Brazalete

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El saber que estábamos a punto de hacerlo en la sala de rehabilitación me ponía los nervios de punta, pero... lo necesitaba, hace meses no lo tengo dentro de mi.

Su boca se separó ligeramente para permitir que sus dientes tomaran uno de mis labios, lo mordió usando una leve fuerza, el líquido color carmesí resbalo por mis labios con lentitud. La lengua de Wakasa recorrió aquella línea limpiandola, retomamos el beso ahora saboreando el sabor metálico.

Enrolle mis piernas con fierza en su cadera para que pudiera mover sus manos, las subió hasta mi blusa masajeando suavemente mis senos, los jadeos comenzaron a salir de mis labios sin poder evitarlo pero estos se ahogaban con el beso.

Pase mis manos atrás del cuello de Wakasa, separamos nuestros labios dejando una corta distancia entre ellos, respire con pesades intentando recuperar el aliento, las mejillas del hombre que iba a follarme hoy se encontraban sonrojadas levemente.

Escondí mi rostro en el cuello de Wakasa para comenzar a mover mis caderas de arriba a bajo, el movimiento era lento por la posición pero generaba placer para ambos. Llevo una de sus manos a una de mis nalgas azotandola con fuerza, dí un salto expontaneo por la sorpresa.

-Quiero follarte tan fuerte en cada lugar para demostrarles a todos que eres mía, quiero dejar tantas marcas en tu cuerpo para que las mires y recuerdes lo mucho que te hice gemir.

-¿Qué te detiene? -siempre desee que el pudiera satisfacer sus deseos más carnales conmigo, ser la persona a la que se folla más de una vez, ahora soy esa persona, soy la persona por la que el tiene sentimientos reales.

...

Una de mis piernas era sostenida por la mano de Wakasa, la posición me generaba un nuevo placer, sentía su muy bien dotado miembro en mi interior, sus gemidos roncos no dejaban de ponerme. Mis senos rebotaban contra la pared mientras que mis manos intentaban agarrarse de alguna parte de la blanca pared.

Entraba y salía de mi con brusquedad, la mano que tenia libre apretaba mi cintura, solo la soltaba para azotar mis nalgas.

-Di mi nombre... -susurro cerca de mi oído. -No puedo explicar cuando amo que gimas mi nombre.

La velocidad aumento rítmicamente, este hombre podía hacer todo bien, ¿quien se imaginaria que tenerlo dentro sería una jodida maravilla? Separé una de mis manos para bajarla a mi clítoris, frote con rapidez sintiendo mi orgasmo cerca.

-Wakasa... -decir su nombre en medio de una follada celestial siempre provocaba el mismo efecto en el, soltó mi pierna dejándola caer, salió de mi interior y metió dos dedos en mi boca.

Los lamo tanto como me era posible, jalo de mi cintura inclinando más mi culo a su disposición, entro de una sola estocada, sentí como su punta chocaba con mi útero.

La acción fue repetida por algunas veces, mi intimidad lo apretaba cuando entraba, estaba tan caliente que no contuve mi orgasmo, solté esa rica sensación con el aún en mi interior.

Solo bastaron unos minutos para poder sentir su líquido llenar el preservativo en mi interior.

...

-¿Es necesario? -pregunte mirándolo a los ojos.

-Si, no puedes estudiar medicina online.

-¿Voy a ganar algo?

-¿Aparte de estudiar lo que anhelas?

-Si, creo que merezco algo más...

-Por cada logro te puedo dar una cogida que te deje sin poder moverte.

-Debiste mencionarlo antes -sonreí con satisfacción. -Entonces me voy.

Baje de su auto con la mochila entre mis manos, la universidad me recibió tan solo un mes después de follar en el hospital.

Coloqué mis audífonos con mi última canción favorita caminando hasta mi destino, agache la cabeza para mirar el celular, mi cabello no me permitió ver hacia donde iba pero no le tome importancia hasta que choque con alguien.

Una mujer tal vez de veintitrés años, portaba unos lentes negros, una falda que apenas cubría su tracero, debía admitir que se veía jodidamente bien, usaba un top blanco con una chamarra negra encima, el atuendo era combinado con unas botas de tacón negras que llegaban hasta sus rodillas.

-Lo siento -hice una reverencia rápida y saque uno de mis audífonos para poder escuchar con claridad.

-Esta bien, me recuerdas a mi el primer día de clases -bajo sus lentes dejandome ver unos lindos ojos con un delineado rojo.

-¿Sigues estudiando aquí? -me tome la libertad de preguntar.

-Es mi último semestre -respondio con una perfecta sonrisa, los labios rojos le quedaban demasiado bien. Un auto se detuvo frente a nosotras, de ahí bajaron dos hombres de traje. -Te veré en otro momento, intenta no chocar con las personas.

Lo último que pude ver fue el espectáculo que formó con los dos hombres, el de cabello corto la tomo de la cintura pegando sus cuerpos, metió una de sus manos bajo la falda de la pelinegra mientras que el de cabello un poco más largo se colocó a un lado besando a la linda mujer.

Mire al rededor, nadie decía nada pero podía ver la molestia en los rostros de las demás chicas, claramente querían estar en su lugar, coloqué de nuevo mi audífono y continúe mi camino, le contaría a Wakasa lo que ví cuando viniera por mi.

Me detuve de la nada para observar el brazalete que tenia en mi muñeca izquierda, el lo había mandado a completar, ahora que yo tenía más que claro que era su procesión más preciada.

Propiedad de Wakasa Imaushi

Realmente lucía muy bien en mi, saber que era de el así como el era mío me generaba una linda tranquilidad, en cualquier relación debería haber reciprocidad.

Luego de volver a mirar seguí avanzando hasta llegar a mi salón.

𝚃𝚑𝚒𝚜 𝙸𝚜 𝙱𝚊𝚍 - 𝚆𝚊𝚔𝚊𝚜𝚊 𝙸𝚖𝚊𝚞𝚜𝚑𝚒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora