0.9

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Ha amanecido.

Aaron abría los ojos con pesadez, pues no había podido descansar bien.

—Creo que estaría más cómodo en el piso. —Masajeó su cuello y se sentó en la cama.

Volteó a ver su alrededor, buscando su celular, pero recordó que no lo tenía ahí.

Miró su mano y vio la venda que tapaba la mayor parte.

Unos toques a la puerta hicieron que alzara su cabeza rápidamente y así, lastimarse el cuello.

—Ya puedes irte —habló Nilson.

Su voz se escuchaba desganada, trataba de fingir, pero no podía.

Aaron se levantó de la cama, y salió de la habitación.

—Ahí dejé tus chancletas, gracias por dejarme dormir aquí. —Dijo sin siquiera mirarle a los ojos.

—No fue nada. —Contestó, igual, sin mirarle.

Aaron volteó a mirarlo, pero desvió su mirada rápidamente.

Se sentía raro. Raro porque no lo miraba. Él quería que lo mirase y le dijese que lo amaba. Pero no podían, ni uno ni otro, era absurdo. Eran bastante orgullosos.

Asintió apretando sus labios y salió caminando a paso rápido, abrió la puerta para salir y salió de ahí, cerrando la puerta delicadamente.

Sacó las llaves de la casa de Gray y abrió. Entró y fue directamente hacia la habitación de Gray.

—Gray, estoy aquí —miró hacia la cama.

Estaba vacía.

—¿Gray? —hizo una mueca de asco tras escuchar a través de la puerta del baño.

«Cosas que pasan cuando te pones una borrachera nivel Dios y Diablo juntos». Pensó cerrando los ojos.

—Gray, estoy aquí, ¿puedes abrirme?

—Mejor ve a traerme un rehidratante, ¿no? Me siento toda mareada.

—¿De qué sabor?

—¡Del que sea, pero ve ya!

—Ya voy. —Dijo y salió del apartamento cerrando la puerta con llave.

Y tomó el elevador.

Cuando llegó al piso de abajo, se acercó al minisúper que está dentro de ahí.

Tomó un suero al azar de la nevera y se acercó a pagar.

—Gracias —dijo antes de salir.

El elevador estaba bajando, así que esperó hasta que lo pudiera usar.

Jugueteó con la botella, evitando a toda costa que este se le cayera.

El elevador se abrió haciendo sonar la campana eléctrica que tiene y Aaron, sin voltear, camino hacia éste.

Presionó el piso de su amiga y cuando se estaba cerrando, volteó a ver a fuera.

Y estaba Nick parado frente al elevador, con sus cejas hundidas y su teléfono en mano.

—¡Hey! —gritó Nick, pero era tarde.

El elevador ya se había cerrado.

Mientras tanto, Aaron tenía su corazón al borde del colapso, con zumbidos en sus oídos y con sus manos heladas. Quería que el elevador subiera más rápido, oh, abandonarlo y correr escaleras hasta llegar a la puerta de su amiga, pero era tarde... demasiado tarde.

Enfrentados © [FANFIC #NILRON]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora