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Cuando Aaron llegó a su casa, se hizo un café cargado.

«Yo tomo café en la noche, eso no es raro».

Sonrió. Entre sus gruesas lágrimas, se pintó una sonrisa.

—Ahora que lo recuerdo —mira su taza de café detalladamente—. No nombró el '¿quieres beber café'. —rio.

Tomó el poco café que quedaba en su taza.

—Estuve con el amor de mi vida. —apoyó su mejilla en su mano—. Espero que Nick no se entere.

Su teléfono vibró en la mesita y volteó a ver quién era.

Gray.

—¿Sí? —contesta, llevándose el teléfono a su oído.

—¿Me contarás?

—¿Contarte qué?

—Lo de Nick. Por alguna razón te fuiste así.

—Si te lo cuento, será en persona —le dice, tomando su taza y jugando con ella.

—Vale, ¿voy a tu casa?

—No será hoy, Gray, aún no.

Colgó sin haber dejado a Gray hacer una objeción.

Dejó el teléfono donde estaba y se levantó al fregadero para lavar la taza.

Estaba ido. No estaba presente, en sus cinco sentidos... Sabía lo que hacía, pero no estaba en su cuerpo y alma.

Sin embargo, cuando estaba a punto de llegar al fregadero, la raza se le resbaló de las manos y se quebró contra el piso.

—Mierda —se agachó para juntar los vidrios, al no fijarse de qué lado estaba el filo, se cortó—. Mierda. —volvió a decir y el timbre de su apartamento sonó.

Chasqueó la lengua y tomó un trapo de la mesa para amarrarla alrededor de la palma de su mano donde fue que se cortó.

El timbre volvió a sonar.

—¡YA VOY! —gritó, apretando más el trapo.

Se acercó a la puerta a paso rápido y abrió.

Encontró a la persona que no esperaba ver.

Era Nilson.

—¿Tú? —entornó los ojos y llevó rápidamente el dorso de su mano para quitar residuos de lágrimas.

—¿Qué pasa? —preguntó Nilson con el tono de su voz preocupado.

Aparte de que los ojos verdosos de Aaron se encontraban rodeados de rojo, un par de gotas de sangre cayeron al suelo.

—Aaron, contesta —Nilson lo miró aún más preocupado. Dio un paso hasta quedar frente a él, lo tomó de los hombros y lo movió—. Aaron, habla.

Aaron estaba quieto, estaba paralizado, estaba... ¿asustado?

—Mierda, Aaron. —lo arrempujó junto de él a la sala y lo sentó, Nilson quedó hincado frente de él.

Aaron solo lo miraba, quieto, callado, sin decir nada.

Nilson vio el trapo azul con sangre.

—¿Qué pasó?

—Se me resbaló la taza... —fue lo que dijo.

Nilson miró el piso, pero ahí no estaba la taza.

Aaron giró los ojos.

—Fue en la cocina.

Nilson asintió, y quitó el trapo de la palma de su mano.

—No es tan grave —miró la mano y la movió a su gusto—. ¿Ho sí?

—Yo que sé.

«Si moriré que sea ya».

—Aaron, ¿qué pasó?

—Lo diré cuando lo sepa, lo importante aquí es, ¿qué demonios haces aquí?

—He... no sé, quería ver, cómo estabas.

—Pues ya viste, ya te puedes ir.

—Te estás desangrando, Letbley.

—¿Y qué, Montgomery?

«¿Montgomery no es un nombre?».

Nilson sonrió.

—Vamos a un hospital, te vas a desmayar.

—¿Qué más da?

—¿Cómo que qué, Aaron? Te estás desangrando. D. E. S. A. N. G. R. A. N. D. O. —deletreó—. Ven, vamos a un hospital.

—No es para tanto.

—¿Es en serio? Joder, ya. —tomó de nuevo el trapo y lo envolvió apretando con fuerza la herida—. Si no vas a mover tus pies te tendré que cargar para llevarte a un hospital.

—No quiero...

—NO FUE UNA PREGUNTA, AARON LETBLEY.

—¡BIEN! LO QUE TÚ DIGAS, NILSON MONTGOMERY.

—Gracias.

Aaron se levanta, pero no se mueve.

—Camina.

Giró los ojos y empezó a caminar.

Nilson tomó las llaves de su carro, y serró la puerta del departamento de Aaron.

Ambos salieron del edificio, Aaron iba descalzo.

—Ni siquiera dejaste ponerme unas chancletas.

—Tengo unas en mi auto, ya, camina y deja de hacer berrinches.

Aaron miró a ambos lados y apretó los ojos cuando vio una camioneta gigante color blanco.

«Mierda, mierda, mierda».

Caminó a paso rápido y se entró al carro de Nilson sin decir nada.

Cuando Nilson llegó al carro, vio a Aaron con sus cejas fruncidas.

—¿Qué?

—Cállate y arranca. —pidió poniéndose las chancletas.

—Está bien, pero...

—Es Nick.

Los dos miraron por el retrovisor y de la camioneta bajaba un moreno alto, su cabello lacio cepillado hacia atrás y con un traje color negro.

—¡Arranca! —Aaron pidió, encogiéndose en el carro y apretando su herida.

Nilson hizo caso y arrancó.

Por eso es que Aaron estaba así.

Porque vive en el mismo edificio que Nick.

Y no solo eso.

Son vecinos.

::::::

YEIIIIIIIII, capítulo antes de que termine el año. 

Quiero terminarlo de la mejor manera.

Espero estén disfrutando esta historia. 

Aaron, Nilson y Gray lxs quieren muchísimo. Y yo más.

Gracias por leer y por esperar capítulo nuevo, son lo máximo. 

Les ama y les desea un feliz fin de año y un hermoso año nuevo;

Kalena.

Enfrentados © [FANFIC #NILRON]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora