Complicado

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Wakasa...

Sostuve su cuerpo en mis brazos, mis lágrimas no dejaban de salir, sus lindos ojos apagándose poco a poco, mi corazón dolía más de lo que alguna vez pude imaginar.

—Princesa, solo aguanta un poco más, la ambulancia no tarda en llegar —acaricie sus mejillas con una mano.

Verla así me hacía pensar que debía ser yo quien estuviera así, no ella, ella merece todo lo lo doy de este mundo. La sangre salía de su boca y su cuerpo temblaba.

—Voy a estar bien, tranquilo —su voz salió entrecortada, subió su mano a mi rostro para limpiar mis lágrimas.

—______ no puedes dejarme, apenas comencé a demostrar lo que sentía por ti, esto tiene que durar mucho tiempo más.

—No sería capaz de dejarte —una ligera sonrisa se formó en sus labios, la mano que tenía en mi rostro cayó lentamente.

Sus ojos se cerraron, el charco de sangre en el que estábamos se hacía más grande, las personas del alrededor solo miraban impactadas. Las sirenas de la ambulancia se hicieron presentes.

Los paramédicos levantaron su cuerpo, rápidamente comenzaron a atenderla. Me llevaron a declarar, apenas pude dar mi declaración, quería controlar mis lágrimas pero era imposible, no podía contenerlas.

Si tan solo no le hubiera dicho que si, si tan solo le hubiera dicho que nos fuéramos a casa rápidamente. Pero el hubiera no existe y ahora ella está luchando por quedarse conmigo.

/Unas horas antes/

—Caminemos un rato antes de ir a casa —preguntó con esa mirada a la que no me puedo negar.

—A lo que pidas siempre responderé que si —pude ver su rostro tornarse aún más rojo, sonreí ante eso.

Caminar mientras sostenía su mano me hacía sentir como un adolescente que se enamora por primera vez. Pasamos a algunos locales, a ella le gustaba observar, curiosear, comprar cosas extrañas.

Me jalaba hacia cada lugar que deseaba visitar, sin negarme la seguía, sus ojos brillaban felizmente y su sonrisa me volvía jodidamente loco.

Yo no me puedo enamorar pero con ella todo era más fácil. Las ganas de verla siempre me invadían apenas despertaba. Querer tenerla solo para mí siempre y cuando ella esté de acuerdo.

Su cuerpo me tiene delirando, tan solo dejo de verla unas horas comienzo a extrañarla.

—Quiero ver eso.

—Vamos.

Entramos a una tienda de figuras de acción, ella veía todo emocionada, mi mente gravaba cada una de sus acciones, ahora tenía la idea perfecta de regalo para su cumpleaños.

Salimos de la tienda luego de unos minutos, iba a seguir caminando cuando sentí un jalón, ella se había quedado de pie entre toda la multitud. Me acerque a su cuerpo.

—Te quiero demasiado —se lanzó a mi cuerpo para abrazarme, sus brazos pasaron atrás de mi cuello, escondió su rostro en mi cuello.

—Yo también te quiero, _______ eres muy especial para mí —respondí a su abrazo pasando mis brazos por su cintura.

Cerré los ojos disfrutando su tacto, su aroma, me sentí en paz al tenerla así, el contacto con ella siempre sería perfecto porque tenía un calidez que solo podía sentir al tenerla cerca.

Algunos minutos pasaron, sentí como su cuerpo tembló al ser empujado contra el mío, su cabeza se hizo hacia atrás, rápidamente separé su cuerpo del mío para verla, la color carmesí mancho su uniforme, el olor metálico invadió mis fosas nasales, recosté su cuerpo en mis piernas al sentarme, las lágrimas comenzaron a salir por si solas.

Llame a una ambulancia, las miradas sorprendidas de las personas fueron ignoradas por mi, yo dije que la iba a proteger pero ahora ella estaba perdiendo mucha sangre, me sentía una mierda, no podía hacer nada por ella en estos momentos.

No la quiero perder, no la puedo perder.

Entre corriendo al hospital, pregunté en recepción donde estaba ella, me dijeron que se encontraba en cirugía aún, no me importaba mi aspecto, ni siquiera fui a cambiarme, salí del interrogatorio y de inmediato vine con ella.

Me quedé afuera del quirófano, recargue mi cuerpo en una de las paredes para dejarme caer al suelo.

Pasaron minutos que me parecieron horas, el médico salió.

—Familiares de Imaushi ________.

Me levanté rápidamente caminando hacia el hombre de vestimenta azul celeste.

—Soy su tutor. ¿Cómo está? —podría jurar que mi rostro no demostraba otra cosa que no fuera preocupación.

—El estado de la señorita es complicado, perdió mucha sangre, la tuvimos que inducir al coma y las probabilidades de que despierte son casi nulas.

El dolor en mi pecho se apoderó de mi, las lágrimas fueron más.

—Lo lamento, en unos minutos la llevaremos a piso, ahí podrá verla —hizo una reverencia para irse.

La mire conectada a los aparatos de signos vitales, la intravenosa, su piel estaba completamente pálida, parecía muerta en vida

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La mire conectada a los aparatos de signos vitales, la intravenosa, su piel estaba completamente pálida, parecía muerta en vida.

—_______ quedate conmigo —hable entre llantos.

—No quiero perderte —dije en un sollozo.

—No vas a dejarme, tu lo dijiste.

No supe cuánto tiempo paso hasta que perdí la conciencia por el dolor e impresión.

Desperté sosteniendo su mano, ella se veía igual que ayer, el médico y las enfermeras pasaron a revisarla, no había tenido ningún avance, ¿en cuánto tiempo no la vería sonreír? ¿En cuanto tiempo no podría tenerla entre mis brazos mirando películas? No pasaríamos su cumpleaños como ella lo pidió.

Cegado por el dolor simplemente me centraba en creer que ella despertaría y yo esperaría todo el tiempo que fuera necesario.

𝚃𝚑𝚒𝚜 𝙸𝚜 𝙱𝚊𝚍 - 𝚆𝚊𝚔𝚊𝚜𝚊 𝙸𝚖𝚊𝚞𝚜𝚑𝚒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora