Misión 39

67 9 0
                                    

Un día de Aizawa

Para el áspero profesor de cierta academia de prestigio, empiezan de una manera lenta... contra todo pronóstico de su apariencia desgastada casi perezosa, el desgarbado hombre se levanta tan temprano en la mañana... con el cabello revuelto, ojos pequeños y un largo bostezo, Aizawa Shota se estira entre sus sabanas de esa árida habitación.

Aun le cuesta ubicarse en el dormitorio otorgado como jefe de una de las clases heroicas en el campo de la UA; el movimiento en la esquina de la habitación llama su atención de sus lentos pensamientos al despertar, no actúa con violencia aún cuando sus reflejos e instintos pateen para que lo haga... sólo porque sabe quién es.

Debe ser cuidadoso en sus próximos movimientos, es muy pronto para borrar todo trauma de alguien que creció en una difícil situación de abuso... todavía duele verlo de primera mano, alguien tan pequeño no debería salir de su cama en otra habitación para arrastrarse a otra y quedarse en el rincón sin hacer ruido; debe admitir que es bastante buena para no despertarlo, advertirle de su invasor... pero quizás tenga que ver que carece de malas intenciones, también es un tanto entrañable que ya lo vean como un refugio.

Se debe sentir segura si busca su cuarto para estar después de una mala pesadilla.

Levantando las cobijas, el desgarbado adulto hace movimientos suaves para acercarse, siempre atento a mostrar sus manos... a no ser violento, antes de detenerse a una distancia segura para agacharse a su altura y estirar su mano en una invitación -Eri, todo está bien- suaviza su voz sin moverse.

Las sombras deberían hacer difícil que pueda ver, pero Aizawa fue entrenado para eso por lo que es testigo del movimiento del pequeño bulto... cobijada con una suave franela con dibujos de unicornios que la perra de Fuyumi le ha facilitado, ojos enormes se asoman un tanto preocupados como mortificados... mirándole como si esperara ser regañada.

Shota está insultado que piense que la regañara, pero no lo exterioriza, es normal, aun lo platica con Fuyumi y ese es un reflejo de un niño cuyos adultos fueron duros durante toda su vida... una larga adaptación que será trabajo para los tres en el futuro próximo.

Es paciente unos largos segundos sin mover ningún musculo.

Por un momento solo piensa en lo que ahora es su vida, en como esta pequeña variable se ha insertado en sus rutinas y no le molesta... en un principio lo hizo, Fuyumi no debería de disponer de su vida tan fácilmente pero al final, comprendió porqué era apto para ser el segundo padre de esa inesperada adopción... al menos ha logrado mantener el secreto del ojo público, aunque es cuestión de tiempo considerando quienes son sus amigos y que tan metiches son sus alumnos de que esto se vuelva molesto.

Al menos espera que Eri-chan esté preparada para ser abordada por sus ruidosos conocidos.

Es su principal motivo por el que ha callado el ser padre de su lado; aunque sabe Fuyumi tuvo similares motivos para mantener este tipo de noticia para sí misma hasta de su familia... pero con Endeavor ya al tanto, supone que el tiempo de adaptación de la pequeña ha llegado a su fin... extender su mundo debe ser cuidadoso como vigilado en todo momento.

Sorpresivamente no le molesta terminar en un escándalo con Fuyumi si eso significa mantener segura a un niño inocente cuyo quirk será codiciado y peligroso (También una parte oscura suya es feliz de que toda esa gente infame esté muerta, la falta de piedad del Nidaime que es famosa en los círculos de anbu fue útil).

Una pequeña mano en la suya lo trae al presente, pequeños pasos entre las sombras y un suspiro avergonzado con el arrastrar de una cobija -Lo siento- Eri dice con voz quebrada, tan frágil como dudosa.

𝙻𝚊𝚜 𝚂𝚘𝚖𝚋𝚛𝚊𝚜 𝙳𝚎 𝙻𝚊 𝙷𝚘𝚓𝚊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora