Capítulo 17: "Ese amo, reencarnado"
Undertaker festejó la victoria de su nieto. Sebastian dejó de cubrirse el rostro entre sus piernas cuando los chillidos del anciano se oyeron en el salón vacío. Éste fue directamente hacia la familia Phantomhive para hacerla entender.
—¡Alégrense! ¡El alma de nuestro conde vuelve a hacer un milagro! — exclamó. Asustó a Rachel cuando secó sus lágrimas — Querida, no hay razón para llorar. ¡Su hijo ha vuelto a nacer, ahora defintivamente! El demonio no puede hacerlo tan bien como yo.
El cinematic record de Ciel dejó de reproducirse para volver dentro de él. Todos vieron lo que en verdad pasó ese día desde la perspectiva del conde. William sacó a los Charles de su sorpresa al ordenarles que levantaran al niño que estaba despertando. Ash estaba decepcionado con que todo salió bien, y no fue el único.
Undertaker aprovechó su libertad y les arrebató a los ángeles su nieto.
—¡Mi lord! ¡Despierte! ¡Ha vencido! — pidió, sarandeándolo sin delicadeza.
—¡Sé suave con él, tarado! — exigió Vincent, sentando al chico en la mesa. El conde estaba somnoliento. Le costaba abrir sus ojos en plenitud — ¡Ciel! ¡Ciel! ¡¿Estás bien?!
—¡Mi amor! ¡¿Te duele mucho?! — se fijaron en que ya no había ningún tajo. De donde salió su cinematic record, cicatrizó como si no hubiera pasado nada.
—Vincent, su ojo... — Frances mencionó, atónita.
Cuando logró despertarse, mostró sus desiguales cuencas. Siempre eran un hermoso púrpura en la derecha y azul en la izquiera. No pasaron por alto el pentagrama con símbolos brillando en el amatista de su córnea.
Agudizó la visión, encontrádose con toda su familia mirándolo entre asombrados y aterrados. La impresión que le daba ver a sus padres y a su tía Ann hizo que intentara alejarse por inercia. Undertaker lo tomó de los hombros para impedirlo.
—Tardará en alinear los recuerdos de sus dos vidas. Denle unos minutos — emocionado, le dijo a sus parientes. El conde dejó su confusión de lado rápidamente, alejando con brusquedad a su abuelo.
—¡Sal, idiota! No me trates como a un enfermo, que el loco aquí eres tú — mandó con molestia. Se quejó unos segundos del mareo, hasta que volvió a ver a sus progenitores. Los asustó ser vistos con esos símbolos en los ojos de su hijo, aunque se fijaron más en la conmoción en su expresión —. Madre... Padre...
Se abalanzó a ellos con alegría. Fueron rápidos en corresponder, sin importarles las experiencias bizarras por las que pasaron. No le hicieron caso a la discusión entre los bandos sobre si la fuerza espiritual del niño era una amenaza. Undertaker se inclinó sobre la mesa de los humano, enternecido.
—Creo que me voy a poner a llorar, ¿No? — le dijo a Alexis, a lo que éste atinó a esconder a su hija detrás de él.
Grell cuestionó a Hannah con señas desde su lugar, pues ella estaba al lado de Sebastian. La fémina pateó con suavidad el brazo del demonio en el suelo. Éste estaba paralizado con la vista clavada en su amo siendo abrazado por sus padres. Hannah chistó para ganarse su atención.
—Michaelis — llamó ella en voz baja. Los guardias que antes los vigilaban ahora se encargaban de volver a encadenar a Undertaker —, ¿Estás bien?
—No puede responder — le recordó Ronald, refiriéndose al bozal demoníaco que traía puesto.
No era una respuesta verbal la que necesitaba, sino una reacción que le diera a entender que no iba a explotar. Pasaban los segundos y el shock era reemplazado por la felicidad. Hannah se asustó tanto como las parcas al verlo entreceñirse, conmovido. Si bien lo habían visto en su momento de locura, no podían acostumbrarse a un demonio emocionado.
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𝕷𝖆 𝕿𝖗𝖎𝖘𝖙𝖊𝖟𝖆 𝖉𝖊𝖑 𝕯𝖎𝖆𝖇𝖑𝖔
Humor⚠️NO ES SEBACIEL⚠️ Luego de dos siglos, la reencarnación ha sido exitosa y Sebastian Michaelis se reencuentra con su amo, quien goza de una vida normal y saludable. Ahora que el demonio se ha dado cuenta de la importancia del niño, su único objetivo...