Perdóname

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Creo que en el capítulo anterior no me supe explicar, Wakasa tuvo dos recuerdos, hace dos años, cuando la rayis tenía 16 cuando fue la conversación de que ella quería enamorarse y hace un año, cuando tenía 17 que fue cuando Wakasa le regaló libros.
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Me despedí rápidamente de Asa para subir al auto con Wakasa, Asa se volvió como mi mejor amigo, me estaba encariñando de él y a Wakasa ya no le molestaba mi relación con el oji-azul entonces ahora las cosas iban de una mejor manera.

—¿Cómo te fue? —preguntó encendiendo el auto.

—Bien, aunque casi me sacan del laboratorio —no iba a ocultarle eso, de igual forma se iba a enterar, era mejor que se lo dijera yo.

—¿Qué hiciste?

—Solo no quería realizar la práctica porque yo si la hice, mis compañeros son los irresponsables que no la hicieron, le dije eso a la profesora y se enojo, dijo que era obligatoria, imagino que ya supones lo que pasó después.

—Para la próxima solo hazle caso, es tu último año, no puedes dejar que todo tu esfuerzo se valla a la mierda por contradecir a un profesor —siempre me repetía eso, decía que cualquier mínimo esfuerzo valía la pena para algo mejor.

Asentí mientras el me miraba por el retrovisor.

—¿Qué quieres comer?

—Quiero... —me mantuve unos segundos en silencio pensando en que quería. —Okonomiyaki.

—¿Quieres que lo prepare yo o vamos a comer a algún lugar?

—Hoy pasemos el día sin hacer nada, no tengo tarea —baje la ventanilla para permitir que el aire golpeé mi rostro.

—Vallamos a comer entonces.

Mientras comíamos hablamos de algunas cosas hasta que tocó ese tema.

—¿Cómo piensas pasar tu cumpleaños?

—Acostada viendo películas y comiendo mi comida favorita —dije para luego meter un trozo de comida a mi boca.

—¿No quieres ir de viaje o algo así? —no conteste hasta tragar el bocado.

—No... quiero pasar el día con tranquilidad, también quiero que tú estés conmigo.

—¿Cuando te deje sola el día de tu cumpleaños?

—Nunca, pero está vez lo pasaremos como quise hace mucho tiempo.

Sus ojos se abrieron con sorpresa, el claramente no esperaba esa respuesta pero tarde o temprano iba a decírselo, siempre me gustó pasar tiempo con el pero ahora era diferente, no me avergonzaba, porque si lo tuve dentro de mi muchas veces, ¿cómo me iba a dar vergüenza pedirle eso?

Joder, más de cuatro años tuve que esperar para poder sentirlo.

/Recuerdo de cuando ella tenía catorce años/

Llegué antes a casa, le dije a Wakasa que me quedaría a dormir con una amiga pero las cosas salieron mal y tuve que regresar, subí a mi habitación dispuesta a seguir leyendo el segundo libro de la trilogía 'Pideme lo que quieras', me senté en la silla de mi escritorio para continuar leyendo.

Algunos minutos después llegué a la parte erótica, sentí un leve hormigueo en mi intimidad que me llevo a cruzar las piernas, mis mejillas estaban sonrojadas, la necesidad de tocar mi intimidad me invadió, sumergida en la lectura placentera di un salto al escuchar la puerta principal ser azotada.

El había llegado pero no sabía que estaba aquí entonces podía continuar con mi lectura, con las piernas cruzadas apretando mi intimidad escuché la voz de el hombre con el que vivo.

—Besos no —hablo en tono dominante.

—Solo uno... ¿si?

—Dije que no y si no te gusta te puedes ir —uy, se enojo.

Ambas voces de escuchaban agitadas, nunca había escuchado la voz del oji-violeta así de dominante, estremeció mi cuerpo deseando que me hablara así, me cuestionaba si era porque estoy hormonal debido a la lectura y mi edad o si en unos años realmente quería que él haga todo lo que he leído conmigo.

Me levanté de mi silla sintiendo mis bragas mojadas, abrí la puerta con sumo cuidado de no hacer ruido, como las voces se habían escuchado cerca me di cuenta de que estaban en su habitación, en la cual yo nunca dormí.

Abrí la puerta con cuidado de no ser escuchada, estaban sobre la cama, ella estaba en cuatro mientras el la penetraba desde atrás, escuché sus gemidos, mi intimidad palpitaba, recargue mi espalda en la pared, lleve mi mano a mi intimidad, los gemidos y jadeos de Wakasa subían mi calor corporal.

Quería ser yo la que gimiera como loca al estar dejando de el, quería ser yo la causante de su orgasmo, pase dos de mis dedos por los pliegues de mi intimidad, acaricie sintiéndome cada vez más caliente, lo hice durante unos segundos más, mi imaginación no paraba de recrear esa escena pero ahora era yo a la que llenaba con su gran miembro.

Cuando me sentí lo suficientemente satisfecha saque mi mano de mi intimidad, camine al baño para lavar mis manos, mientras el agua con jabón se llevaba mis fluidos solo pude susurrar algo.

—Perdóname, si algún día lo descubres perdóname por favor —mi ligera voz salió con culpabilidad, me toque pensando en el hombre que me salvó, yo le debía mucho y ahora le estaba pagando con pensamientos impuros que lo involucran.

Luego de eso tome una ducha y me dirigí a mi habitación para dormir. Tal vez en unos años olvidaría ese incidente.

Salimos del establecimiento, Wakasa entrelazó sus dedos con los míos, sonreí totalmente sonrojada, lo mire admirando una pequeña sonrisa en sus labios, no quiero que esto nunca se acabe pensé inmediatamente.

—Caminemos un rato antes de ir a casa.

—A lo que pidas siempre responderé que si —mi corazón se aceleró con esas palabras.

Caminamos durante la multitud tomados de la mano, me sentía completa, nunca imaginé sentir esa felicidad, en los libros era algo confuso, cuando todo iba bien ocurría algo que jodía todo y cuando las cosas iban mal de la noche a la mañana todo se arreglaba y eran felices.

Yo quiero un final feliz con el, no quiero otra cosa. 

𝚃𝚑𝚒𝚜 𝙸𝚜 𝙱𝚊𝚍 - 𝚆𝚊𝚔𝚊𝚜𝚊 𝙸𝚖𝚊𝚞𝚜𝚑𝚒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora