Ira

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Las compras habían terminado para Jungkook, y Jimin aún seguía algo preocupado por la actitud del Alfa. Esté joven Alfa, en todo el tiempo que les llevó comprar la laptop, el celular y unos audífonos para Jungkook, estaba molesto y con una cara de muy pocos amigos.

Eso asustaba al pequeño Omega.

Al final de todo, Jungkook envió a Jimin en un taxi directo a su departamento. Diciendo que ahora sí tenía con estar distraído y no salir de ahí y con nadie, en especial con el que ahora era mejor de Jimin. Namjoon.

Jungkook todo el tiempo tenía fuego en los ojos, y una expresión que daba que pensar cuando alguien lo veía, literalmente nadie se atrevía ha hablar con él.
Ahora mismo el joven Alfa se encontraba en su auto, agarrando muy fuerte el timón, como si de eso dependiera su vida. No iría a su empresa, no tenía las ganas ni el humor para ir y sentarse en su oficina para ver y firmar papeles, llamó a su secretaria para que se encargue de todo.

Lo que hizo fué ir a la compañía de su mejor amigo, Seokjin seguro estaría dispuesto a escucharlo.

Al terminar de doblar la última esquina antes de llegar a la calle donde se encuentra el edificio de la compañía de su mejor amigo, el joven Alfa notó que había un anuncio de su compromiso con Jimin.
Era realmente uno grande, aparte de que en una pantalla gigante salía el anuncio pronto matrimonio con el joven Omega.

—Seguro mamá fue quien hizo esto— dijo mirando el anuncio que relucía con colores que le daban vida a la imagen de la joven pareja—. Nada se le escapa a ella, ahora todos saben que me casare en menos de una semana— rechino mirando el anuncio sin siquiera darse cuanta que ya estaba frente al enorme edificio.

Bajó del auto, y ahí había como en todas la compañías, un joven encargado de guardar los autos de todos los invitados.

Al entrar, ya todos lo conocían, el no necesitaba que alguien lo anuncie o llamar al dueño de esa compañía para informa que ya llegó.
No, el podía entrar cuando quiera, tenía sus privilegios, al igual que sus otros amigos más cercanos al Omega mayor.

—Joven Jeon, buenos días— saludó con una leve reverencia una chica que era beta, al parecer una de las recepcionistas.

—¿Jin está?— soltó sin siquiera importarle el saludo, su humor no era el mejor ahora mismo.

—Si, puede pasar— ella se hizo a un lado y dejo el camino libre.

Jungkook pujó con arrogancia y entró.

Al ya estar frente a la puerta de la oficina de su mejor amigo, notó que había bulla adentro, así que prefirió esperar. Sin embargo, cuando notó que eran las voces de sus otros amigos, entró sin siquiera tocar la puerta.

—¡Estoy del carajo!

Esa fue su forma de anunciar su presencia en la gran oficina.

Todos ahí, lo miraron extrañado, y más Yoongi, que notó que traiga sus manos echo puños.

—Jungkook, ¿Qué pasa?— preguntó Seokjin que se encontraba en su silla detrás del escritorio.

—Ey, cálmate hermano— intentó hablar Hoseok, que le sorprendió la  entrada, más en ese ánimo.

—Kim Namjoon, ese es el problema.

Fue suficiente decir ese nombre para que todos se queden callados y quizás más sorprendidos de lo que ya estaban. Todos lo miraron atentos.
Y entendieron el porque el menor de todos ellos, estaba como fiera.

—¿No que estaba en Estados Unidos?— Yoongi miró al menor cuando le preguntó, y intentó no alterarse también.

—¡No!— respondió molestó—. El maldito ya está en Corea.

Un Corazón Dominante [Omegaverse] (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora