Yeo Hwanwoong es un chico que a tan temprana edad desarrolló hafefobia, por lo que tiene un gran miedo a ser tocado por alguien más que no sea él o su propia madre.
Kim Youngjo tiene gran curiosidad de saber el por qué su pequeño compañero de clases...
Hwanwoong había llegado de la escuela, pero Youngjo todavía no, recientemente llegaban unos minutos más temprano para poder estar un rato juntos antes de iniciar clases, pero por alguna razón su hyung todavía no había llegado.
El maestro no había llegado, así que sacó su celular para enviarle un mensaje. Hace días habían intercambiado número de celulares.
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—Buenos días, muchachos—Hwanwoong guardó su celular al escuchar a una profesora.
—Buenos días.
—Como podrán ver, su profesor no vendrá por el día de hoy, así que tienen la hora libre hasta que un alumno de grados mayores venga a darles la clase correspondiente—Hwanwoong sonrió, aquel profesor le artaba de todas formas—Pueden ir a la cafetería o al patio por unos momentos si necesitan algo, de lo contrario, se quedarán aquí.
Hwanwoong tomó sus cosas y salió del aula, iría por primera vez despues de mucho tiempo, solo a la cafetería. Youngjo le había dado mucha confianza y recordó sus palabras.
"Hwanwoong, no sé qué te paso, tal vez aún no te sientes listo para decirlo, pero, debes saber que tu hyung siempre estará aqui para ti. No todas las personas son malas, debes abrirte un poco y conocerlas, así podrás saber quiénes son buenos y quiénes son malos. Pero recuerda que yo nunca te haré sentir mal, te cuidaré con todas mis fuerzas mientras esté a tu lado."
Estaba tan hundido en suspensamientos, que se asustó al escuchar una voz a su lado.
—*Agi Holang-i—Canturreó Youngjo
—Me asustaste—Hwanwoong sonri+o, pero luego cambió su semblante—¿Por qué viniste, hyung?
—¿Eh?—Youngjo ladeó la cabeza al ver al más bajo enojado. Nunca lo había visto así.
—Me dijiste que estabas enfermo y viniste.
—Oh, eso.
—Si, eso Ravn—Younjo rió al ver a Hwanwoong enojado. Muy tierno.
—Sabes que no me gusta dejarte solo—Youngjo tomó la mano del menor.
—No soy un niño pequeño, Ravn. Te enfermarás más—Hwanwoong se atrevió a llevar sus manos a las mejillas del chico de ojos gatunos. Sintiendose sonrojado por la acción—No quiero que pase eso.
Últimamente cuando estaba al lado de Youngjo, no podía dejar de tocarlo. Su corazón se aceleraba. Younjo le gustaba, le gustaba mucho.
—No pasará. Ya tomé mis medicamentos.
—Si tu lo dices, hyung.
—Hwanwoong—Llamó el chico.
—¿Si?
—Te amo—Hwanwoong abrió sus ojitos y se sonrojó mientras su corazón comenzó a latir con fuerza. Sintiendose pequeño en el lugar que estaba.
—Yo tambien te amo—Ambos rieron y bajaron sus rostros mientras tomaban sus manos—El profesor no vino, pero dijeron que dentro de poco llegaría un alumno de grados superiores a darnos la clase, ¿podemos ir a la cafetería mientras tanto?
—Podemos ir a donde tú quieras.
Estaban construyendo algo lindo sin saber de ello.
Hwanwoong estaba hecho bolita en su cama mientras gruesas lágrimas calientes escurrían por sus mejillas.
—N-No le g-gustas, Hwan w-woong—Murmuró para si mismo mientras comenzaba a llorar más.
Hoy se había acercado demasiado a Youngjo, tanto, que incluso sus labios habían rozado. Queria besarlo, pero no lo hizo porque el mayor se alejó. Youngjo no gustaba de él.
Pero no sabía la verdadera razón de su mayor, así que solo salió corriendo. Su celular sonó y notó que era el chico de ojos gatunos, así que trató de calmar su llanto para poder contestarle.
—¿Ho-ola?—Limpió con un pañuelo su nariz.
—¿No me digas que estás llorando, bebé?—Youngjo hablaba por la línea mientras tiraba algunos mechones de su cabello. Necesitaba explicarle todo a su pequeño.
—N-No, solo que tengo un poco de gripe.
—Pasame la dirección de tu casa, iré hacia allá—Hwanwoong negó.
—N-No quiero que me mires R-Ravn, lo siento.
—Necesito explicarte. Tan solo te fuiste sin dejarme hablar—Youngjo comenzó a colocarse sus zapatos, pues estaba en su casa.
—E-Está bien, ya la envío.
—No llores más, ¿si? te amo, ya voy para allá.
—Está bien—Hwanwoong sonrió al escuchar aquella bonita palabra.
—¿Solo eso?—Escuchó la risa de Youngjo.
—Tambien te amo—Sus mejillas se sonrojaron y colgó la llamada, mientras llevaba el celular a su pecho. Estaba feliz y triste.
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