Logan
13 años atrás
Muevo mis pequeños pies de adelante hacia atrás mientras estoy sentado en mi cama azul viendo que la nieve ya está cayendo en el patio de mi casa. Soy un niño con mucha suerte. Tengo un maravilloso hermano mayor y unos padres que me aman mucho. Mamá siempre besa mis mejillas y dice que soy el niño más hermoso del mundo. Papá siempre juega con nosotros a los autos de carreras y aunque últimamente escucho que él le grito mucho a mamá, son unos increíbles padres.
Amo la época en la que estamos ahora. Me encanta demasiado la Navidad. Las pequeñas luces que adornan cada rincón de la ciudad y de mi casa, el enorme árbol que hay en medio del salón, los bombillos, la nieve y los regalos que aparecen mágicamente cada mañana de Navidad. Esta es la época que más disfruto, porque mis abuelos vienen a pasarlo conmigo y mi hermano, Charles. O como le digo yo, Charlie.
Sonrío cuando bajo la vista a la caja pequeña que mis manos sostienen y que está envuelta en papel de regalo. Quiero regalarle a mamá algo que escogí junto a mi abuelita.
Espero ver una gran sonrisa en su hermoso rostro cuando vea lo que le regalé.
—Jay — escucho que me llaman en el marco de la puerta.
Giro mi cabeza y veo a Charlie sonreírme desde donde está. Viste un jersey navideño verde con figuras de renos y copos de nieve. Es algo parecido a lo que yo visto, pero el mío es de color azul. Me encanta ese color. Es el color del cielo, el mar y los ojos de mamá.
Siempre me he preguntado por qué el color de mis ojos no es el de papá ni el de mamá. Mi hermano tiene los ojos de mi madre, pero yo tengo los ojos verdes. Según mi abuelo, mis ojos son de ese color gracias a mi tía que también los tiene así. Es muy parecida a mi mamá, creo que son gemelas. No entiendo de esas cosas.
Charlie tiene el cabello rubio cenizo y yo pelinegro. Somos muy diferentes; sin embargo; mamá dice que cada persona tiene algo que la hace única y no solo por su aspecto físico sino por lo que tiene cada uno en su interior.
Ella es muy sabia.
Bajo de mi cama de un salto dirigiéndome a donde está mi hermano, que apenas estoy a su lado sacude con una de sus manos mi cabello. Frunzo el ceño a la vez que me vuelvo a arreglar con una de mis manitos lo que hizo mamá hace un rato.
—No me hagas eso, Charlie — le reclamo viendo que se ríe bajito, pero deja de hacerlo cuando escucha como lo llamo.
Me pone mala cara y me da la espalda caminando hacia el pasillo.
—No me digas así y baja rápido que los abuelos ya llegaron — lo sigo y casi corro cuando bajo las escaleras pasando por su lado para llegar al salón y ver a mis abuelos en el salón sonriendo junto a mis papás. — No corras, Logan. Mamá me va a regañar por tu culpa.
Ignoro a Charlie corriendo lo más que puedo con mis cortas piernas hacia mis abuelos. El primero que me ve es mi papá que ríe cuando me lanzo hacia mi abuelo y casi nos llevo a ambos al piso. Mi mamá y abuela imitan a papá mientras el abuelo me carga en sus brazos y la abuela me da muchos besos en mis mejillas. Tengo cuidado, ya que sigo teniendo el regalo de mamá en mis manos y no quiero que le pase nada.
—Mi niño, que guapo estás — musita mi abuela que ahora es quien me carga en brazos.
—Mi campeón está cada día más grande — ese es mi abuelo, quien choca su puño con el mío.
—Incluso estás más guapo que Charles.
—¡Abuela! — protesta el recién nombrado con mucha indignación causando las risas de los adultos presentes.
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Enamorarse es estúpido
Novela JuvenilBrooke Smith es una chica algo rara, decidida, cariñosa, etc. Tiene unos amigos estupendos, a los cuales quiere con todo su corazón y tiene una familia que la quiere. Su vida es como la de toda chica que no quiere verse involucrada en una relación a...