Capítulo 10

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Chloe sonrió mientras miraba a Dwayne. Para ella era como un segundo padre. Ya había perdido la cuenta de las veces que le había salvado la vida. Dwayne empezó a despotricar contra su padre por no creerla mientras se rascaba la cabeza. Chloe fijó su vista en él y sin quererlo, sonrió con pena al verle el bastón.

Dwayne había quedado cojo de la batalla. Vengó la muerte de su sobrino pero por el gran precio de nunca más poder ponerse en pie sin un bastón. Después de pasar meses inconsciente, se retiró de la policía y vivía tranquilamente en una casa un poco alejada.

 —Deberías pedirle ayuda a alguien—dijo Dwayne y Chloe le miró fijamente—. Quizás Hugo conozca algo. Algún tipo de magia o algo. Quizás alguien esta jugando con tu mente.

La mente de Chloe hizo un click. Eso tendría mucho sentido. Jamás le había pasado nada así y justo de repente empezaba a ver cosas extrañas. Ella no estaba loca y estaba completamente segura de eso. Pero la pregunta correcta era quién. ¿Quién estaba haciéndole eso y que pretendía con ello?  

Chloe se pasó el resto del día en el parque aún tras rechazar el que Dwayne la acompañara a casa. Una vez estaba oscuro, se levantó y se encaminó a su casa. Mañana interrogaría a Hugo sobre todo tipo de magia posible. 

Chloe caminó por las solitarias calles mientras su mente no dejaba de darle vueltas a quién podría estar jugando con su mente. ¿Un mago resentido por todo lo ocurrido? ¿Alguien que se la tuviera jurada? ¿O quizás, incluso, un vampiro que la odiaba a muerte por ser ella quien tuviera que gobernar?

Chloe llegó al castillo abrazada a sí misma por el frío. Calculaba que eran casi las diez de la noche y el aire era muy frío. Traspasó las puertas del recinto saludando a los guardias y caminó hacia dentro del edificio. Sabía que le esperaba quizás una bronca por parte de su padre pero ahora, después de su conversación con Dwayne, veía una pequeña luz al final del túnel.

Subió por el ascensor hasta la planta cuarta dónde se encontraba el comedor donde solían cenar. Estuvo a punto de abrir la puerta cuando distinguió varias voces dentro.

—Es lo más seguro—dijo una voz. Era Cole—. Me temo que hay alguien detrás de Chloe.

Chloe oyó un bufido y como daban un golpe contra lo que suponía que era la mesa. Chloe se quedó inmóvil y siguió escuchando.

—¿Por qué ella?—preguntó otra voz. Su padre.

—Me temo que mato a dos personas muy influyentes para algunas personas—dijo Cole—. Lo más seguro es que cobren venganza por matar al que una vez fue mi padre. En el otro continente, aún hay mucha gente con sus ideales.

—¿Que recomiendas?—preguntó otra voz. A Chloe le costó reconocerla pero se dio cuenta de que era la voz de Nicholas, el padre de Thomas.

—Investigar su alrededor. Si hay alguien que está intentando hacerle daño, estará cerca de ella.

Chloe casi dio un grito cuando una mano se posó en su hombro. Se tapó la boca y se giró rápidamente dispuesta a atacar a quién fuera necesario.  Soltó un suspiro de alivio al darse cuenta de que era Theo. Intentó reprocharle el susto cuando se dio cuenta de que detrás de él se encontraba Félix.

Chloe se sintió muy mal por haber dudado de Félix y haber huido de él como si fuera el examen final de ciencias políticas. Theo empezó a preguntarle cosas cuando Félix apartó a Theo y se puso enfrente de ella.

—¿Cómo puedes haber pensado eso?—le preguntó muy enfadado. Félix tenía la cara contraída por la rabia y notaba su respiración acelerada. Chloe se sintió muy mal y desvió la mirada.

—No sabía que estaba pasando—dijo Chloe en un hilo de voz—. Estaba asustada.

Chloe no dijo nada más. Miró a Félix y le vio incluso más enfadado.

—Hola—dijo Ashton apareciendo de golpe por una puerta con una bolsa de plástico en la mano—. ¿Regaliz?—preguntó alzando un trozo de regaliz.

—¿Asustada?—preguntó Félix ignorando a Ashton—. ¿¡ASUSTADA!?—gritó esta vez cogiéndola de los hombros y sacudiéndola violentamente. Tan violentamente que Chloe notó sus uñas clavarse en su piel y como un pequeño hilo de sangre salía—. ¿Acaso te he dado motivos para que me temas?

Chloe se quedó muda ante la reacción de Félix y la rabia la invadió. Sí, había dudado de él. Sí, estaba asustada. ¿Acaso ellos no hubieran reaccionado igual? Ella había visto, o había creído ver, que él había matado a una mujer y una niña. A todo el mundo le hubiera entrado la chispa de la duda y el miedo.

Un empujón apartó a Félix de Chloe. Chloe se tambaleó un poco pero su mirada en un Jackson muy furioso que acababa de llegar. Detrás de él, llegaron Claire y Hugo.

—Quita tus manos de ella—le dijo furioso a Félix.

Félix lo miró con rabia pero no hizo nada. Félix y Jackson empezaron una guerra de miradas asesinas. Chloe no sabía quién caería primero.

—¿Regaliz de la paz?—preguntó Ashton ofreciendo regaliz pero todos le ignoraron.

—Quiero saber porqué dudó de mí—dijo Félix furioso—. ¿No somos como hermanos?

—¿Y crees que sacudir a una mujer es un acto bonito?—Jackson soltó una risa sarcástica—. Aún mejor... ¿Crees que sacudir a alguien a quién tu consideras tu hermana, está bien?

—Jackson—dijo Theo—. Tiene derecho a estar enfadado y reaccionar así.

Esa frase le debió provocar un cortocircuito a Jackson porqué le dejó estático en el lugar mirando con los ojos abiertos a su novio. Aunque no era el único que se había quedado mudo.

—¿Disculpa?—preguntó Jackson encarándose a su novio.

—Tu también dudaste de ella—le recordó Theo.

Jackson tembló de rabia e dijo algo que Chloe pensó que marcaría un antes y un después en su relación:

—Si crees que esa forma de tratar a alguien es correcta—dijo con la voz firme—. Entonces ya no hacemos nada juntos.

La GobernadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora