Importante

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Wakasa...

La puerta de mi oficina fue abierta dejando ver a aquel joven que hasta hace unos meses odiaba. Le hice señas para que se sentara y lo hizo, pidió verme y aquí estábamos.

—¿Qué necesitas?

—No se que tipo de relación tenga con ______ pero le quiero pedir que no la deje salir sola, no sé que son pero próximamente va a haber problemas, le quieren hacer algo. Aún no descubro quienes son, solo cuídela —la mirada de ese joven realmente demostraba preocupación.

—¿Entonces como sabes que le quieren hacer algo si no sabes quiénes son? —fruncí el seño con clara desconfianza.

—Lo escuché por error, solo tenía que decir eso, me retiro —se levantó, hizo una reverencia y salió sin decir nada más.

Ella no se mete con nadie, tiene protección de las personas de mi alrededor, ¿como alguien se atrevería a hacerle algo?

Ella es importante para mí, no puedo permitir que algo le pase, además... estamos a pocos días de su cumpleaños, todo va a salir bien, todo tiene que salir bien.

Me sentía tentado a realizar unas llamadas para ordenar que la cuidaran como si de lo más preciado de sus vidas se trata pero no debía hacerlo, yo debo cuidarla, mi prioridad sigue siendo ella y eso no debe cambiar.

La hora de salida se acercaba, fui por el auto y espere frente a la reja, minutos después ella salió a un lado de Asa, quien anteriormente me había buscado, la sonrisa que ví en sus labios me hizo darme cuenta que aunque yo sienta algo más profundo que el amor por ella nunca podré darle la misma felicidad que le puede dar alguien de su edad.

A mí mente llegó el recuerdo de la primera vez que la ví como alguien que quería en mi vida para siempre, cuando deje de verla como la niña a quien cuidaba, de esto apenas habían pasado dos años.

—Wakasa —hablo aventado su cuerpo al sofá.

—Dime —le respondí mirando la laptop.

—Quiero enamorarme de alguien que me conozca desde hace mucho tiempo, quiero que alguien me ame con todo y mis defectos, quiero que cuando esa persona me mire piense en mí como la persona más importante de su vida, alguien a quien no puede perder.

—¿A qué viene eso? —dirigí mi mirada a ella.

—Hoy leyeron poesía en la clase de literatura y me di cuenta de que la persona que escribió esa maravilla estaba enamorada, quiero vivir un lindo amor.

—Aún eres muy joven, tienes dieciséis años, todo llegará a su tiempo.

—No creo que eso pase, además hay alguien... pero ese alguien no correspondería mis sentimientos en ningún momento, da igual si solo es atracción física, nunca se fijaría en mi.

—______ eres muy bonita, inteligente, todas esas cosas cliché que dicen en los libros, alguien va a amarte, solo ten paciencia.

—No es cuestión de paciencia.

—¿Entonces de qué es?

—Esa persona me ve como alguien de su familia y eso no me gusta, es jodido que él no me vea como una chica, como alguien con quién puede estar —llevo sus manos a su rostro cubriéndolo como símbolo de frustración.

—Deberías traer a casa a esa persona, tal vez estás confundiendo las cosas —un sonrojo se notó por los huecos que dejaban sus dedos en su rostro.

—Mejor dejemos así las cosas, voy a pedir comida.

Casi se tropieza de camino a la cocina, nunca trajo a ninguno de sus amigos o amigas a la casa, la intriga de saber quién es se volvía presente.

Luego de la conversación de ese día le daba vueltas a todo, su actitud, su forma de tratar a las personas, cada cuando salía, en que gastaba el dinero de las tarjetas, algo que me pudiera decir de quién se trataba, de un momento a otro la tenía vigilada sin que se diera cuenta.

Esa conversación fue el principio de mi fin, o tal vez abrió mis ojos dejándome ver qué en algún momento caí a los pies de esa pequeña. Cuando ella era más pequeña intentaba para todo el tiempo que fuera posible a su lado, para que no se sintiera sola, hace dos años deje de verla como la niña a la que crié para ser feliz y comencé a verla como alguien de quién podía depender sin ningún problema.

Un año luego de el momento que marco un antes y un después ella hizo algo que creo sensaciones más profundas en mi, eso haya sido un error o no fue maravilloso en su momento, no pensar en eso teniéndola a un lado realmente fue muy complicado.

Mi viaje se había alargado, tuve que visitar los demás gimnasios y algunas empresas, le dije a ______ que volvería en unos dos días pero esos dos días se volvieron dos semanas, pase a comprarle ediciones especiales de sus libros favoritos, verla leyendo en el jardín me hacía querer que ella leyera mientras recargaba mi cabeza en sus piernas.

Baje del avión directo a buscar las dos cajas de libros, una contenía ediciones especiales y la otra libros que ella quería desde hace mucho tiempo pero no pudo conseguir. Pedí un Uber para llegar antes a casa, mirar su rostro cargado de felicidad siempre era satisfactorio para mí.

Baje del auto, entre a casa, el silencio me recibió. Ella no estaba, deje las cajas en la mesita del centro junto a los sofás, camine a su habitación, la puerta estaba cerrada, dí unos ligeros golpes esperando a que respondiera. No había respuesta luego de unos segundos, supuse que no estaba, me di media vuelta para ir a mi habitación pero ella abrió.

—!Llegaste! —sonrío para luego abrazarme. —Te extrañe.

La abrace de vuelta diciéndole que yo también, unos minutos después nos separamos. La lleve a la sala con los ojos cerrados, le mostraría que no me olvide de ella durante el viaje.

—¿Ya puedo abrirlos? —su paciencia estaba casi agotada.

—No se porque lo hice —dije dándome cuenta de lo estúpido que había sido, le cubrí los ojos cuando tendría que abrir las cajas para poder ver su sorpresa. —Ya, puedes abrirlos.

Miró las dos cajas frente a ella con emoción, se sentó en el sofá dispuesta a abrirlas, me senté a su lado observando con detenimiento como las abría, cuando quitó la cinta de ambas levantó las dos tapas al mismo tiempo, un grito de felicidad salió de sus labios.

—Esto... no tengo palabras.

Saco algunos libros de ambas cajas dejándolas en la mesita, yo la miraba encantado, sabía que le gustaría. Estaba tan emocionada que quería llorar, sus ojos se veían rojos, sujeto mis mejillas y plantó un rápido beso para abrazarme. Inevitablemente mi corazón se aceleró, me sentía como un adolescente.

—Gracias, de verdad muchas gracias, sabes cuánto amo los libros, esto... esto es muy especial.

_______ no se dió cuenta de lo que había hecho, fue la emoción lo que la llevo a eso, no fue otra cosa pero una vez más comprobé que había caído a sus pies.

𝚃𝚑𝚒𝚜 𝙸𝚜 𝙱𝚊𝚍 - 𝚆𝚊𝚔𝚊𝚜𝚊 𝙸𝚖𝚊𝚞𝚜𝚑𝚒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora