Capítulo 12

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JADE

Estaba enfadada, triste y sin ningún control de la situación. No sabía que hacer, solo sabía que tenía que permanecer junto a Miller. Estuve esperando unos minutos hasta que apareció con Jared, tiempo en el que mis dientes castañeaban del frío.

- Toma- se acercó y paso por mis hombros su chaqueta, que agradecí ya que me estaba congelando

-   Esperar en casa y mañana no salgáis de vuestro piso- ordenó

- ¿Pretendes que no haga nada cuando acabo de ver a dos hijos de perra dejar el cadáver de mi amiga?

- Solo sigue mis órdenes y mañana veremos

- No pienso quedarme sin hacer nada. A primera hora de la mañana quiero que alguien nos recoja para ir a comisaría

- Niña no todo es tan fácil como ves en las películas

- Uno; no soy una niña. Dos; puedo hacer más cosas de las que puedes imaginar. Y tres; si mis amigas o incluso mi familia está entrometida en esto no voy a parar hasta averiguar que hay atrás

- Tiene carácter- susurró a quien tenía a mi derecha, en este caso Miller- bueno, Beckett, un compañero estará en vuestro portal a las 10:00, antes tendremos que hablar con vuestros profesores

- Ya quiero ver entre rejas a esos hijos de puta.- confesé de forma agresiva.

Estaba saliendo a la luz mi parte agresiva, la cual solo salía cuando hacían daño a mi familia o a algún ser querido.

- Adiós Jared

Di por acabada la conversación cuando me metí en el coche de Brad y me abroché el cinturón de seguridad. Luego vi como Brad rodeaba el coche para posteriormente entrar en el asiento del conductor.

- ¿Estás bien?

- No, pero lo estaré cuando esto termine. Arranca- ordené

- Por cierto ¿tienes superpoderes?

- No es gracioso, y si no te importa quiero ir a casa

- Ya voy

En todo el camino no había parado de mirarlo. No me había dado cuenta de lo guapo que era. Todo este tiempo que hemos estado juntos no me había parado a pensar, además por qué le gusta a Amy. Pero sus ojos azules, su pelo negro como el carbón y sus brazos eran una de las cosas que me llamaban mucho la atención

- Que miras tanto.

- Tus manos – confesé, a lo que él no supo que contestar.

Al llegar a casa, me deshice de los zapatos y seguidamente lo intenté con el vestido pero abrocharlo había sido más fácil de desabrocharlo.

- Se te complica el asunto- se percató Brad de mi dificultad por quitarme el dichoso vestido – ¿te ayudo?

- Por favor- en ese momento se acercó por mi espalda. Cogió con una de sus manos todo mi pelo y lo colocó a un lado de mi cuello. Luego procedió a bajar la cremallera y el roce de sus dedos sobre mi piel desde la parte baja de mi cuello hasta la parte baja de mi espalda hizo que me pusiera nerviosa. Más de lo que admitiría.

- Gra- Gracias- respondí con la respiración entrecortada. Ese gesto fue tan íntimo. Tan sensual que hizo que me quedara en el sitio por unos segundos.

- De nada

Luego recorrió el pasillo y entró en su habitación.
Necesitaba descansar antes de empezar algo nuevo en mi vida.

                             🪐

Había vuelto a tener otra de mis pescadillas, como no. Estaba jodida, pero ahora no podía ponerme a pensar en mí pasado y solucionar el presente.
No dormí mucho, se podía ver en mis rojizas ojeras.
La mañana se resumió en llamadas y papeleo antes de empezar con el caso Smith. Hablaron con nuestros profesores de la universidad y de la academia, luego nos hicieron firmar unos papeles de confidencialidad. Y por último nos trasladaron a un piso, mucho más amplio y lujoso Que en su entrada tenía dos guardaespaldas las 24h.
Llegamos a nuestro nuevo departamento con algunas de nuestras cosas. Yo fui a la que a partir de ahora sería mi oficina para recoger las fotos del escenario del crimen donde los técnicos había estado buscando alguna que otra pista, pero que yo ya sabía lo que había. Además con información sobre Madison y algunas cosas más. Y Brad se quedó en casa preparando el almuerzo.
No me había olvidado de lo de anoche. En cambio, había estado pensando en eso todo el día. Cuando miraba sus manos al hacer cualquier gesto sentía su roce sobre mi espalda. ¿Qué me pasaba?

- Hola- anuncié al llegar y dejar las llaves encima de la encimera.

- ¿Qué te han dado?

- Una copia de todo lo que tienen.

- Mi tío confía plenamente en tí ¿sabes? A Nadia le había dejado tener información confidencial, ni a su propia mujer.

- Cambié de tema, necesitaba un descanso. Por lo que cambie de tema rápidamente- ¿qué haces de comer?

- Sopa de verduras.

- Sabes… Madison era una de las mejores amigas que tenía aquí. Otras estaban más unidas a Amy y ella y yo no es que seamos muy compatibles.

- Es que es una falsa

- Pero es mi amiga

- Es amiga de quién le conviene- las chicas se habrán enterado y estarán destrozadas. Me dio mucha pena saber que no tenía padre. En el expediente de Madison aprecia que era huérfana y que su familia de acogida la abandonó con 12 años. Lo único que tenía era nuestro grupo.

- Mad no merecía eso sabes.

- Ni ella ni nadie Beckett.

- Oye- salté de la encimera, en la que anteriormente estaba sentada.- ¿por qué me llamas Beckett?

- No tengo ningún apodo y tu apellido me gusta. Igual que viendo tú me llamás Miller.

Nuestra charla a la hora de comer fue fluida como siempre, pero yo no paraba de recordar la escena del deja vú. Fue horrible descubrir que el cadáver de mi sueño acabó siendo mi amiga.

Cuando llegamos a la comisaría, pude ver a todos los policías en forma de medio círculo para acogernos en su grupo. Eran de edades variadas, desde 25 hasta 60. La más pequeña con diferencia era yo. Me percaté de que habían pocas mujeres. La mayoría de ellas tenían cargos muy importantes como Gomes, Inspectora de homicidios. Entre ella y Jared junto con nosotros estábamos a cargo de la investigación.
Estaba claro que ni Miller ni yo teníamos ni idea pero durante esa semana estuvimos buscando en la base de datos pero as con la descripción física que conseguimos captar en el bosque y los nombres que usaron. Además de estar dando clases intensivas de defensa personal, psicología criminal y haciendo exámenes diarios sobre lo que nos enseñaban.

Esa semana recibí bastantes llamadas por parte de mis padres y de las chicas. No pude responder ninguna por temas de confidencialidad y por qué necesitaba centrarme en el investigación.
Era sábado Brad y yo teníamos que ir a la comisaría para seguir investigando. Por ahora no teníamos con quién relacionar a Madison con los que la dejaron en el bosque.

- A lo mejor tu amiga no era quien parecía- no quito la vista de la pizarra en la que apuntábamos todos los datos que sabíamos

- Jared, escúchame, no llevaré mucho tiempo aquí pero se con ciencia a cierta que Madison no se drogaba. Tiene que haber algo detrás de todo esto.

- Pues eso es lo que hay que averiguar- contesto Gomes.

- Yo voy a buscar dónde los lugares en los que estuvo estos últimos tres meses.

- Brad y yo vamos a las discotecas a las que iba ella, para ver si la veían tomar algo o hablar con alguien.

Cuando me giré en dirección a Miller, a lo lejos vi a mi pad… Rodrigo ¿Qué hacía aquí? Me acerqué rápidamente para ver qué quería, no lo quería cerca de mi.

- ¿Qué haces aquí Rodrigo?

- Vaya modales con los que saludas a tu padre

- Tu no eres mi padre. Te vuelvo a preguntar ¿Qué quieres?

- Solo vengo a ver cómo estás. Tu madre y tus hermanos están muy preocupados por no poder contactar contigo.

- Luego los llamo. Si no te importa tengo trabajo- me giro hacia Miller que no se en que momento se había colocado justo detrás de mí. – vamos

- ¿Este es tu novio?

- No, es ni compañero. Rodrigo, vete a casa con tus negocios por favor.
- Pero hija mía. – eso fue lo último que esperaba escuchar por su boca. Sabía que lo decía para hacerme sentirme mal y por qué estaba Miller delante.

- no vuelvas a decir eso, no soy tu hija, así que si ya has hecho lo que venías a hacer, perfecto, ya te puedes largar- nada más acabé le cogí la mano a Miller t nos dirigimos al garaje.

Por el camino se me escaparon algunas lágrimas de rabia. ¿Qué venía a demostrar? ¿Quería mostrar la faceta de padre?¿Después de 13 años? Que le den. Después d Eli que hizo conmigo, para mí no es nada.

- Oye, Beckett se que no tengo ningún derecho pero por qué tratas así a tu padre

- El no es mi padre. No se merece ni que le hable.

- ¿Qué pasó?

- No me apetece hablar. Tenemos cosas más importantes que hacer.

- ¿Está relacionado con tus pesadillas?

- ¿Si te respondo vas a dejar de preguntar?

- Si

- Si- aclaré.

- Vamos al after que está a dos manzanas de la universidad- la mayoría de veces que salíamos por esa zona, me decía lo bien que lo pasaba allí.

Al llegar al lugar, podíamos ver a dos personas limpiando el suelo a las que nos acercamos.

- Buenos días, ¿el jefe está aquí?

- Buenos días señorita. No, no se encuentra aquí. ¿Necesitan algo?

- Veníamos preguntando si sabían algo de eta chica- le enseñé la foto de Madison para que pudiera identificarla- ¿La ha visto recientemente por aquí?

- Lo siento, no me suena de nada.

- No se preocupe. Le dejo mi tarjeta para que se la dé a su jefe y que me llame ¿De acuerdo?

Si señorita- respondió el chico.

Mientras yo preguntaba a uno Miller preguntaba a otro. Me acerqué a ellos y me coloqué junto a él.

- ¿Sabe algo?

- Nada

- ¿Y el tuyo?

- Nada.

Y así estuvimos toda la mañana. Por último fui a casa de las chicas que me recibieron con las manos abiertas. Estaban todos muy tristes al igual que yo.

- Chicas, no puedo hablar mucho, pero me gustaría saber si Madison estaba metida en algo gordo.

- Claro que no. La semana pasada salía un día, y al llegar a casa estaba muy nerviosa. No quería decirnos nada.

- Yo la note rara por teléfono, pero supuse que estaba nerviosa por alguna otra cosa. ¿Tenía algún ex agresivo?

- No, ella no ha tenido nunca novio

- ¿Y alguien obsesionado con ella? – preguntó Miller desde el otro lado de la sala.

- Nadie, era buena chica. Jade por favor encuentra a quien le ha hecho eso por favor.

- Eso tenlo por seguro.

- ¿Y vais a estar sin venir durante las siguientes semanas a la universidad?- pregunto Emma

- Hasta que no lo resolvamos no podemos hacer nada.

- Tened cuidado.

- Lo mismo os digo chicas. Si necesitáis algo, no dudéis en llamarme a mi o a él. ¿entendido?

- Si- respondieron a la vez

- Nos vamos que tenemos que seguir, pero no me quedo tranquila.

- Descuida, estaremos bien.- respondió Alexa.

- Adiós chicas.

- Adiós, con cuidado.- volvió a repetir Emma.

BRAD

Cuando salimos de casa de las amigas de Jade, nos dirigimos a casa de nuevo. Durante todo el trayecto Jade estaba muy nerviosa y no paraba de temblar. Lo que no sabíamos que al llegar a casa empezaría el verdadero caso Smith.

Mis desastres Naturales🪐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora