9.

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KATHERIN.

Salí de casa completamente furiosa, ¿Qué era una adquisición?, pobre idiota, de no ser porque el señor Collins me pidió alimentarlo ni le había preparado el desayuno, pero de ahora en adelante verá cómo se alimenta.

Mire nuevamente el mensaje del señor Collins.

"Katherin, sé que esto no será mucho de tu agrado, pero estoy seguro que mi hijo no sabe ni como hervirse un agua, en su apartamento tenía nana."

Maldito niño mimado, con razón se les salió de las manos si lo consentían en todo, estoy segura que no sabe ni limpiar un plato.

Le envié un mensaje a Jen para avisarle que ya iba en camino a la empresa, el señor Collins dijo que debería tener asistente y mi amiga buscaba trabajo, trabajar en Collins Fashions te abría inmediatamente puertas en cualquier empresa, era el lugar más cotizado para trabajar y el más difícil para ingresar.

Por suerte llegue a tiempo, el lugar era impresionante, un edificio alto e imponente, al entrar todo llamo mi atención, este siempre fue uno de mis sueños y ahora se estaba cumpliendo.

— Hola, Buenos Días, busco la oficina del Señor Collins — la mujer se levantó un poco de su lugar y me miro de arriba a abajo, para luego ignorarme por completo.

— Disculpa, ¿Puedes ayudarme? — pregunté muy atenta, aunque estuviera por estallar, ¿esta es la cara principal de la empresa? Ella siguió ignorándome.

— Kathe — el grito de mi amiga resonó en el lugar y la mujer/zorra que me "atendía" rodó los ojos.

— Jen, que bueno que viniste — la abracé fuerte y ella me devolvió el abrazo, de ese tipo de abrazos que ella sabe que me reconforta, sin decir nada ella entendía todo.

— Bien, vamos a por ellos — estaba emocionada. — Cuando le conté a mamá que me habías conseguido un trabajo en Collins Fashions se puso super feliz, dice que te mereces una cena completa — ambas estábamos emocionadas de trabajar aquí

— Señoritas, si es que se les puede llamar así — nos miró de arriba abajo con desprecio — están haciendo un escándalo aquí, el área de pasantes o becarias es en el piso quince — rodé los ojos.

— Venimos buscando al señor Collins — le volví a repetir y ella nos dio una sonrisa burlona.

— A esta hora el señor Collins no atiende a sus zorras — eso fue suficiente para que mi paciencia llegara su límite.

Mi mano se estampó en su rostro en una sonora bofetada que dejó a la gente que pasaba por el vestíbulo en total silencio, mientras ella jadeaba y llevaba su mano a su adolorida mejilla.

— Primero que nada, exijo respeto, en ningún momento le falte al respeto como para que lo haga con nosotras y segundo, es increíble la actitud que tiene, se supone que la persona encargada de recibir a las personas en el vestíbulo de una empresa debe ser una persona educada y amable, no una persona con aires de grandeza que se cree la dueña del lugar — estaba hiperventilando, y estaba segura que podría golpearla de nuevo.

— ¿Qué está pasando aquí? — Me gire lentamente para encontrarme cara a cara con el señor Collins, perfecto Katherin, arruina tu oportunidad.

— Señor Collins, esta mujerzuela no entiende que no puede venir a revolcarse con Matthew a la hora que ella quiera, me ha abofeteado sólo por no dejarla pasar — vi al señor Collins fruncir el ceño.

— Señorita...—

— Soy Helen señor —

— Señorita Helen, mírela bien, ella es mi nuera, la prometida de Matthew y ella puede venir a revolcarse con mi hijo las veces que así lo deseé — la mujer abrió los ojos con sorpresa y empezó a boquear como un pez, y yo sentí morir de vergüenza por la forma en la que Lucían dijo aquello, que directo que era.

Forzando el Amor [Ya en Fisico en Librerias y Amazon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora