Mierda.
El baño de los de segundo quedaba en el segundo piso. Tendría que salir a escondidas, tendría que dejar sola a Elaine y correr el riesgo de ser descubierta. Ya no estaba tan segura de esto.
- Estás bromeando.
- Ya te dije lo que querías, ahora vete.
- No, no me dijiste una mierda. Era muy fácil decir desde un principio que tendría que salir para esto.
- Si no te gusta, puedes darte la vuelta y volver a dormir. No tienes que hacer un drama cada que algo no sale como quieres.
Gracias, inútil.
No dije nada, solo le dí la espalda y miré a mi novia. Seguía dormida. De verdad quería ir al baño para saber lo que estaba pasando, pero eso implicaría dejarla sola. Sin mencionar que alguien podría estar vigilando los pasillos, verme, y si tenía un arma...
Decidí salir. Tenía miedo, pero no iba a dejar que eso me detuviera. Con precaución abrí la puerta y salí, no sin antes mirar atrás y rogar que nada saliera mal. La muerte podría estar allá afuera, esperando.
Mis pasos hacían el mínimo sonido. Seguí así todo el camino, mirando en cada esquina, pero con la espalda recta. El segundo piso era más oscuro, y más silencioso, pero en este momento ya nada podría hacerme regresar. Empujé la puerta blanca del baño, y entré.
- ¡Arabella! - los brazos de Alyssa me rodearon en cuanto me vieron.
Un chico y una chica quedaron de pie, con los ojos clavados en nosotras y en silencio.
- ¿Qué haces aquí? - pregunté, en cuanto me soltó - Digo, estoy feliz de verte, pero no estoy segura de si es seguro que estés aquí.
- Ah, eso. - Respondió como si le hubiera preguntado porque llegó tarde a una clase - Unos chicos de último año comenzaron a decirme algo acerca de un plan que tenían.
- ¿No sabes nada más?
- Todo fué muy rápido y casi no entendí nada. Apenas pude escuchar cuando me dijeron que estarían aquí para explicar.
El chico y la chica seguían en la misma posición, como maniquíes.
- Perdón - habló el chico en cuanto notó mi mirada acusatoria - Soy Jessie, ella es Melanie.
Su expresión se veía un poco más relajada, pero no lo suficiente como para acortar la distancia, o hacer contacto visual por más de dos segundos.
- Somos de segundo año - completó Melanie.
- Soy Arabella - dije en un intento de verme amigable.
- Sí - fué lo único que Melanie dijo. Pero los ojos de Jessie decían un claro lo sabemos.
El silencio llenaba la habitación. Alyssa y yo hablamos un poco mientras esperábamos, lo más probable es que apenas pasaran veinte minutos, pero para mí fueron semanas. Mi espalda estaba recargada contra la pared cuando una figura entró en el baño y cerró la puerta tras su espalda.
Elaine Leatherwood
Las balas sonaban por todas partes y los gritos no tardaron en llegar a mis oídos. Me levanté del piso, no tuve que buscar a mi novia porque la ví enseguida. Su cara estaba cubierta de sudor y estaba segura de que vomitaría en cualquier momento. Una pistola le apuntaba en la frente, justo en medio de los ojos.
Esa pistola la sostenía la persona que me vió crecer, que me acompañaba a casa después de la escuela y me cocinaba lo que yo quisiera en mi cumpleaños. Mi hermano mayor ahora amenazaba de muerte a una de las personas que más amaba. Quise gritar su nombre, correr, esconderla, abrazarlo, lo que sea que separara las balas de su cuerpo. Pero me paralicé.
- Laine. - Su voz pronunciando mi nombre fué una daga en mi pecho.
La pistola se disparó, llevándose consigo todo rastro de vida en ella.
- ¡No! - Grité, pero era demasiado tarde, el cuerpo muerto de Arabella cayó sobre el suelo, que no tardó en llenarse de sangre roja y espesa.
Me acerqué lentamente mi chica. Los labios que antes me besaban de manera emotiva ahora estaban cubiertos de sangre. Sentí un agujero negro abrirse en mi corazón. Aparté el cabello de su cara y dejé salir las lágrimas.
- Siempre estás llorando, hermanita. - La voz de West no me permitió sufrir, como ya era costumbre.
- La amaba. - mi voz nunca había sonado tan rota - La amaba y tú lo sabías.
- Corrección. Sabía que la amabas, pero tus sentimientos nunca me importaron un carajo.
En ese momento solo quise estar con ella, aún si eso implicaba que mi vida terminara en ese momento. Claro que tenía cosas que hacer,pero dolía demasiado sin ella. Deseé que West me apuntara y jalara el gatillo. Porque el sentimiento de que él es mi asesino siempre va a estar ahí.
El sudor cubría mi cara y cuello completos, llegando a parte de mi espalda también. Tardé casi un minuto en darme cuenta de dos cosas. La primera: acababa de tener una pesadilla. La segunda: podría hacerse real, porque por más que la busqué con la mirada, Elaine ya no estaba conmigo en la biblioteca.
No pude tranquilizarme, no sabiendo que justo ahora mi hermano podría estar matando a mi novia. Mi mente se nubló por el miedo, en este punto ya no sabía de que era capaz West. Nex estaba dormida, la gran mayoría de personas en esta habitación lo estaban. Por un segundo estuve a punto de salir sin tener la menor idea de a donde dirigirme, hasta que recordé al chico que ví hablando con Elaine.
- Hola - dije bajito. Estaba parada agachada hacia el chico, intentando no despertar a nadie además de a él - Perdón, sé que es tarde y que debes estar cansado, pero creo que hace rato hablaste con mi novia, ¿Sabes donde está?
- Dramática y mala novia - fué lo único que alcancé a escuchar que salió de sus labios.
- ¿Disculpa? - pregunté en un tono cauteloso.
- Está en el baño de los de último año - su expresión no decía absolutamente nada.
- Gracias - sonreí nerviosa - y perdón por despertarte.
Dí media vuelta y comencé a caminar.
- ¡Oye! - la voz del chico me hizo voltear - Es el de mujeres, en el segundo piso.
Baño de mujeres en el segundo piso. Repetí en mi mente. Realmente agradecí que lo mencionara, porque lo más probable es que si no lo hubiera hecho, yo estaría dando vueltas como tonta en cinco minutos. Le dí una mirada de agradecimiento y esta vez sí salí de la biblioteca. El pasillo estaba oscuro, pero las blancas paredes y las luces prendidas me ayudaron a subir hasta el segundo piso.
Me sorprendía mi capacidad de seguir caminando y no detenerme o regresar. Aunque no podía negar que mis pasos eran lo más silenciosos posible, mientras veía en cada esquina antes de cruzarla. A estas horas ya todo estaba callado, tanto que podía escuchar el latido de mi corazón, aunque tal vez eso sea porque justo ahora está bombeando de una manera impresionante. A un par de metros estaba la puerta del baño de chicas, no se escuchaba nada, pero la luz escapaba por debajo de la puerta.
Me detuve, y no porque estuviera asustada - lo estaba, pero esa no era la razón - si no porque un chico un poco mayor que yo salió por la puerta. Sostenía un cutter como única arma, no tenía aspecto amenazante ni nada, sin embargo mi miedo no hizo más que incrementar. Me oculté en un movimiento rápido pero silencioso, mi espalda contra la pared y la palma de mi mano cubriendo mi boca para evitar emitir algún sonido. Para mi buena suerte, el chico giró para el lado contrario a mi escondite y se fué.
Permanecí ahí un par de minutos más, rogando que no regresara o que alguien más saliera en lo que yo intentaba tranquilizar mi respiración. Apenas me sentí lista para volver a caminar cuando la puerta se abrió una vez más. Estaba segura de que más de una persona había salido, cerraron la puerta y sus pasos se escucharon cada vez más cercanos, iban directo a mi dirección.
Esta vez me descubrirían, era un hecho.Lo único que pude hacer fué volver a mi pobre escondite, rogando que estás personas no cargarán ningún arma.
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Don't kill them
Novela JuvenilLa escuela nunca es fácil, pero es peor cuando un idiota de último año toma a toda la escuela como rehén en un tiroteo escolar, y aún peor cuando ese idiota es el hermano de tu novia. TW