Misión 34

80 17 2
                                    

Normalidad

Hashirama está acostumbrado a levantarse temprano, mudarse no cambia en nada su dura rutina por lo que ya se está alistando para salir mucho antes de su alarma programada.

Fue el heredero... luego el shodaime... era considerado un monstruo por aliados o enemigos, esta fama y obligaciones le hizo exigirse tanto, era un prodigio... con habilidades naturales y un genio en diferentes técnicas... pero también necesitaba trabajar duro para mantenerse en esa posición.

La fuerza no viene de la nada.

Y este cuerpo alguna vez necesitó tanto trabajo, si se descuida, perderá una pizca de su fuerza.

El mundo puede no ser tan cruel como las naciones elementales, pero ha visto cuánto se oculta bajo la sombra de una sociedad bien estructurada... cuando todo eso salga... el shodaime tendrá una buena postura para defenderse y fingir ser el héroe que todos necesitan (porque un shinobi, aunque idealista, nunca será algo tan inocente como un héroe).

Con pantalones oscuros algo sueltos, una camisa sin mangas de cuello alto... un kimono ajustado fuertemente alrededor de su cintura, sale de su habitación vendándose las manos no por necesidad, sino por costumbre... su cabello esta suelto, cortinas ligeras al no contar con su arsenal escondido a esta hora.

Puede escuchar cada respiración en las otras habitaciones.

Es consciente de los que duermen en todo el edificio.

Hashirama tararea alegremente bajando al área común a través de las escaleras, al llegar puede ver la amplia sala adaptada para todos los adolescentes en el edificio... sinceramente no ha entendido la diversión del televisor más allá de obtener información de vez en cuando... pero no dirá nada, adaptarse le vendría bien.

Le emociona la idea de ser amigable con todos los niños.

Acercándose a la ventana del patio, el cielo se está pintando al alba.

Sonríe estúpidamente al salir fluidamente, le gusta la zona... abierta y con pasto en el centro... le gusta respirar el aire, medir la vegetación, pensando que un buen árbol en el lugar haría el truco para sus defensas... el ancla que necesita para cerrar el tramo de fuinjutsu.

Pero será para pensar otro día.

Chasquea los dientes en medio del patio porque debe pedir permiso, Aizawa no toleraría si toma la iniciativa de nuevo y ya no resiste que no le hable normalmente, era tan injusto (pero no se arrepiente).

Suspira, era mejor iniciar.

Con chakra el calentamiento es innecesario pero de todas maneras lo hace para despistar las cámaras de las que es consciente observándole... se toma su tiempo, disfrutando de estirar sus músculos y despertar su sangre... apenas se agita, pero es bueno simulando el esfuerzo, debe fingir si no quiere tener preguntas innecesarias.

Empieza con acrobacias.

Mantener la flexibilidad es importante para un shinobi, con su cuerpo femenino es aún más amplio su rango de alcance... salta... aterriza... gira... da brincos complicados, conforme el tiempo avanza el impulso que aplica aumenta hasta que todo se detiene, en medio del gran patio, toma respiraciones pausadas y disfruta del silencio unos momentos.

Toma la primera postura.

Repasar las katas del clan es parte de la costumbre, pero no puede hacerlo delante de una cámara, puede ser confiado, pero sinceramente no le gusta que dejen grabado algo tan privado como una herencia de familia... por lo que elige algo de la amplia gama de artes marciales mixtas.

𝙻𝚊𝚜 𝚂𝚘𝚖𝚋𝚛𝚊𝚜 𝙳𝚎 𝙻𝚊 𝙷𝚘𝚓𝚊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora