—¡Hola a la mejor amiga del mundo mundial!
Me hice a un lado mientras Danielle me daba un beso en la mejilla, para hacerse a un lado y dejarme paso al interior del hogar. Desprendía una extraña alegría y felicidad que, en cierto modo, parecía contagiosa.
Con una sonrisa en la cara y Keith detrás de mí, la seguí hacia la cocina. Podía escuchar música, que se hizo todavía más fuerte cuando, a medida que llegábamos, encontré su ordenador portátil con una lista de Spotify posado sobre la mesa de la cocina.
Y al lado, un molde de cerámica con una masa de color marrón y mucha, mucha harina a su alrededor. Algunos copos incluso habían caído dentro de las teclas.
Además olía muy bien. Olía a...
—Estoy haciendo brownie —me explicó.
Tomó un guante que había cerca del ordenador y del molde y se dirigió al horno. Al abrirlo salió bastante vapor, y el olor a dulce se incrementó mientras sacaba un brownie. Parecía que se había pasado de minutos y estaba quemado por arriba, pero ella lo observó con una sonrisa en la cara.
Lo posó junto a otro que estaba a medio comer. De acuerdo, el molde era pequeño, pero... ¿cuántos brownies pensaba hacer?
—Pues no diría que no si me ofrece una porción, ¿eh? —comentó Keith, inclinándose sobre Danielle para oler el dulce de cerca—. Tiene muy buena pinta.
Mi amiga se giró, casi llevándose por delante a Keith, que se alejó a tiempo con cara de susto para luego volver a inclinarse sobre la comida. ¿Estaba valorando sus posibilidades de robar un trozo sin que Danielle se diera cuenta?
Mi amiga dejó el guante cerca del ordenador, cambió de canción y me sonrió de oreja a oreja.
—¿Sabes? No sé por qué he estado tan estresada últimamente. ¡Me ahogaba en un pozo de problemas imaginarios! Con Marco y sus juegos, mis notas horribles, mis padres amenazándome con mandarme a un internado...
Un momento, ¿desde cuándo estaba estresada?
Sus palabras fueron filtrándose por mis oídos y cobrando sentido dentro de mi cabeza. Estas últimas semanas... sabía que lo había pasado mal con Marco, pero nunca pensé que fuese nada más allá de un ruptura.
O lo de sus padres... ¿desde cuándo la habían amenazado con ir a un internado?
Era cierto que mi amiga siempre se metía en líos, pero últimamente había sido yo la que...
Y ahí me di un choque de realidad.
Últimamente había sido yo quien se había distraído con todo lo sucedido. Quién le había dejado de prestar atención a su amiga.
De pronto Danielle me atrapó por los antebrazos y me miró con los ojos muy abiertos. Dio un poco de miedo.
—La vida es corta. Y muy bella. ¡Debo vivirla al máximo! ¡Y tú también, mejor amiga!
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El sexy chico invisible que duerme en mi cama © | REESCRIBIENDO
Fantasi¿Qué pasaría si descubrieras que hay un chico al que sólo tú puedes ver? Eso es lo que le ocurre a Lauren en esta historia, quien tiene que aprender a tratar con Keith y todo lo que ver a un chico invisible involucra. Obra registrada en Safe Creativ...