Jay abrió la puerta del departamento con intenciones de dirigir su mirada furiosa al joven con el que estaba compartiendo departamento. El estudiante que había dejado recostado sobre la cama preparándose para marcharse a la escuela... pero este no había aparecido en clases. Tampoco le había mandado ningún mensaje, ni contestado las múltiples llamadas que había hecho durante gran parte de la mañana.
El profesor se había dado el tiempo de llegar temprano al departamento dando una excusa barata en la preparatoria que ni él había creído, pero necesitaba saber que le había ocurrido a Jungwon como para no asistir a clases. La idea de que el menor se hubiera quedado dormido había pasado por su cabeza pero era muy consciente de que podía entrar durante el segundo período del día, pero aún así no lo había encontrado en ningún lugar. Además de no contestar su teléfono móvil ni sus mensajes, aquello tenía sus vellos de punta.
Si algo le había ocurrido al chiquillo de lindos hoyuelos, no se lo perdonaría jamás en la vida. Sobre todo siendo él quien lo había arrastrado hasta el departamento. ¿Y si se había perdido camino a la escuela? ¿Si tuvo una urgencia? ¿Accidente?
Jay estaba completamente sumergido en sus pensamientos preparando las palabras que le diría a su estudiante si descubría que solo se había tratado de un acto de irresponsabilidad. Pero aquellos pensamientos desaparecieron cuando observó a su ex novia sentada en su sofá disfrutando de una copa de vino.
La chica le dedicó la mejor de sus sonrisas en el momento en que vio entrar a Jay en el salón principal del departamento, mientras se levantaba sin molestarse en bajar su ajustada falda, la cual se había alzado al estar sentada, quien sabe cuanto tiempo. Se acercó con pasos felinos y posó sus manos con rapidez en los hombros del universitario.
-Por fin estamos solos, Jay. Me llamaste aquí, pero durante estos días no me has dado ni siquiera un minuto de tu preciado tiempo- Soltó la chica con un tono de voz juguetón. Jay se mantuvo en silencio observando cada uno de los movimientos de la muchacha- Si quieres que te ayude, debes darme algo a cambio.
La chica se acercó al rostro del profesor en un movimiento rápido con intenciones de atacar sus labios, pero este tan solo dio un paso hacia el costado dejando a Jimin pasar de largo y tropezarse en la alfombra con sus altos tacones rojos.
-¿Cuánto dinero quieres? ¿O prefieres que te regale algo que yo elija?- Respondió Jay, con una sonrisa dulce que a cualquiera hubiera enamorado, pero que a la chica le aterró. Porque pudo ver en sus ojos la completa indiferencia que sentía hacia ella.
-No quiero regalos. He vuelto porque deseaba verte y porqué quiero ayudarte, después de todo soy la única que conoce tu situación. Por cierto, ayer cené con Jungwon, es un chiquillo adorable. Tuvo la amabilidad de contarme que aún estas soltero... es una suerte, ya que estaba pensando que esta sería una buena oportunidad para que nosotros pudiéramos intentarlo de nuevo- Respondió la chica, mientras esbozaba nuevamente una sonrisa en un intento de demostrar confianza en sí misma- Aunque tuve que preguntarle si había algo entre ustedes, me sentí muy aliviada cuando me lo negó. No me mires así... Luego de ver una escena tan comprometedora al llegar a tu departamento, era necesario sacar de mi mente esa duda. Debo admitir que ahora pienso que es ridícula la idea que hubieras cambiado de bando tan repentinamente.
-Si no me das una respuesta clara, tan solo depositaré el dinero en tu cuenta- El tono de voz de Jay no cambió en ningún momento, pero era obvio que no parecía estar de buen humor. Tener que lidiar con esa chica, en vez de dedicarse a encontrar a su pequeño estudiante... estaba comenzando a frustrarlo. Pero prefería salir de aquél problema tan pronto como fuera posible y no tener que volver a involucrarse con aquella chica.
-Estás comenzando a molestarme. Me haces sentir utilizada... ¿Ni siquiera has pensado en mi todo este tiempo?- No obtuvo respuesta a su pregunta, Jay estaba demasiado centrado en la pantalla de su móvil como para dedicarle una mirada. La chica apretó los puños con fuerza al punto de dejar sus uñas marcadas en las palmas de sus manos. Aquello había herido su orgullo, estaba dejando que la humillara el chico que años atrás la había dejado por no "Sentirse lo suficientemente preparado" durante la relación que habían compartido. Jimin había mantenido la imagen de que ese hombre no era más que un cuerpo bonito sin intenciones de enamorarse, pero ahora, luego de verlo observar al menor con el que estaba viviendo... con una expresión de ternura en el rostro... tan cautivado.
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HEY TEACHER ; jaywon
Hayran KurguJungwon tiene pésimas calificaciones en la asignatura de Inglés, es por esto que su madre lo obligará a recibir clases particulares de un amable, guapo y estricto universitario en práctica coreano/estadounidense, que no dudará en dejar de lado su am...