Más que un ensueño

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Fue cuando te conocí que entendí el rumbo de mis pasos

en materia de desvaríos me había vuelto un experto;

se hacía de noche en mi alma, ya se veía el ocaso

eras tú mi último tren para salir del país de los muertos.


Emergiste de la nada, y al mismo tiempo lo eras todo

me tomaste por sorpresa cuando menos lo esperaba,

creí que estaba soñando, ¿acaso había otro modo?

pues a alguien como tú solo en sueños la encontraba.


Entonces me pareció que ya te había visto antes

quizás en sueños, como éste, que al final no era tan sueño,

pues aun siendo real, hay de amores principiantes

que creen ya estar soñando, aunque aún sigan despiertos.


Tan radiante tu mirada, tan hermosas tus pupilas

tan precioso tu semblante, no pude tener mejor suerte.

Envuelto en un mar de ilusiones, me apresuré a hacer la fila

para inscribirme en la lista de los que querían tenerte.


Pensé que fracasaría, siempre tuve miedo al fracaso,

eras tú tan asombrosa que temía asumir el riesgo;

habría actuado como siempre, pero éste no era el caso,

había en ti un imán que me hacía tomar tu sesgo.


Y mira qué suerte tuve, que tú también me has mirado

se cruzaron nuestros destinos: tú mi dueña, yo tu dueño.

¡Amor a primera vista! ¡Creo en ti! ¡Me ha pasado!

Pues desde el primer instante esto fue más que un ensueño.

De estación en estaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora