#20

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-¿Qué tal tu primer día?

La voz de Chan se escuchaba alegre al otro lado de la línea telefónica. Jay soltó un suspiro cansado y dirigió la mirada a las múltiples muchachas que lo acosaban con la mirada desde sus respectivas salas de clases. Las ventanas estaban atestadas de estudiantes con las hormonas revolucionadas que no le quitaban la mirada de encima. Lamentablemente esto se había repetido durante todo el día.

-Creo que hubiera preferido trabajar en una escuela de chicos, al menos ellos son mucho menos obvios- Respondió el que pronto sería un profesor con titulo, con un tono de voz cansada. A Jay no le atraían las chicas... ni los chicos y mucho menos sus propios estudiantes. Después de todo, siempre había preferido concentrarse en terminar sus estudios y luego sumergirse en un trabajo de tiempo completo para tomar las riendas de su vida y vivir en paz con un trabajo estable. A pesar de sus inexistentes intenciones de establecer un relación formal, no se negó a intentar matar el tiempo con las chicas que intentaban conquistarlo con insinuaciones descaradas en los bares que frecuentaba con sus amigos, si era una chica que muchos encontraban atractiva, estaba bien para él. De todas formas... no tenía nada que perder.

Pero ya que ninguna le atraía lo suficiente, siempre se negó a tener una relación seria con alguna muchacha. Sólo se dedicaba a rechazarlas con delicadeza, o al menos lo intentaba. Aunque estaba claro que no todas se lo tomarían de buena manera, debía admitir que había recibido una que otra bofetada al finalizar la serie de encuentros con vagas excusas poco creíbles.  

Pero esto cambió completamente al ver a su último estudiante particular antes de terminar la universidad, aquellas mejillas que tenian lindos hoyuelos, sus labios naturalmente rojizos que siempre mostraban una sonrisa resplandeciente y esa personalidad tan divertida que jamás fallaba en sacarle una pequeña risita. Había sido flechado por aquél... estudiante de preparatoria.

Aún le costaba asimilar que estaba completamente enamorado de un chiquillo de 17 años. Si bien, no se trataba de una diferencia de edad que lo hiciera sentir como un completo depravado, pero aún así se sentía que estaba faltando a su ética profesional. Y a pesar de eso, no podía dejar escapar a la única  persona que le había atraído lo suficiente como para imaginar un sin fin de futuros con él. No era del todo la edad, si no lo poco moral que era estar con un chico aún estudiante de preparatoria siendo él un futuro profesor a punto de titularse. Aunque si le veía el lado positivo, aún no era un profesor legalmente. 

Pero siendo sincero consigo mismo, hubiera preferido mil veces estar con él, como su profesor privado y no como suplente en práctica en su escuela también. ¿Qué tan poco moral era su relación? 

17 años... y él con 24 apunto de cumplir los 25, estudiante y maestro, una relación donde ambos eran hombres... No sería nada fácil lidiar con los prejuicios en una sociedad aún tan poco abierta a los diversos tipos de amor. Pero estaba dispuesto a intentarlo...

-No sabes como te agradezco que hagas esto- Respondió Chan desde la otra línea, cortando el hilo de pensamientos que rodeaban su mente- Si no fuera por ti, el trabajo de mi hermana estaría en serios problemas.

-Está bien, además este lugar... es bastante divertido- Murmuró el mayor recordando la dramática escena con la que horas antes se había visto involucrado. Debía pensar en una forma de arreglar las cosas con el menor... pero se divertiría solo un poco más.

No pudo evitar recordar el día en que casi pierde el control total con el chico, pero estaba dispuesto a tratarlo con delicadeza y cuando llegara el momento... hacerlo sentir en el cielo por el placer. 

☆゜・。。・゜゜・。。・゜★

Jungwon se encontraba en posición fetal sobre su cama soltando las lágrimas que no se habían detenido desde que había escapado del despacho de su profesor. No quería que tan crueles palabras salieran de la boca del mayor, por lo que había decidido decirlas él... así dolería menos. Lo cual resultó ser igual de doloroso. 

Soltó un suspiro y se incorporó lentamente para dirigir su mirada al espejo que se encontraba al frente de su cama. Soltó un grito espantado al ver su rostro, sus ojos hinchados y rojos, su nariz y mejillas rojas como pequeños tomates. 

Se sentía demasiado patético en esos momentos, llorando como una magdalena. Sacudió sus lagrimas y se puso de pie. Quizás Jungwon no tenía dignidad pero si amor propio y no se dejaría morir de amor por nadie. Al menos él había sido quién acabó con todo... podía decir con orgullo que él había decidido dejar a un chico tan guapo como su profesor, sería una buena anécdota para contar. 

"Jungwon había terminado la relación"... Había acabado, puso fin a aquello nunca tuvo la oportunidad de empezar.

Jungwon se dejó caer sobre su cama una vez más a llorar desconsoladamente. Ni siquiera estaba su madre como para poder llorar con ella, tampoco podía contarle a sus amigos ya que había decidido no compartirles lo que ocurría con su profesor hasta estar completamente seguro... y ahora no sería necesario porque nada ocurrió. El muchacho tomó sus audífonos y coloco su lista musical más triste para incentivar su triste momento, porque a pesar de la enorme tristeza en su corazón, lo dramático no se lo quitaba nadie.  

Definitivamente esa sería una larga tarde. 

☆゜・。。・゜゜・。。・゜★

-Dios mío, ¿Acaso te diste el tiempo de observarte esta mañana en el espejo?- Dijo sin piedad Sunoo, al ver el aspecto de su amigo en el momento en que entró al salón de clases. Jungwon alzó la mirada y estrelló su puño en el hombro del muchacho de mejillas regordetas cuando pasó por su lado para caminar hasta su pupitre, este soltó un quejido ante el golpecito- Oye... Soy un buen amigo, debo ser sincero. 

-No, eres mi amigo y debes tratarme con delicadeza en situaciones como esta- Murmuró Jungwon inflando infantilmente sus mejillas- Por favor ayúdame a tener un rostro más decente. Se que tu ayudas a maquillar a tu madre. 

El rostro de Sunoo enrojeció al instante y puso la palma de su mano en la boca de Jungwon para que no continuara hablando. 

-¡Cállate!- Susurró el muchacho mientras observaba los grandes ojos del muchacho bajo su palma quién lo miraba asustado-  No es mi culpa tener habilidad en hacer bellas a las personas. Ahora quédate quieto. 

Jungwon alzó una ceja al ver la cantidad increíble de cosas que se encontraban en el interior del bolso de Sunoo, el muchacho de lindos hoyuelos solto un suspiro y cerró los ojos confiando en las habilidades de su amigo. De todas formas Sunoo sabía lo que hacía.

-Sombra aquí y sombra allá. Maquíllate, maquíllate- Jungwon soltó una risita al escuchar a su amigo cantar mientras sentía las diferentes brochas de maquillaje deslizarse sobre la piel de su rostro. Luego de unos minutos Sunoo se detuvo y soltó un suspiro, el muchacho de lindos hoyuelos abrió los ojos y tomó el espejo que le ofrecía su amigo, observó su reflejo y no pudo evitar sonreír. Sus ojeras y labios hinchados habían desaparecido. Ahora su rostro se encontraba mucho mejor.

Pero su alegría se esfumó cuando una basura en el aire entró a su ojo.

-Demonios, Sunoo. Ayúdame, tengo algo en el ojo- Soltó el muchacho alterado. Sunoo se puso de pie y se acercó al chico que se movía de un lado a otro. Definitivamente era un dramático.

-Quédate quieto o nos caeremos los dos- Respondió Sunoo intentando sacar lo que fuera que estuviera dentro del ojo de su amigo. Acercó su rostro al del muchacho y sopló con fuerza. Jungwon en un acto de reflejo, intento escapar de el aire en su ojo y cayó de espaldas. Arrastrando al de mejillas regordetas con él.

-Oh, ya no está- Dijo el muchacho sonriente- Oye, no pesas nada. Eres tan delgado como un palillo- Jungwon soltó al ver a su amigo con una mirada furiosa en el rostro, y comenzó a hacer cosquillas en su delgado torso aprovechando que este aún se encontraba sobre él en el frío piso del salón. Sunoo sólo reía y no pudo evitar caer hacia un lado, a lo que Jungwon se levantó para esta vez quedar sobre él y tener mayor acceso para continuar con sus cosquillas. Las carcajadas de Sunoo se escuchaban por todo el solitario salón de clases, pero se detuvieron abruptamente de un segundo a otro.

Jungwon frunció el ceño al ver su cambio repentino de expresión, detuvo sus movimientos y alzó la mirada confundido en dirección a donde Sunoo observaba tan asustado.

Jay se encontraba en la puerta del salón, observándolos con una mirada aterradoramente fría. Parecía molesto, muy molesto.

Jungwon tragó saliva.

HEY TEACHER ; jaywonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora