Al día siguiente, Louis se levantó confuso, mucho más extraño que de costumbre. Su mente era un completo caos debido a la noche anterior, y su estómago se había convertido en un gran festival de emociones que tan solo conseguían provocar náuseas en él.
Permaneció en la cama tumbado durante unos minutos, debatiéndose sobre si valía la pena levantarse y enfrentar el día, o si mejor debía quedarse hecho un ovillo entre las cálidas sábanas de su cama.
Optó por la primera opción. Se deshizo con rapidez de las mantas que cubrían su cuerpo, levantándose tan rápido como pudo. Sabía que, de lo contrario, acabaría quedándose ahí todo el día.
Sonrió cuando observó la cálida tela de los calcetines de pelo sintético cubriendo sus pies, y se encaminó hacia el pasillo sin antes lavarse la cara, los dientes o ni tan siquiera ir al baño. Tenía prisa, y poco tiempo que perder.
Su corazón casi dio un vuelco cuando al girar su cabeza, la imponente figura de su secuestrador entró en su campo de visión, dibujándose en su retina como si no fuera capaz de ver nada más allá que de él.
No se dio cuenta de que sus pies habían caminado en su dirección inconscientemente, hasta que prácticamente estuvo a unos centímetros de él. Estaba hablando con alguno de sus hombres, pero le dio igual. Quería estar ahí, y no iba a dejar que se fuera por tratar de no entrometerse en la absurda conversación de negocios que estaban manteniendo.
El rizado giró la cabeza confuso al notar una presencia a sus espaldas, y su mirada se enfrió en cuánto divisó a su lado el diminuto cuerpo de su rehén, quien lo observaba con un brillo en los ojos del que nunca había tenido constancia.
Un suspiro se escapó de entre sus labios, justo antes de volver a mirar a los dos hombres con los que estaba hablando.
—Marchaos, tengo asuntos pendientes.
—Pero aún no hemos cerrado el trato con James, Styles. —se preocupó.
—¿Tengo que volver a repetirlo? —alzó las cejas, retándolo con la mirada. Él la apartó, intimidado.
—No, señor.
Harry los observó hasta que se perdieron por el pasillo, saliendo finalmente de su campo de visión. Acto seguido, fulminó a su rehén con la mirada.
—También iba por ti, lárgate de aquí.
—Pero...
—Piérdete. —lo interrumpió.
El ceño de Louis se frunció ligeramente, confundido por el comportamiento de su secuestrador. Harry rodó los ojos.
—Vuelves a hacerlo.
—¿Aún sigues aquí? —vaciló, girando su cabeza para mirarlo.
—Vuelves a tratarme mal después de un momento juntos.
—Un momento juntos. —repitió, burlándose de él—. Me hiciste una mamada y yo te dejé con las ganas de sentir tu primer orgasmo después de masturbarte, no sé dónde ves tanto misterio.
—Y ahora me tratas cómo si todo eso no hubiera ocurrido.
—¿Te has visto muchas telenovelas baratas, no?
—Deja de tratarme así. —bajó la cabeza.
—Te trato como me da la real gana, por algo eres mi rehén. Mío, solo mío, ¿recuerdas? —recordó con sorna, humillándolo—. Totalmente de mi propiedad.
—Las cosas se cuidan, ¿sabías? —no lo miró. Su mirada entristecida se clavó en el suelo sin reunir el suficiente valor como para enfrentarse a él, y se abrazó a sí mismo cuando una leve sensación de frío se apoderó de él.

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Rehén
FanficHarry es el capo de una de las mayores redes de narcotráfico existentes en el mundo. Frío, calculador, manipulador, insensible y el mejor en su trabajo. Louis, su moneda de cambio. Todo un pasado oscuro que ambos arrastran, y un giro inesperado que...