🐰✨
Después de haber comido la cena con la señora Yeo, la jóven pareja estaba en la habitación de Hwanwoong, dándose cariñitos. Youngjo quería hacerle creer y saber al menor que nunca le dañaría.
—Ya pronto me voy, amor. Deja, te doy unos besitos más—Hwanwoong hizo un puchero ante el comentario de su novio.
—¿No te puedes quedar?—Le preguntó, dándole un piquito al más alto.
—Mmm, creo que...Si me das más besitos podría quedarme—El menor sonrió y tomó con cuidado el rostro de Youngjo, acariciando con sus pulgares las mejillas y dejando leves besitos en la nariz, en sus labios e incluso sus párpados.
—¿Te quedarás?—Volvió a preguntar, depositando un besito en la mejilla de Youngjo.
—Quisiera quedarme, amor. Pero no quiero incomodar a tu mamá—Hwanwoong negó.
—Quedese hyung—El chico volvió a formar un puchero, recibiendo un beso y un asentimiento por parte del mayor.
—Debo pedirle permiso a tu madre para dormir.
—No habrá ningún problema, solo diré que te quedarás a dormir. Ya es de noche y no quiero que te pase algo, sé que la cuidad es segura...Pero, por favor—Youngjo asintió mientras acariciaba su cabello.
—Vamos, bebé.
Youngjo levantó a Hwanwoong por la cintura, saliendo de la habitación para bajar a la cocina, dónde se encontraba la madre del menor limpiando.
—Buenas noches, señora Yeo—Youngjo hizo una reverencia.
—Buenas noches, Youngjo—La mujer volteó a ver a Hwanwoong—¿Pasa algo, cariño?
—Mami, ¿Youngjo hyung puede quedarse a dormir? Ya es tarde y puede pasarle algo—La mayor asintió.
—Está bien, Woongie. Pueden quedarse en la habitación de huéspedes.
—Ahh...—Hwanwoong dejó de sonreír y se aferró como una bolita peluda al brazo del mayor—Yo quería que se quedara en mi habitación—Sus mejillas volvieron a teñirse de rojo, haciendo a Youngjo sonrojarse de la misma manera.
—Oh, señora Yeo. No haremos cosas indebidas. Si no quiere que me quede en la habitación de Hwanwoong, me quedaré aquí abajo—La mayor sonrió y negó.
—Esta bien, cariño. Pueden quedarse en tu habitación—Hwanwoong asintió con una sonrisa.
—Muchas gracias y buenas noches, señora Yeo.
—Dime suegra, Youngjo y buenas noches. Estoy en la habitación de en frente por si ocurre algo.
La mayor subió las escaleras y la pareja la siguió para entrar cada uno a una habitación. Hwanwoong fue directamente a su armario para sacar dos pijamas, una para él y una para Youngjo, claro, tuvo que buscar las tallas más grandes para que su hyung no estuviera incómodo. Se trataba de unas prendas en conjunto, amaba ese tipo de ropa.
—Puedes ponerte esto, hyung—Le entregó la pijama y Youngjo asintió.
—¿Dónde quieres cambiarte? ¿Aquí o en el baño?—Ravn besó su frente.
—Aquí está bien, hyung—Respondió con una sonrisa.
—Entonces yo iré al baño—Dijo, pasando los minutos mientras cada quien se cambiaba—¿Ya puedo salir?—Preguntó el mayor.
—Yap.
Hwanwoong se recostó rápidamente, estirando sus bracitos hacia Youngjo, quien sonrió enternecido y lo estrechó entre sus brazos en un cálido abrazo. Colocándose arriba de este sin llegar a aplastarlo.
—Te amo—Youngjo comenzó a repartir besos por todo el rostro del más pequeño—Eres hermoso—Hwanwoong sonrió ante las bonitas palabras del mayor—Me gustas tanto—El chico pasó de besar las mejillas del menor a besar sus labios, moviéndolos un poco más sin llegar a ser brusco—Te amo demasiado.
Hwanwoong sintió su rostro arder, levantando su rostro hasta besar tiernamente los labios del mayor.
—Yo también te amo.
Youngjo sonrió y se colocó a su lado, abrazándolo por la cintura mientras esté ocultaba su rostro en su cuello. Sintiéndose protegido. Hwanwoong había caído rendido luego de que Ravn le dedicará una nueva ronda de pequeños besos por todo su rostro. Youngjo juraba que la belleza del menor sería su nueva droga personal.
Ahora mismo, Hwanwoong se encontraba en los brazos del chico de ojos gatunos, se sentía volar entre nubes hasta que escuchó el rechinido de la puerta, específicamente la de su cuarto.
El chico abrió los ojos y notó que su padrastro estaba estaba parado en la puerta, volteó a su lado, pero Youngjo no estaba a su lado. Comenzó a llorar hasta que despertó de la pesadilla y salió corriendo para encerrarse en el baño.
Youngjo despertó aturdido, asustado cuando escuchó el llanto de Hwanwoong provenir desde el baño, se levantó con brusquedad y tocó con cuidado la puerta de color blanco para no asustar a su novio.
—¿Bebé?—Llamó con delicadeza y solo escuchó sollozos.
—V-Vete, estoy sucio—El llanto de Hwanwoong incrementó al igual que su respiración se volvía irregular.
El menor estaba sentado en el retrete mientras rasguñaba sus muñecas, sintiendo el dolor interno disminuir. Eso lo ayudaba demasiado, el dolor de sus muñecas era menor a lo que sentía, a la gran impotencia que le daba sentirse tan indefenso.
Ni siquiera sintió cuando estás comenzaron a sangrar más de lo normal.
—Abre la puerta, amor—Hwanwoong negó, aunque Youngjo no lo vió.
—N-No.
—Si no abres, me iré y ya no te daré mimitos—Hwanwoong hizo un puchero y calmó su llanto, levantándose con cuidado para abrir la puerta.
—¿Ahora si me darás mimitos?—Youngjo asintió y casi sonrió de no ser por que vió las muñecas rojizas de su novio.
—H-Hwanwoong, no a-amor. No hagas e-esto—Las primeras lágrimas rodaron por las mejillas de Youngjo, llevando a Hwanwoong al lavabo para limpiar sus muñecas.
—P-Perdón Ravn hyung—El mayor no dijo nada y continuó secando sus manos—¿Estás enojado conmigo, hyung?
—Woong, no quiero que vuelvas a hacer esto—Youngjo atrajo a Hwanwoong y tomó sus muñecas, dejando besos en las recientes heridas—¿Soñaste algo feo?—El menor asintió.
—Soñé con...—Youngjo negó y lo abrazó por la cintura, mientras que con una mano acariciaba su cabeza, besándola levemente a los costados.
—Creo que necesitas ayuda, no quiero volver a verte con tales heridas. Ya no—Hwanwoong asintió, acariciando con la naricita el cuello de Youngjo.
—Tengo miedo, Ravn.
—Estaré contigo hasta el final.
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Lentos Brinquitos
FantasyYeo Hwanwoong es un chico que a tan temprana edad desarrolló hafefobia, por lo que tiene un gran miedo a ser tocado por alguien más que no sea él o su propia madre. Kim Youngjo tiene gran curiosidad de saber el por qué su pequeño compañero de clases...