¿Secuestro? Parte 2

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Estaba frustrado, él ya tenía todo bajo control pero la aparición de la Tukusama provoco un gran desbalance en su meta. No importaba que tan fuerte sea, un sangre pura siempre sería superior y estando esa  joven en el bando del Sereite lo arruinaba todo.

Secuestrarla, fue la opción que le pareció más fácil y aunque ciertamente dudaba de los inadaptados de sus subordinados cumplieran con su deber tenía una opción B. Según dicen un Tukusama solo puede enamorarse una vez, amando incondicionalmente a su pareja de toda la vida; si él lograba que ella le amara el juego cambiaria a su favor o mejor aún…  Ganaría la guerra.

Le intrigaba no saber nada de ella, el no saber su historia, sus puntos débiles, el que tan poderosa se había vuelto. Por más que busco no encontró nada, esa chica era un completo misterio y lo único que le consolaba era que pese a su edad esa joven era hermosa, muy hermosa.

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Luna estaba tardando en llegar, quedaba claro que la loba había seguido la única regla que le había puesto la Tukusama.

No importa si tenía una orden y ella se estuviera muriendo, proteger a los humanos era la principal prioridad a seguir.

Esto se estaba volviendo pesado, los hollows parecían ser infinitos e incluso podría jurar que estaban por toda la ciudad y los ghouls no se quedaban atrás esas cosas eran peor que un resfriado molesto hasta por el culo… sabía que no era correcto que una “señorita” dijera tales palabras pero ella no era una simple señorita.

Su cuerpo estaba un poco ligero sin embargo eso no duraría mucho, podía usar su shikai pero tenía que contenerse, el mundo humano no estaba diseñado para tal magnitud de poder. Se estaba forzando demasiado en contener su reaitsu, bastantes daños hizo la última vez que no tuvo precaución y sí que se arrepentía haber usado a Kurikara ahí.   

-          ¡Inoue! –alarmada busco a la peli-naranja  quien con sus extraños poderes había  puesto un escudo y por detrás de ella un ghoul se acercaba para atacarla, todo empezó a verse en cámara lenta. La albina ignoro a sus atacantes y empezó a correr hacia la muchacha.

Pueden golpearme, torturarme, humillarme e incluso matarme pero no dejare que alguien más tenga que sufrir por lo que yo pase así sea que me cueste la vida protegeré sin importar el precio que tenga que pagar

-          Ni se te ocurr… - Demasiado tarde, la kagune había atravesado su estómago y esa cosa clavo sus mugrosos dientes en el cuello.

-          No quiero que nadie salga herido – A lo lejos escucho gritos pero no logro reconocerlos. Sintió como empezaba a fallarle el oxígeno, le costaba respirar pero no le dio importancia, aun con la kagune enterrada golpea al ghoul en el estómago volviéndolo pedazos esa bestia le había arrancado una parte de su cuello pero no sentía dolor, más sin embargo no pudo evitar toser grandes cantidades de sangre.

-          Kurikara – volteo a ver a la peli-naranja que la miraba anonada y le sonrío dejando su zanpaku-tō en el suelo – Cuida de ella – Una barrera rodeo a Orihime – Después de todo mi especialidad siempre ha sido el Hakuda.

Dio un ligero salto y dando una fuerte patada giratoria destruyo a varios hollows llevándose a su paso gran parte del parque y un edificio abandonado. Su velocidad había disminuido pero aun podía ser rápida. Esta vez aumento un poco su fuerza, siendo consciente de los daños devastadores que estaba provocando y todo lo que tenía que reparar después.

Renji había acabado con el último ghoul siendo ahora el problema los hollows que los rodeaban.

-          Oe, ¿Te encuentras bien? – Alguien toco levemente su hombro encontrándose con la mirada avellana del shinigami sustituto, aquello la hizo sentirse un poco incomoda al no tener tanto contacto físico con desconocidos.

-          Estoy bien – mintió regalándole una sonrisa tierna.

-          Mitsuki-sama, debería descansar sus heridas son muy graves – Hablo el pelirrojo mirándola serio.

-          Tranquilo, Abarai-kun esto no es nada – Dijo sonriendo amablemente la sangre pura, Ichigo entrecerró los ojos viéndola en ese estado sabía perfectamente que esa chica no estaba bien, a pesar que ella quiera ocultarlo podía notar que le estaba costando respirar y que los parpados le pesaban, tendría que vigilarla ella no tardaría en caer inconsciente.

-          No quiero sonar grosero, pero este no es momento para platicar – Ishida no había parado de lanzar flechas y ya se le notaba algo cansado, Inoue estaba curando a Chad que había sido herido por un ghoul, si se lo proponían esas cosas sí que podían llegar hacer una pesadilla.

-          Esto no puede ser peor – Hablo el Kurosaki con una sonrisa, sonrisa que se borró al ver como delante de ellos se formaba lo que parecía un agujero negro y que de él salía no solo uno sino siete monstruos gigantes.

-          ¡¿Cuándo aprenderás a cerrar tu bocota?! – Exclamo Renji golpeando a Ichigo en la cabeza iniciando una de sus inoportunas discusiones.

-          Menos… Grande – Mitsuki estaba asombrada, había leído de ellos pero nunca en su vida se había enfrentado a algo como eso.

Volteo a ver a donde estaba su zanpaku-tō, Inoue miraba aterrada a esa cosa tan solo eso basto para que ella tomara el coraje suficiente para pelear contra eso; sabía que iba a colapsar, los músculos ya los sentía entumidos, los huesos parecían pesar toneladas, se le estaba dificultando respirar,  su cuerpo ya no daba para más.

Extendió su mano llamando a su espada la cual apareció frente a ella, la tomo con pesadez y cerro sus ojos, el poder espiritual lo tenía de sobra pero este causaba demasiados daños sumándole el cansancio que no permitiría controlarlo del todo para usarlo así que inconscientemente lo utilizaba para cerrar la herida de su pecho y cuello.

Permitió que saliera un poco de su shikai ocasionando que llamas azules rodearan el parque, ganándose como expectantes las miradas de los demás.

-          No lo vas a aguantar – La voz de su zanpaku-tō  sonó algo desesperada.

-          Confío en ti, por favor intenta no hacer mucho daño -  empezó a ver borroso, tambaleándose un poco salto hacia los menos.

-          Destrúyelos Kurikara – Agito su espada desencadenando de este modo una llamarada de fuego azul aniquilando solo a tres menos. El veneno por fin produjo su efecto, empezó a caer, no podía mover su cuerpo e intentaba inútilmente tomar aire; la desesperación se apodero de ella al ver como la mano de un menos intentaba tomarla, quería moverse y no podía ¡Maldita sea!

-           Shire Senbonzakura – miles de pétalos de sakura envolvieron el lugar arrasando por completo a los cuatro restantes, unos brazos cálidos y fuertes le dieron la bienvenida, junto al sentimiento de seguridad que le brindaban; a tan solo unos cuantos centímetros de ella estaba aquel hombre que le había robado el corazón, azul y gris chocaron.

-          Bya-kuya – Apenas y podía hablar la sangre pura sonrío feliz siendo él, el causante del sonrojo en sus mejillas.

-          Sh… no te esfuerces – Dijo suavemente  el pelinegro, le dolía verla así, sintiéndose un idiota al no ver llegado antes, agradecía no haberse quedado esperando la orden del comandante.

Aquellos hipnotizantes ojos zafiros se cerraron, la Tukusama había colapsado y un sentimiento de pánico se apodero de él.   

Hasta aquí, si les pareció un poco corto pido disculpas ando algo mala de la gripa (y la gripa me tumba)

Gracias por sus comentarios, me motivan mucho (y motivada la inspiración llega)

Espero que les haya gustado

Que tengan un buen día/tarde/noche.

Mattane~

Lágrimas de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora