Capitulo 6

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Izana

-Es perfecto...- murmuró complacido, admirando la maravillosa escena en el piso de abajo.

- Mejoró bastante en cuestión de semanas.

-Si...

Debo morder mi labio inferior para contener mi sonrisa de satisfacción, aun así, es algo complicado no estarlo con la situación actual.

-Bajemos ahora kakucho, esto acabará en unos cuantos segundos.

Solo basta abrir la puerta del salón para encontrarlo allí, golpeando el rostro de alguna persona que me es totalmente irrelevante, me recargo en el marco, solo para contemplar un poco más al maravilloso chico frente a mis ojos, y no cabe duda, mi mente no deja de repetir la misma palabra; es perfecto.

Se ha dejado caer al piso justo después de noquear a su oponente, está mirando sus manos con algún tipo de mirada que no se descifrar, ¿está bien?.

-¿Micchi?- cuestiono al ver que no está dispuesto a levantarse.

-¿I-izana?.

El tono roto de su voz obliga a mi cuerpo a moverse hasta él, siendo honesto quiero correr y resguardarlo en mis brazos ahora mismo, pero es algo que simplemente no debo permitirme hacer.

Me detengo unos cuantos pasos antes de llegar a él, y ver su lindo rostro hundido en pánico. Ofrezco mi mano para ayudar a levantarlo, y no espera un solo segundo para tomarla y quedar en frente mío.

-Y-yo no quería hacer esto- exclama con sus ojos aguados - pero no podía permitir que me golpearan.

-Lo se- sonrió.

-Ellos no escucharon cuando les dije que no quería problemas.

Con suavidad, limpio las rebeldes lágrimas que empiezan a caer por su rostro. Ese pequeño acto parece reconfortarlo, ya que se acerca más. Beso sus mejillas un par de veces solo para complacer sus caprichos, y me alejo de nuevo cuando siento en ellas el sabor salado intensificarse.

Al carajo si debo o no, lo resguardare de todas formas.

Su rostro es un poema, tiene sus labios encogidos en un lindo puchero que silenciosamente me pide por ser besado, esos lindos zafiros color azul me miran con súplica, tal vez esperando compasión, algo que lo haga sentir como el buen chico que es.

-L-lo j-juro, no q-quería lastimarlos.

-Cuando los vasallos no escuchan, debes obligarlos a hacerlo- susurro besando su lindo labio inferior sobresaliendo- eres fuerte y tu autoridad vale más justo por esto. Lo único que debes hacer es no dejar que nadie la doblegue, ¿lo entiendes? justo ahora eres más hermoso y valiente que hace algunas semanas.

-Si...- menciona avergonzado, sus lindas mejillas se han encendido en un bello color durazno, y la luz de sus ojos ya no se debe al esfuerzo de contener lágrimas.

Lo he descubierto a través de los días; ama los halagos, ¿y quien soy yo para negárselos?

-Ven- tomo su mano- aunque admito que disfruto ver sangre ajena en ti, prefiero ver ese lindo rostro de ángel limpio.

Cruzamos el salón de nuevo, pasó por encima de las personas desmayadas sin cuidado, son basura de todas formas, no importa cuanto intenten mejorar.

Doy un último vistazo a la habitación antes de cerrar la puerta, dejó un rápido beso en la mejilla del rubio y lo rodeo con mi brazo para sacarle completamente de allí, ha hecho un buen trabajo, y un buen trabajo debe ser recompensado, solo que aun no sé de qué forma...

Stealing my boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora