Two girls kissing

0 0 0
                                    

Arabella Crawford

Mi novia parecía cansada. Aunque no del cansancio no del cansancio normal del que te recuperas conforme avanza en día, si no del que está en tu cabeza y se acumula en tu espalda. Y terminas cargando ese peso todo el día. Debo admitir que se veía demasiado bonita a pesar de todo.

- Sí - se talló los ojos mientras afirmaba - Sí, solo me gustaría seguir durmiendo.

- Lo sé - fué lo único que pude decir, después de besar su mejilla.

- Quisiera volver una semana atrás. - su voz era apenas audible - A cuando planeabamos ir a vivir juntas después de ir a la universidad.

La universidad. Eso ahora sonaba tan lejano, incluso más que salir de este lugar.

La castaña y yo podíamos pasar horas hablando sobre cómo decorariamos la casa, de quién prepararía el desayuno y quién el almuerzo, a veces de cuando Alyssa fuera a visitarnos. Ahora solo quería asegurarme de que Elaine estuviera lejos del maníaco de su hermano y salir de aquí para poder abrazar a mamá y papá.

Mamá y papá. A decir verdad, no había pensado mucho en ellos. A estas alturas, apenas deben estar buscándome. Después de que mis hermanas se graduaron y se mudaron de casa ya nada fué lo mismo, ya no salíamos al cine ni a cenar, ellos simplemente cumplían con sus obligaciones como tutores y yo pretendía ser una hija medianamente decente. En realidad, yo no tenía gran problema con eso, claro que me gustaría un poco más de tiempo con ellos, pero supongo que tienen razones para haberse alejado de la manera en que lo hicieron. Pero no puedo negar que a veces extraño la familia que solíamos ser.

- ¡Todos arriba! - La voz de Nex sonó, como ya era costumbre - Es hora del desayuno.

Ya nisiquiera fué necesario que nos dijera lo que teníamos que hacer. Todos sacudimos nuestras ropas y caminamos en silencio formando una fila y levantando los brazos. Entonces miré a los lados, mi novia no era la única que lucía cansada. Todo el mundo caminaba en silencio y arrastrando los pies, algunos apenas podían mantener los ojos abiertos y otros tenían ojeras debajo de ellos.

Repetimos todo, entramos a la cafetería y esperamos a que nos sirvieran el insípido desayuno conformado por una especie de sopa y huevos viejos. Empezaba a notar de que a pesar del cansancio, mis compañeros ya no mostraban miedo en sus ojos, más bien parecían estar hartos. Y en cuánto más lo pensaba, más notaba como ya nadie temblaba si West pasaba a su lado con una pistola en las manos, o que encontraban aburrido tener que hacer todo lo que ellos nos dijeran. Si guardabas silencio y ponías atención, se escuchaba el susurro de los estudiantes, no sabía que era, pero ellos sabían algo.

- ¡Hey! - susurré a un chico frente a mi en la fila de regreso a la biblioteca - ¿De qué han estado hablando todos?

Él apenas se movió. Por un momento creí que la pregunta no había salido de mi garganta.

- ¡Oye! Te pregunté de que hablaban hace un momento - Esta vez volteó un poco sobre su hombro, pero siguió sin emitir sonido alguno, me estaba ignorando. - Solo estoy quiero saber, no te cuesta nada dejar de hacer como si no existiera.

- No te puedo decir - respondió, con la segunda voz más baja que haya escuchado nunca.

Giró un poco el cuello cuando lo hizo, dejándome ver sus insensibles ojos que me observaban como si fuera una molesta niña pequeña. Eso me hizo enojar, me hizo enojar demasiado.

- Claro que puedes. Vamos, no es tan difícil.

- Sí lo es.

- ¿Enserio? ¿Porque?

- Por ella - la biblioteca estaba a unos dos metros de nosotros, él seguía caminando solo que a una velocidad un poco mayor.

- ¿Ella?

- Tu novia, la hermana del imbécil que nos tiene aquí. - Lo último lo dijo como si esas palabras le provocaran un asco particular.

- Elaine no tiene la culpa de nada - Sentía la sangre calentar mi rostro - Solo dime y veré qué puedo hacer.

- Yo sé lo que vas a hacer. Un escándalo, como la vez pasada.

- Perfecto. Entonces me voy a enterar de que traman tú y tus amigos y se lo diré al imbécil que nos tiene aquí. Con suerte vas a tener diez segundos para correr después de eso.

En otra situación no creo posible que me pudiera dirigir a alguien de esa manera, pero no me quedaban más opciones cuando culpaban a la castaña de algo de lo que nunca tuvo control para empezar.

- Todo lo que dicen sobre tí es cierto, eres una creída - respondió después de pasar por el chequeo de seguridad de los amigos de Nex. Dió media vuelta y me vió con las cejas muy juntas - Nex duerme poco después de las once, si quieres saber algo, pregunta después a esa hora.

No me dió oportunidad de decir absolutamente nada, daba igual porque no había manera de que le dijera un gracias a ese tipo.

Giré sobre mis talones y ví a Elaine abrazada a sí misma. La confusión en su mirada se mezclaba con una pizca de miedo. Caminé hasta ella.

- ¿Te sientes bien, linda? ¿No quieres que te acompañe al baño? - pregunté.

- No, gracias. - pasó el dorso de su mano por sus mejillas - Creo que es solo sueño.

El resto del día fué igual que los anteriores, solo que un poco más tranquilo. Eso me dió tiempo para pensar, en todo lo que había hecho antes de estos días, y en lo que haría después. Porque está obvio que esto marcaba un antes y un después en la vida de todos. Creo que haría lo posible por estar más cerca de mamá y papá cuando saliera de aquí.

Si es que lograba salir de aquí...

La noche cayó, igual que siempre. Muchas veces me pregunté cómo sería estar en la escuela a esta hora, solo que nunca pensé que sería en esta situación.

Entre la desesperación por salir, y el aburrimiento, empecé a pensar en como podríamos escapar. Tal vez podría hablar con Nex, ella no lucía del todo de acuerdo con todo esto. O tal vez si Elaine convencía al idiota de su hermano, él nos podría dejar salir a nosotras dos.

Eso nunca funcionaría, lista.

Ya lo sé consciencia, gracias.

O tal vez podría organizar a todo el grupo y unirnos con con algún otro para enfrentarlos, porque ellos no tenían balas infinitas y nosotros éramos muchos más.

Moriría más de uno, deja de ser una egoísta.

Mi consciencia me recordó de golpe otra vez. Tal vez no haría nada, tal vez moriremos todos aquí. Esto me enseñó lo real que es que todo puede cambiar en un segundo, porque hace una semana me preocupaba demasiado pasar el semestre y que hacer después de la preparatoria. Ahora, sentía que mi vida y la de otro par de cientos de personas pendía de un hilo, un hilo sostenido por un imbécil que se sentía con el derecho de decidir sobre todos nosotros.

Nex se quedó dormida cuando el reloj marcaba las 11:19 pm. Esperé un par de minutos, para asegurarme, luego me levanté del suelo y me detuve un segundo. La mayoría a mi alrededor, incluida mi novia, estaban dormidos, los demás lo intentaban, aunque tal vez su mente estuviera divagando tanto como la mía. Empecé a cuestionarme si despertar a la castaña para contarle sobre esto o no.

Decidí dejarla descansar y caminé a la esquina, dónde el chico con el que hablé hace rato descansaba la cabeza contra un librero. Sus ojos verdes se veían diferentes con la poca luz de luna que se filtraba.

- Ya estoy aquí - no se me ocurrió algo mejor para decir.

- Yo no soy el que te va a decir, tendrás que ir al baño de mujeres de los de último año.

Don't kill themDonde viven las historias. Descúbrelo ahora