Capítulo 15: "Ese amo, un nieto"
—¿Los mandó Dios? — ingenuamente preguntó. Grey negó.
—No nos creerán hasta que te llevemos — se sinceró —. Por eso, si quieres deshacerte del demonio, colabora y dinos todo lo que pasó desde mil ochocientos ochenta y nueve hasta ahora — Ciel no dijo nada. Endureció el ceño, haciéndoles saber que no quería ayudarles —. Niño, solo necesitamos matar al demonio que te molesta desde hace tanto. No te haremos nada a ti ni a tu gente. ¿No quieres ser libre por fin?
—No les creo nada. Púdranse — musitó, convencido de que de su boca solo salían engaños.
Ash y Grey se miraron. El más bajo de ellos suspiró. Grey clavó la punta de su espada en la mano izquierda de Ciel, haciendo que gritara tanto de la impresión como del dolor. Mordió su labio y se quedó quieto cuando vio al ángel agacharse a su altura en amenaza.
—¿Quién ayudó al demonio? Quiero nombres y razas — con dureza exigió. Ciel no permitió que sus lágrimas salieran. Movió su cabeza en negación. Incluso si su palma había sido atravesada, no quería que nada arruinara el plan. Undertaker saldría el veinticinco y ellos no tenían que interferir. Confiaba en una sola cosa.
—¡Sebastian! ¡Sebastian! ¡Estoy aquí! — de una patada, Grey buscó callarlo sin éxito. El niño siguió revolcándose para huir. Ash reía.
—¿Y ahora qué está haciendo? — se cruzó de brazos sin entender el comportamiento del menor — Incluso tu cultura sabe que somos superiores a ustedes. La iglesia ha enseñado a agachar la cabeza ante nuestras órdenes. ¿Por qué no puedes hacer eso?
—¡Sebastian! — volvió a llamar, recibiendo otra patada a su estómago.
—Él nunca hace lo que los demás humanos. Su especialidad es llevar la contra, lo sé porque yo solía pagar por su rebeldía. Prefiere confiar en la personificación del mal antes que en dos ángeles. ¡Dime si no es tonto! — iba a repetir el golpe, pero una sombra negra había recogido al muchacho rápidamente. El alivio invadió a Ciel al ver a Sebastian rescatándolo. Podía ver furia en su semblante, y eso que ya estaba de malhumor —. Oh, ¿Cómo estás, mayordomo? Aunque ni tu presa ni yo somos condes ahora.
—¿Cómo te atreves? ¿Te haces llamar "puro"? Conoces a este niño desde que tenía diez años hace dos siglos. Lastimar a una criatura así... — dijo el azabache con genuina incomprensión. Grey chasqueó la lengua.
—Por favor. Se tenía que morir, y por tu causa. Era una molestia para la paz de Gran Bretaña y para mí. Impuro, nada más que eso — acusó con el filo de su espada en alto —. El Cielo quiere tu cabeza, Michaelis, y la sangre de toda la familia Phantomhive. ¿Con quiénes te alías para hacer funcionar semejante plan?
—Grey, tenemos solo media hora — avisó Ash con un reloj de bolsillo de oro en su mano.
—Será más que suficiente — confiado, se colocó en posición, siendo imitado por Sebastian. Ciel se aferró a sus hombros, convencido de que ganarían.
—Pero, si no lo llevamos personalmente, no nos creerán. Tenemos que hacerlo antes de que liberen a Undertaker — los parloteos de su compañero distrajeron a Grey.
—¡Ya sé, tarado! ¡Ven y has el trabajo tú si tanto te preocupa! — el descuido fue aprovechado por Sebastian, quien fue rápido en quitarle la espada con la que tanto alardeaba — ¡¿Qué crees que haces, demonio?!
—Nunca supe si podías hacer algo sin este juguete tuyo — como si fuera de ule, la dobló fácilmente hasta romperla en dos. La quijada del ángel cayó en incredulidad —. Dime, ¿Tu hermano sabe que estás paseando por la Tierra?
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𝕷𝖆 𝕿𝖗𝖎𝖘𝖙𝖊𝖟𝖆 𝖉𝖊𝖑 𝕯𝖎𝖆𝖇𝖑𝖔
Humor⚠️NO ES SEBACIEL⚠️ Luego de dos siglos, la reencarnación ha sido exitosa y Sebastian Michaelis se reencuentra con su amo, quien goza de una vida normal y saludable. Ahora que el demonio se ha dado cuenta de la importancia del niño, su único objetivo...