Prólogo

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Miró hacia la hermosa ciudad matutina, pero en un momento su vista se nubló completamente, las lágrimas que se acumulaban en sus ojos le impedían ver el paisaje. Su garganta se cerró y en su pecho se arremolinaba un dolor punzante, con fuerza empuñó la tela de su camiseta, como si eso fuera a disminuir el dolor que desgarraba lentamente su corazón. Con manos temblorosas se afirmó de la barandilla del mirador, y se inclinó para intentar controlar el dolor que escalaba por su garganta y abandonaba su cuerpo en forma de sollozos. Antes de darse cuenta, ya había resbalado y caído hacia el vacío, sabía que al final de la caída le esperaba el suelo rocoso que seguramente acabaría con su vida, pero ya no importaba, si así tenían que ser las cosas quizás era lo mejor.

Cerró los ojos y relajó su cuerpo, entregándose por completo, pero... ¿No llevaba cayendo un buen rato? Antes de poder abrir los ojos para corroborar que no estaba en un sueño extraño, su cuerpo por fin tocó fondo. Un dolor intenso recorrió todo su cuerpo precediendo la pérdida de la consciencia.

Encuentro de Dos LunasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora