Capítulo XVII

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Louis sintió náuseas cuando llegaron a la mansión, dónde los gritos disminuyeron notablemente ante un motivo desconocido para ellos.

Harry, frívolo y serio, miró a Louis con atención.

—Quiero que vayas a tu habitación, y te encierres allí con llave.

—No, no me quiero separar de ti.

—Obedece, Louis. Ahora no hay tiempo para discusiones estúpidas. —espetó con dureza, empuñando su arma con las dos manos—. Yo te cubriré hasta que llegues al pasillo. Cuando entres en él, corre y enciérrate.

—Pero…

—¡Hazme caso, joder! —gritó nervioso, mirando a ambos lados mientras apuntaba con su pistola.

Louis decidió no decir nada más. En aquellos casos, sabía que era Harry el experimentado, el que sabía lo que debía hacer y lo que no. De nada le serviría llevarle la contraria.

Hizo exactamente lo que le ordenó, llegando al pasillo con su secuestrador cubriéndole las espaldas tal y como dijo. Fue el ojiazul quien lo miró, justo cuando llegaron al pasillo de su habitación.

—Vamos, corre. —susurró inquieto.

—Prométeme que volverás. —masculló con miedo, mirándolo a los ojos.

—No me gusta prometer.

—Entonces, solo vuelve. —murmuró.

Harry lo observó mientras corría hacia su habitación, inmóvil y silencioso mientras repetía en su mente una y otra vez las tres últimas palabras que pronunció.

Quería que volviera. Por primera vez en toda su vida, alguien lo esperaba tras una puerta, preocupándose de que no le pasara nada. Era la primera vez que le importaba a alguien si volvería vivo, o si moriría en el intento.

Ladeó su cabeza varias veces, intentando dejar su mente en blanco para mantenerse atento, frívolo y calculador. Sin embargo, no consiguió borrar la estúpida sonrisa que se formuló en sus labios ante aquel pensamiento.

Atravesó el pasillo nuevamente, corriendo con cuidado hacia la parte central de la mansión, dónde se habían escuchado los gritos acompañando a aquel disparo.

Pudo jurar que lo habría matado ahí mismo cuando, al entrar, fue a Niall a quien vio. Empuñando una pistola, mientras Zayn permanecía a su lado sonriendo.

—¡Harry! —exclamó el rubio, exagerando felicidad. Harry se pellizcó la raíz de su nariz con dos de sus dedos, tratando de mantener la calma.

—Quiero una explicación. —lo miró serio, bajando su arma—. Ahora mismo.

—Esto… —no supo qué decir—. Cómo te lo explico…

—Le estaba enseñando a Niall cómo empuñar un arma, y disparó sin querer. —explicó Zayn, con toda la tranquilidad del mundo.

Harry lo miró fijamente, incrédulo ante sus palabras.

—A veces te juro que no entiendo por qué sigo viviendo aquí. —ironizó, controlando sus ganas de matar al rubio.

—Solo le estaba enseñando algo básico. —se encogió de hombros.

—¡Son las cuatro de la mañana, Zayn! ¡son horas de dormir, no de enseñarle a un puto loco cómo funciona un arma! —gritó, sin poder entender la situación. Niall alzó las cejas con diversión.

—No sabía yo que ahora las personas dormían en el bosque. —comentó de lado, haciéndose el desinteresado.

—¿Perdón? —lo retó.

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