la princesa de los piratas y el príncipe de los cuentos.

Capítulo 11

Pov Gold

¿Cómo empiezas a contarle a un niña una historia tan difícil de relatar? La tenía delante de mi y era como tener a su madre, pero su aura mágica estaba creciendo y debía saber lo que era.

-Tú madre y yo nos conocimos hace mucho...-Relaté con su atenta mirada.

Flashback

Una mujer corría por el bosque en plena noche huyendo de quién sabía donde o de que en cuestión. Llevaba corriendo mucho tiempo y se sentó en un tocon caído.

-No te preocupes mi pequeña...- Decía mientras acariciaba su voluptuosa barriga.

-¿Vais a tener un niño o una niña?- Preguntó un hombre a su lado con una piel escamosa  y unos ojos dorados enormes. Tenía además el pelo enmarañado y la ropa muy lujosa.

-¿Quién sois?- Preguntó la mujer levantándose y alejándose muy lentamente.

-Un amigo por supuesto.- Sonríó el hombre a la mujer- La niña que llevas dentro no es humana... Y tú tampoco lo eres ¿Me equivoco?

-¡Alejate de mi pequeña!- Gritó con cólera la mujer sacando de su espalda unas hermosas alas de color metálico.

-¡Ya se quién sois!- Rió él hombre de júbilo- Sois Titania, reina y soberana del mundo de las hadas.

-No se quién eres, pero ya he aguantado bastante de Oberon y sus tonterías de que quería matar a mi hija por ser indigna.- Explicó batiendo las alas y generando una brisa- No vas a tocarla.

-No he pretendido eso en ningún momento majestad,-explicó el hombre haciendo una reverencia- soy Rumplestinski, o ser oscuro como prefirais.

-¿Que queréis de mi?- Preguntó la mujer cansada.

-Ayudaros por supuesto,- rió el hombre con una risa que haría erizar el vello a cualquiera.-Vuestra hija será una bella y poderosa hada en el futuro, es eso de lo que tiene miedo vuestro marido.

-Pero no voy a dejar que la mate.-Dijo solemne la mujer.

-No digo que la mateis... Sólo protegedla, yo puedo ayudaros.- Hizo aparecer una botella de cristal con un líquido azulado.- Anulara vuestros poderes hasta el final del embarazo... Y de vuestra hija hasta que cumpla los 16 años.

-¿Por que tanta amabilidad?- Preguntó la mujer- Ni sí quiera me conoces y me das sin más un remedio.

-¡Ahí os equivocais!- Gritó de repente.- Quiero una cosa a cambio.

-¿Qué?- preguntó y vio como este señalaba su peineta.- Fue un regaló del padre de mi hija.

-Ese es mi precio.

-Pero es muy alto... Además eso no la protegerá de nadie.

-Sí protección es lo que queréis no os preocupeis.- Saco de su bolsillo otra botella más pequeña.- Dos gotas cuando nazca y ni yo ni un hada podremos tocarle un sólo pelo...

-¿Sólo queréis mi peineta a cambio de estas cosas increíbles?- Preguntó confusa Titania.

-Pues sí.

La mujer temerosa de que la encontrarán se quitó la peineta dejando que su pelo rubio callera hasta su espalda y se la dio al hombre.

-Perfecto, aquí tenéis, de un sorbo y no os preocupeis, no está envenenado.

Tras tomarse la pocima sus alas se debilitaron con rapidez con lo que las guardo.

-¿Por qué me habéis ayudado a tener a salvo a mi hija?- Preguntó mirando la otra botella.