BLOOD BONDS

Capítulo 8: Who the hell is Malachai?

-¿Mi madre hizo QUÉ?- La calma en el interior de Grimmauld place se rompió con un grito creciente e incrédulo. En la sala de estar, Harry estaba de pie frente a la silla que había derribado, con el pecho agitado y la cara de asombro. Hermione se sentó tranquilamente en el sofá frente a él, releyendo los resultados de la poción de herencia que Harry había utilizado antes. Movió las piernas y su nueva tobillera de plata con su amuleto en forma de rayo se enganchó brevemente en el sofá. A su lado, Ron y Neville intentaron encogerse en los cojines y desaparecer.

-Parece que te ha hecho un hechizo de transferencia genética. No hay otra forma de que te hayas parecido tanto a James Potter durante tanto tiempo sin él-, explicó Hermione. -No tienes ninguna conexión sanguínea con él, así que...-

-¿Cómo que no hay conexión sanguínea? Es mi padre-.

Hermione lo miró con simpatía. -Oh, Harry, no. Lo siento; no lo es. Según esto, lo es un vampiro de sangre pura llamado Malachai Xavier. Parece que James Potter te adoptó cuando se casó con tu madre, seis meses antes de que nacieras-.

Harry se sentó bruscamente cuando sus piernas cedieron. -Yo... no lo entiendo-, admitió. -¿Cómo puede ser? ¿Por qué nadie me lo dijo?-.

-Lo siento Harry, no sé qué decirte. Tiene que haber una razón para todo esto. ¿Quizás Remus lo sepa? Puedes preguntarle la próxima vez que lo veas-. El corazón de Hermione sangraba por su angustiado amigo.

¿Remus? Sí, por supuesto. -¡Fawkes!- Llamando a su familiar, Harry se levantó de un salto para recorrer la habitación con inquietud. Un estallido de llamas y el fénix se posó en su hombro.

-¿Me ha convocado, Maestro?-.

-Sí. Necesito que vayas a buscar a Remus Lupin y lo traigas aquí. Ahora mismo. No me importa lo que esté haciendo, sólo tráemelo-.

-Como usted ordene-. Con eso, Fawkes se lanzó del hombro de Harry y se fue.

-¡Harry! ¡No puedes hacer eso! Eso es muy grosero, ¿qué pensará el profesor Lupin? Puede que ni siquiera sepa ninguna... cosa...- La bruja se interrumpió, mirando a Harry. Estaba de pie, lo más alejado posible de los demás, de espaldas a ellos, apoyando la frente en la pared. Desde el otro lado de la habitación, podían ver claramente a Harry temblando; luchando por el control. Con un grito ahogado, golpeó las palmas de las manos contra la pared al perder el control. Sus alas se desprendieron de su espalda y alcanzaron su máxima envergadura, extendiéndose casi a lo ancho de la habitación.

Neville, siempre sensato, decidió que la discreción era la mejor parte del valor. -Bueno, te dejaremos para que puedas tener una buena charla con Remus-, sonó un gruñido de Harry. -Estaremos en la habitación de al lado, grita si nos necesitas. Jeje, ¿he dicho gritar? Quise decir gruñir-. En un tono bajo y urgente, hizo una seña a Ron y Hermione. -Vamos ustedes dos, creo que Harry necesita estar solo ahora mismo-. Los tres salieron rápidamente de la habitación.

En la habitación contigua, Ron se volvió hacia Hermione con confusión en los ojos. -Nunca había visto a Harry reaccionar así ante nada-.

Sorprendentemente, fue Neville quien respondió. -Harry acaba de descubrir que el hombre que creía que era su padre en realidad no lo es, y que hay una mentira más que le han ocultado quienes deberían cuidarlo. Junto con sus sentidos vampíricos recién despertados, el vínculo inconcluso y el impulso mágico que recibió cuando entró en su herencia, diría que parece estar sobrellevándolo bastante bien, teniendo en cuenta todo. Aun así, me alegro de que sea el profesor Lupin y no nosotros quien vaya a recibir la peor parte de su ira-. Los tres amigos asintieron en un momento de perfecta comprensión.