Capítulo 21: It's good to be king

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Albus Dumbledore: Director de Hogwarts, Mugwump Supremo de la Confederación Internacional de Magos, Brujo Jefe del Wizengamot, vencedor de Grindelwald y Líder de la Luz estaba muy molesto. Su familiar se había fugado con su Maestro de Pociones y espía, y ahora su herramienta -(Harry Potter)- había desaparecido. Junto con todos sus amigos. Curiosamente, Draco Malfoy también parecía haber desaparecido. No es que le importara el mocoso Malfoy. No, Malfoy estaba perdido para la Oscuridad. No habría redención para ese niño. Mejor para todos si toda la familia era aniquilada. Qué suerte que Malfoy padre siguiera en Azkaban. Albus soltó una risita, contento con el destino del pomposo hombre.

Su ceño pronto volvió a fruncirse como lo había planeado. Potter. Las leyes que había impulsado en el Wizengamot estaban entrando en vigor, y en cuanto pudiera encontrar al desdichado muchacho y lanzarle el hechizo locus guardián, todas las riquezas y pertenencias del mocoso estarían bajo su control. El chico no tendría derechos hasta que cumpliera veintiún años, y para entonces Albus lo tendría bajo tantas compulsiones y hechizos inhibidores que sería una máquina de matar sin sentido. Entonces sería la herramienta adecuada para la que había nacido. No había enviado al mocoso llorón a vivir con esos muggles por nada. Ese pensamiento le hizo fruncir el ceño de nuevo. Obviamente, los Dursley habían tratado demasiado bien a su sobrino; les había ordenado que erradicaran todo signo de rebeldía y pensamiento original del niño. Unos cuantos hechizos de compulsión los arreglarían para la próxima estancia de Harry. Oh sí, Potter pronto aprendería quién era su Maestro.

Hablando de Maestros, había que ocuparse del asunto de Severus. Era obvio que había sido demasiado permisivo con su espía últimamente. Era posible que su utilidad hubiera llegado a su fin. Era un pésimo profesor, aunque fuera el mejor fabricante de pociones de Europa. Sería una pena perder esa habilidad. Sin embargo, una estancia en Azkaban le vendría bien a este hombre tan orgulloso. Sí, unas semanas visitando a los dementores como mortífago expuesto, y luego Albus lo "rescataría". Con todos los bienes de Snape incautados como reparación de guerra, y rechazado por la luz, no tendría a nadie a quien recurrir excepto a su mentor, ningún lugar al que ir excepto Hogwarts. No se le permitiría el contacto con los niños, por supuesto, pero había un montón de salas de mazmorras aisladas en las que podría ser encerrado. Snape estaría en deuda con Albus y haría todo lo que se le pidiera. Como debía ser.

Sus pensamientos lo animaron, y Albus desenvolvió uno de sus sorbetes de limón sin mancha. -Debo recordar renovar las compulsiones de los otros dulces-, murmuró para sí mismo. -Ahora, ¿de qué más debo ocuparme hoy...?-.

Necesitaría un nuevo espía en las filas de los mortífagos, por supuesto. ¿Tal vez el chico Longbottom? Había muchas similitudes entre Longbottom y Pettigrew, ambos casi escuetos, ignorados y ridiculizados por casi todos los demás. No había hecho falta mucho para convertir a Peter, y Albus estaba seguro de que sería capaz de guiar sutilmente a Neville para que cumpliera sus planes.

Divertido y lleno de su propia importancia, el director se rió y se sentó a observar sus dominios. Todo lo que necesitaba ahora era que los tres hombres reaparecieran y pudiera poner en marcha sus planes. Era bueno ser rey.

 Era bueno ser rey

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