Where everything began

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Estábamos en las últimas dos semanas de clases.

Era un lunes y las clases ya nisiquiera eran necesarias para aprobar el año.

Todo el mundo hablaba de lo que harían en vacaciones o a qué universidad entrarían el año próximo.

A mí, aún me faltaban dos años para eso, así que en realidad no me importaba del todo.

- ¡Bell! - la sonrisa de Elaine entró en mi campo visual en cuanto entré a la cafetería - te estaba esperando.

Le dí un pequeño beso en los labios en cuanto terminó de hablar.

- Dios, de no ser por tí, justo ahora estaría en mi hermosa cama durmiendo - Era verdad, ir a clases en este punto del año no me hacía mucha gracia.

- Ya te lo dije, West y yo iremos con mis tías fuera del país en cuanto terminen las clases.

- Las clases terminaron hace siglos - me quejé, otra vez.

- Tú nisiquiera prestabas atención a ellas, te pasabas la hora entera mirándome como si nunca lo hubieras hecho.

- Si, eso es porque eres hermosa - y de verdad lo era, tenía un cabello castaño y un poco rizado hipnótico, y los ojos cafés más bonitos que nadie haya tenido, pero nada se comparaba con su voz cuando hablaba de algo que le apasionaba.

- Ya cállate - el característico tono que ponía ante cualquier halago hizo presencia.

- Ya sabes que hacer para que eso suceda.

Me acerco para besarla, pero retrocede de manera cautelosa, ha hecho exactamente lo mismo en las últimas casi dos semanas. Aún no he hablado con ella sobre esto, quiero darle su espacio y se que cuando esté lista me dirá que demonios está sucediendo.

- ¿Y te sientes emocionada por lo del viaje? - pregunté para cambiar de tema.

- No tanto realidad, pero tampoco es ta...

Elaine no pudo terminar su oración. Las balas impactando con los objetos a nuestro alrededor se lo impidieron.

Ni siquiera tuvimos tiempo de ver quién o qué era lo que estaba causando tal caos, estábamos muy ocupadas intentando que ninguna de esas balas impactaran en nuestros cuerpos.

Ví a mi novia correr hasta esconderse en el lugar donde se almacenaba la comida congelada que servían en la cafetería.

- ¡Arabella! - gritó, estaba segura de que le ardió la garganta al hacerlo - ¡Ven, aquí es más seguro!

Mis oídos estaban algo tapados y mi corazón latía desesperado.

Corrí, no lo pensé, solo avancé lo más rápido que pude hacia la castaña.

- ¿Estás bien? - pregunté apenas llegué.

- No, maldita sea, mi hermano está disparando a la escuela como si jugara gotcha, no estoy bien.

- ¡¿Qué?!

- Bell, es mi hermano el que está haciendo todo esto.

No digo nada, no puedo.

Mi cuñado es el que está intentando matarnos, a todos.

- Tengo que ir a hablar con él - la voz de Elaine se va haciendo cada vez más audible.

Los disparos van cesando hasta desaparecer.

- ¡Escuchenme bien idiotas! - es la voz de West, la castaña a mi lado podría reconocer la voz de su hermano mayor donde fuera - Es inútil esconderse, así que salgan.

Nadie se movió ni un milímetro, nadie tuvo la valentía de hacerlo después de ver y escuchar la escopeta en acción.

- ¡Pónganse contra la pared y con las manos en alto! - disparó a una pared.

Me levanté de golpe, después los demás lo hicieron, algunos lloraban, otros retaban a West con la mirada, otros parecían rogarle que no los lastimara y algunos otros rezaban a sus dioses por salir vivos de esta.

El único factor común aquí, es que teníamos miedo.

Hicimos exactamente lo que West quiso.

- Voy a abrir la puerta, y cuando lo haga quiero que todos vayan directo a la biblioteca.

Uno por uno, pasamos a su lado, me paré enfrente de mi novia, sé qué es su hermana pero es obvio que no puedo confiar en él.

Entonces lo ví.

Tenía unos guantes negros sin dedos, el cabello muy alborotado y un gesto extraño en el rostro que resaltaba su cicatriz en la comisura derecha.

No se detuvo a mirarme, se limito a evitar mis ojos, como siempre.

Gire lentamente el cuello hacia atrás, la castaña parecía aterrada ante la presencia de su propio hermano, tal vez porque sostenía una escopeta después de haber disparado con ella, o tal vez porque había crecido con el.


Don't kill themDonde viven las historias. Descúbrelo ahora