Onze

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Plaisir.

La luna llena brillaba alto en el cielo, el cielo carecía de la luz de las estrellas aquella noche y aun así se veía tan hermosa, tan cálida y familiar que sería una pena ir a dormir y perder semejante vista de aquel magnifico manto negro y brillante a la vez; y ellos no serían la excepción.

Bajo la luz, bajo aquellas sábanas blancas y suaves, bajo aquellas frías cobijas los dos amantes compartían la misma pasión, el mismo pensar, el mismo sentimiento. Podían escucharse, podían tocarse, podían sentirse...Estaban completos.

Las suaves caricias, los pequeños estímulos, los besos y los toques dulces eran el fuego en el otro. El deseo, el ardor y el amor los acompañaban esa noche, esa fría y hermosa noche. Pero también el dolor, la tristeza y el anhelo. La esperanza y el placer acompañados por el temor y el sufrimiento.

Mientras uno de ellos lo embestía cargado de una gran excitación, el otro lo recibía gustoso. Ambos gemían, gritaban y jadeaban, ambos se movían en un compás fuerte y rápido en busca de más placer, en busca de llegar hasta donde dejar una profunda y eterna marca.

Tal vez no lo pensaron en su momento, o el momento fue muy repentino. Y hacer algo sin pensar, tomar la decisión equivocada y desviarse o perder el camino es algo peligroso. Pedir dinero que no puedes conseguir, cuidar algo que perderás...hacer promesas que no puedes cumplir...

Y ellos no lo sabían, cuanto más profundo llegaba aquel hombre dentro del otro se perdían por completo en el iluso paraíso del placer y sus mentes se nublaban y se dejaban llevar por las deliciosas sensaciones y los apasionantes placeres que abarcaban hasta la última de sus células...

Es fácil olvidar lo terrible que es la vida, más aún cuando estas con aquella persona que te hace olvidar...

Que nada en esta vida es eterno.

TaeHyung entró a la misma habitación a la que ha entrado en los últimos meses desde que regreso a su país natal y se sintió reconfortado de no percibir tanto el olor a desinfectante, medicamentos y suero. Percibir el aire fresco y dejar que la luz del sol que entraba por la ventana abierta sea casi lo primero que lo recibe.

El muchacho sonrió, feliz de ver finalmente a su padre despierto después de años sin verlo, aunque era sonrisa un poco pequeña puesto que, a pesar de que NamJoon estaba despierto y estaba sentado mirando por la ventana, no estaba del todo bien.

Apenas despertó, hace unos cuantos días, se mente pareció desconectarse de su cuerpo. Además, tenía paralizado de su cintura para abajo y tenía un pequeño deterioro de la memoria. Sabía que era una posibilidad, pero aun así le dolía. El doctor le dijo que no sería para siempre, pero era imposible saber cuánto tiempo tardaría en recuperarse.

A TaeHyung le dolía que su padre lo viera y pareciera que no veía nada, o como si viera a un extraño. Su mirada estaba vacía y no parecía ver tampoco, pero sabía que veía. Aunque sabía que más bien lo veía a él.

    —De nuevo aquí, Kim. —

El enfermero salió de sus pensamientos y se puso de pie de un salto cuando escucho la voz de su colega. ¿Cuántas veces ha sido traído de vuelta a la realidad por el doctor Jung estos últimos días desde que NamJoon despertó? Bueno, puede contarlas con sus dedos y aun sentirse algo avergonzado por ser atrapado en un estado tan vulnerable, más de los acostumbrado.

    —Buenos días también para usted, doctor Jung. —quiso reírse, pero la timidez y la vergüenza no lo dejaban ni mirar al mayor.

    —Je, sí. Buenos días, enfermero Kim. Mis disculpas. —Ah, ese tono burlón que siempre le sacaba una sonrisa.

Oh, shit!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora