanto entramos en el SDB, y era realmente complicado para mi aferrarme a los pedazos de goma que se encontraban flotando en el aire. Tenía que empujar mis pies contra la pared, con la dirección y la fuerza correcta para poder seguir los pasos de la peli-rosa.

—¡Detrás!

Sé que no puedo alcanzarla pero mi voz se desplaza lo suficientemente rápido como para que Molly pudiera esquivar el disparo con la lanza y desviarlo en mi dirección, podría haberlo hecho en cual otra, pero utiliza ese pequeño acto premeditado para mirarme y asegurarse de que estaba bien, para ver por dónde iba, si la seguía; básicamente, si estaba obedeciendo las órdenes de la capitana. El juego me estaba agotando.

Choco contra el siguiente trozo de goma que encuentro en mi camino y me aferro a él buscando el lugar para posicionar los pies y no seguir moviéndome pero Molly ya no está allí. Decido con cuidado elevar mi cuerpo para poder asomar la cabeza por el alto de la figura, con tan mala suerte que la siguiente bala me golpea en la cabeza.

Estoy fuera de juego.

—¡Dios Lunna, ¿estás bien?!

—¡No!, ¡au!, ¿qué ha pasado?

—Mira que te he avisado. — Oigo como la persona de la que procede la tercera voz, aún no identificada, chasquea la lengua.

—Eso ha dolido. —Me incorporo despacio con la ayuda de Azahar, hasta que consigo volver a sentarme sobre la piedra. A mi lado, hay un mazo que aún está dando vueltas, y por la posición en la que estaba tirada, deduzco que me lo han tirado a la cara y me han derribado de un golpe.

—Tus reflejos están hechos mierda.

—Modérate, Molly. — Aparto las manos de Azahar de mi rostro, ya cansada de que me manoseara tanto cuando estaba perfectamente. —¿No has oído cuando te han gritado que tuvieras cuidado y no has visto el mazo volando?

—Créeme, si lo hubiera visto ahora no estaríamos así. — Debo conservar el humor, pues solo me queda eso.

La curiosa peli-rosa levanta el mazo del suelo y comienza a darle vueltas, sé que quiere decir algo, está inquieta, pero no acaba de soltarlo.

—Bueno, Lunna, ella es Molly.

—Lo sé, ya nos conocemos. — Azahar busca la respuesta en los ojos de su compañera, creyendo que tal vez nosotras nos hayamos encontrado días antes, pero en seguida descubre que no, cuando encuentra a Molly tan perdida como ella. -He vuelto a tener un recuerdo, justo cuando me has golpeado con el mazo estaba en ello. — La joven levanta las manos con el mazo incluido, mostrando inocencia, pero de inocente nada. —Ésta vez, estaba contigo. — Elevo la mirada hacia Molly torciendo una pequeña mueca en los labios, sé que ambas quieren saber más pues tienen el mismo gesto que puso Rahul cuando le dije lo que había recordado, pero esta vez, tampoco había sido gran cosa. No veía la hora de conseguir recordar algo estando sola, sin que nadie pudiera arrebatarmelo de golpe y pudiera obtener la información completa. —¿Se puede saber qué es un SDB?

Mis compañeras parecen estar más tranquilas ante mi pregunta, es como si antes esperasen una respuesta de algo que no podrían explicar, pero en cambio, al ver que lo que he recordado es mucho más sencillo, parece que pueden respirar tranquilas. No sé exactamente qué es lo que temían que les dijera, tal vez haya algo que deba recordar y a lo que no sabrían cómo hacerle frente, el problema es que ellas conocen mi vida, y como ellas Rahul, Zero y seguramente un montón de personas más que ahora mismo no puedo recordar y sin embargo, en vez de coger y contarme las cosas desde el principio para ver si así voy recuperando la memoria, esperan, esperan a que por arte de magia mis recuerdos encuentren el camino de llegar a casa, cuando ahora simplemente necesito una terapia de choque. ¿Temen que me sature si me lo cuentan todo? Al menos así esto tendría sentido, de la otra manera los pocos recuerdos que voy obteniendo se van acumulando en mi cabeza, buscan su sitio y se colocan, pero no pueden unirse unos con otros porque faltan esos lazos que les dan sentido y entonces sigo exactamente igual que al principio.

Crónicas del Pensamiento | Libro I. Andara.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora